C¨®mo el expresidente de la IAAF extorsionaba a los atletas sospechosos
La investigaci¨®n de la AMA, adelantada por dos webs francesas, revela el ¡®m¨¦todo Diack¡¯ para enriquecerse con la lucha antidopaje
Todo comenz¨® en 2011, el a?o anterior a los Juegos de Londres y, significativamente, el a?o en el que la federaci¨®n internacional de atletismo puso en marcha el pasaporte biol¨®gico, su arma m¨¢s moderna en la lucha antidopaje. A diferencia de los m¨¦todos tradicionales, en los que para declarar dopado a un deportista era necesario hallar en su cuerpo la mol¨¦cula de una sustancia prohibida, el pasaporte es un sistema indirecto que necesita expertos que decidan si los valores hematol¨®gicos de un atleta son normales o sospechosos, y en este caso, que declaren el positivo. Es un m¨¦todo subjetivo y variable.
Ning¨²n organismo deportivo puede ocultar un positivo por una sustancia, pues, comenzando por el laboratorio que lo detecta, son varias las oficinas que reciben los resultados simult¨¢neamente. Un pasaporte sospechoso, que puede pasar, seg¨²n la apreciaci¨®n de un experto, de blanco a negro en un plispl¨¢s, es, en cambio, material con el que se puede elucubrar. As¨ª lo comprendi¨® r¨¢pidamente Lamine Diack, presidente de la federaci¨®n internacional de atletismo (IAAF) entre 1999 y agosto de 2015, seg¨²n la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que har¨¢ p¨²blico el lunes un informe sobre sus manejos.
Al d¨ªa siguiente de que el juez anticorrupci¨®n franc¨¦s Renaud van Ruymbeke anunciara la imputaci¨®n de Diack, de su asesor jur¨ªdico, Habib Ciss¨¦, y del exdirector de la comisi¨®n antidopaje de la IAAF, Gabriel Doll¨¦, las webs francesas Mediapart y Lyon Capitale han tenido acceso al informe y han hecho p¨²blicos algunos hallazgos que permiten describir el m¨¦todo Diack.
Seg¨²n la investigaci¨®n, puesta en marcha en diciembre pasado dadas las revelaciones escandalosas sobre el estado del atletismo ruso difundidas por un programa de la televisi¨®n alemana ARD y dirigida por Dick Pound, expresidente de la AMA, Lamine Diack organiz¨® una ¡°red criminal¡± proactiva, pues no esper¨® a que los atletas, la mayor¨ªa rusos, acudieran a su despacho en M¨®naco para comprar el silencio sobre su dopaje, sino que envi¨® a Mosc¨² a Ciss¨¦ con la lista de decenas de atletas con pasaporte sospechoso que le hab¨ªa proporcionado Doll¨¦ para chantajear a los deportistas. En la capital rusa, seg¨²n el informe, contaron con el apoyo del presidente de la federaci¨®n nacional, Valentin Balajnichev y de un entrenador, que obligaron a confesar a los atletas para luego ofrecerles la posibilidad de comprar su silencio. Al menos seis pagaron. La comisi¨®n investigadora cifra en 200.000 los euros que la federaci¨®n rusa pag¨® al clan de Diack, senegal¨¦s de 82 a?os, exsaltador de longitud y exalcalde de Dakar que fue sustituido al frente de la IAAF por Sebastian Coe en agosto pasado.
Todo empez¨® a desmoronarse por el programa de la ARD, en el que Lilia Shobujova, maratoniana rusa relataba que fue suspendida a pesar de pagar a los chantajistas 500.000 euros, y tambi¨¦n porque algunos expertos de la IAAF empezaron a extra?arse de que diferentes casos sospechosos no llegaran a conocerse nunca y alertaron a la AMA. Balajnichev, quien tambi¨¦n era el tesorero de la IAAF, dimiti¨® en febrero pasado, dos meses m¨¢s tarde de que Doll¨¦ hubiera sido despedido.
Aparte de Rusia, Diack, secundado por dos de sus hijos a los que puesto despacho en la sede monegasca de la IAAF, intent¨® abrir mercado en Turqu¨ªa, donde los hijos, Papa Massata y Khalil Diack, tentaron a la atleta Asli Alptekin, la campeona ol¨ªmpica en Londres de 1.500m, quien en noviembre de 2012 dijo no a la oferta de tapar su pasaporte por 480.000 euros. Meses despu¨¦s fue suspendida ocho a?os por dopaje y despose¨ªda de la medalla de oro. El dinero recaudado se ingresaba en Singapur, en la cuenta de una empresa creada por un socio de Papa Massata, significativamente denominada ¡®Black Tidings¡¯ (Mareas Negras).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.