El Athletic resucita ante el Partiz¨¢n
Dos goles, de Ra¨²l Garcia y Be?at en Belgrado, le devuelven a la cabeza de la clasificaci¨®n a los de Valverde
Hay veces que cuanto m¨¢s fiero parece el le¨®n, menos fiero resulta. Todo era fiereza en Belgrado: que si la vocaci¨®n ofensiva de Partiz¨¢n, que si su afici¨®n impetuosa, que si el calor de su estadio... Que si tantas cosas que cuando ten¨ªan que ser no fueron y el estadio se hel¨® rapidito, m¨¢s a¨²n cuando Ra¨²l Garc¨ªa caz¨® un remate de cabeza, tras un centro de De Marcos, as¨ª de arriba abajo, al bote, o sea, lo que m¨¢s incomoda al portero, lo que m¨¢s le enerva. Hay veces que al le¨®n lo pintan fiero, pero cuando lleva dos partidos masticados (o sea seis puntos) y la tripa llena, la digesti¨®n le pesa. Y al Partiz¨¢n le pesaba tanto como al Athletic le rug¨ªan las tripas tras la derrota anterior en Holanda.
Partizan, 0 - Athletic, 2
Partizan: ZivKovic; Vulicevic, Ostojic, Carioca, Lekovic; Lukic, Petrovic, Ninkovic (Trujiz, m.83); A. Zivkovic, Bojinov (Grbic, m.63) y Stevanovic (Saponjic, m. 78). No utilizados: Bandalovski, Kljajic, Cirkovic y Glavcic.
Athletic: Herrer¨ªn; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; Williams (B¨®veda, m. 85), San Jos¨¦, Be?at (Elustondo, m. 90), Susaeta (Sabin, m 54); Ra¨²l Garc¨ªa y Aduriz. No utilizados: Iraizoz, Eraso, G¨®mez y Gurpegi.
Goles: 0-1. M. 31. Ra¨²l Garc¨ªa. 0-2. M. 85. Be?at.
?rbitro: Pawel Raczkowski (POL). Mostr¨® tarjeta amarilla a Lukic, Ostojic, Be?at, De Marcos y Laporte.
Estadio Partizan. Cerca de 20.000 espectadores.
El Partiz¨¢n parec¨ªa un equipo plano, previsible, sin vivir ni siquiera al amparo de su extremo Zivkovic, otra joya balc¨¢nica. Salio fr¨ªo, como si viniera del sur, y el Athletic caliente, como si viniera del norte. Se plant¨® en el campo, como si viviera all¨ª hac¨ªa meses, lo dirig¨ªa Be?at, lo prolongaba Williams, lo estiraba un poco m¨¢s Ra¨²l Garc¨ªa, pero sobre todo lo lanzaba De Marcos, al que el campo se le hac¨ªa peque?o y la banda un bander¨ªn. No es extra?o ver al Athletic plantar banderas en toda la primera mitad como si fuera a invadir cualquier territorio. A veces, despu¨¦s, suele arriar banderas y hasta pierde sus posesiones. Digamos que se le va la pinza.
Ayer no. Ayer mantuvo el tipo, ni se desorden¨®, se dej¨® dirigir en defensa por Laporte, mientras San Jos¨¦ cavaba zanjas en el centro del campo para que sus compa?eros arasen el f¨²tbol. Eso que le gusta a Be?at cuando tiene medio metro para pensar y dos metros para conducir. Ah¨ª engarza con tipos aguerridos como Aduriz y Ra¨²l Garc¨ªa que necesitan poco para hacer mucho. Y as¨ª se fueron adue?ando del partido sin que el Partiz¨¢n, el voluptuoso equipo serbio, con toda su historia detr¨¢s, fuera incapaz de poner a prueba a Herrer¨ªn en una sola jugada. Ni siquiera el gol de Ra¨²l Garc¨ªa le espole¨®. Ni el descanso, donde las arengas a veces suplen la falta de argumentos.
Nadie brillaba en el Partiz¨¢n, y nadie romp¨ªa un plato. Y en esto lleg¨® Be?at, caz¨® una falta de aquellas que cazaba en el Betis y la puso pegadita al poste, a media altura, dej¨¢ndole al portero Zivkovic que la rozara con el guante para saber a donde iba. Era el gol final, el que iguala a ambos equipos al frente de la clasificaci¨®n, el que dejaba las cosas en su sitio en espera de la segunda vuelta. Y el que recuperaba la autoestima rojiblanca despu¨¦s de los varapalos de la Liga.
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