Muguruza desgasta a ¡®la roca¡¯ Kerber

En medio del silencioso siseo que desped¨ªan los conductos de ventilaci¨®n del Singapore Indoor Stadium, el sonido de una pugna dur¨ªsima entre dos guerreras extenuadas, que en el desenlace emit¨ªan gritos desgarradores porque acusaban el esfuerzo de una lucha sin cuartel. Al final, la bandera vencedora fue izada por Garbi?e Muguruza, de la emergente y cada vez m¨¢s poderosa Garbi?e Muguruza. La hispano-venezolana, de nuevo, ofreci¨® otra se?al de que es una de las m¨¢s fuertes. Bati¨® por un doble 6-4 a la alemana Angelique Kerber (en una hora y 38 minutos) y firm¨® su segunda victoria en la Copa de Maestras de Singapur. Un paso m¨¢s hacia las semifinales, que deber¨¢ validar el pr¨®ximo viernes, en el ¨²ltimo compromiso de la fase de grupos, contra la checa Petra Kvitova (doble 7-5 a Lucie Safarova).

Si todav¨ªa no tiene Muguruza el pase a la pen¨²ltima fase es por una cuesti¨®n matem¨¢tica, de cuentas. Contra Kvitova, le bastar¨¢ con atar un solo set; si lo hace, seguir¨¢ volando en Singapur, donde se concentran esta semana las maestras. Una de ellas, Kerber, una adversaria que traduce cada duelo en una batalla de m¨¢xima exigencia f¨ªsica. La germana, s¨¦ptima en el r¨¢nking, puro hormig¨®n armado sobre la pista, estir¨® el pulso todo lo que pudo, pero no pudo contener el despliegue abrasador de Muguruza. La hispano-venezolana, de 22 a?os, ha ganado sus dos partidos y no ha cedido un solo set. Es decir, a falta del broche en el round-robin, ha presentado ya credenciales, cuando menos.

Ha ganado sus dos duelos y no ha cedido un solo set. Es decir, cuando menos, ha presentado credenciales

Poco import¨® que la noche anterior aterrizase en su hotel pasada la medianoche, despu¨¦s de competir con Carla Su¨¢rez en el dobles. Ni rastro de desgaste, ni f¨ªsico ni emocional; acaso, el que le infligi¨® ella a la ruda Kerber, que de no ser por su magn¨ªfico estado f¨ªsico hubiera salido despedida por los pelotazos que env¨ªa el brazo derecho de Garbi?e, cicuta pura. Con 38 winners (por los 20 de su rival) y un rev¨¦s paralelo que cada d¨ªa cobra m¨¢s revoluciones, lamin¨® a su oponente, que penaliz¨® su escaso porcentaje de puntos con primeros servicios (48%), acorralada desde la primera manga.

¡°S¨¦ m¨¢s agresiva, s¨¦ m¨¢s agresiva en los restos. Juega punto a punto¡±, la areng¨® su preparador en el receso. Lo intent¨® por todos los medios Kerber, pero sus niveles no subieron lo suficiente como para voltear a Muguruza. Esta volvi¨® a actuar como un rodillo, firme en el saque y las devoluciones, aunque, por poner un pero, destacar que a su juego a media pista y sus voleas a¨²n les falta precisi¨®n. Domin¨® Garbi?e, mand¨®; y, si no someti¨® fue porque enfrente ten¨ªa a una mangosta herida que desperdici¨® una opci¨®n de oro para cambiar el rumbo de la noche.

La jugadora de Bremen, una piedra que rara vez se fragmenta, termin¨® hastiada de correr de un lado a otro

En el segundo parcial, con 2-4 y 15-40 a favor de Muguruza, la caraque?a no acert¨® a poner el lazo y dio un hilillo de vida a la alemana, un cr¨¦dito m¨ªnimo. 3-4, 4-4¡­ y ah¨ª se termin¨® la mecha competitiva de Kerber, que cometi¨® 36 errores nada forzados; en todo caso, propiciados por el arrollador despliegue levantado desde la otra orilla. La jugadora de Bremen, una roca que rara vez se fragmenta, termin¨® hastiada de correr de un lado a otro a por la bola y con la moral absolutamente trastocada. Hasta enero de este 2015, Garbi?e no le hab¨ªa vencido nunca; los tres duelos previos, a favor de la alemana. Pero, llegada la primavera, cambi¨® la tendencia: triunfos para la hispano-venezolana en Par¨ªs, Londres y Wuhan. Ahora, tambi¨¦n en las Finals.

Por los altavoces del pabell¨®n, en medio del enfrentamiento de las dos gladiadoras, el c¨¦lebre Qu¨¦ ser¨¢, ser¨¢, whatever will be, will be¡­ . Es imposible desentra?ar el tiempo y saber lo que vendr¨¢, pero lo visto hasta ahora es bueno, muy bueno. Y, lo que queda por ver, pinta a¨²n mejor, mucho mejor. Qu¨¦ ser¨¢, ser¨¢... Lo dictar¨¢ el brazo derecho de Garbi?e, de la gran Garbi?e Muguruza Blanco.