El cl¨¢sico de ¡®con o sin Messi¡¯
Luis Enrique puede confiar en los jugadores que han aupado al equipo y tirar despu¨¦s del argentino
El Bar?a llega encantado de la vida al Bernab¨¦u. La pasada jornada alcanz¨® el liderato despu¨¦s de un excelente partido en el Camp Nou contra el Villarreal y de una muy mala noche del Madrid en Sevilla, el equipo funciona con precisi¨®n desde que Busquets recuper¨® su mejor forma y no hay un futbolista hoy d¨ªa m¨¢s decisivo en el torneo que el revoltoso Neymar. Juega el Barcelona con tanta confianza que ni siquiera parece estar pendiente de sus internacionales en una doble jornada FIFA.
Los azulgrana han pasado en dos meses de sobrevivir a disfrutar del f¨²tbol, extremistas como han sido siempre en la cancha y en los resultados, donde se aprecia que no han cedido ni un empate en la Liga. No hay t¨¦cnico que se maneje mejor en el conflicto que Luis Enrique, una cualidad capital para entrenar a un club volc¨¢nico de la talla del Bar?a. Los barcelonistas se endurecen desde la adversidad como se vio la temporada pasada y tambi¨¦n en la actual, siempre a partir de la gesti¨®n de Messi.
Al argentino se le aguarda para que marque las diferencias porque para acompa?ar ya est¨¢ la cantera
El triplete del Barcelona se explic¨® a partir de la buena convivencia del tridente que forman Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar y el liderato de hoy tiene su raz¨®n de ser en la capacidad de la plantilla para ganar puntos a pesar de la ausencia de Messi sin discutir nunca la jerarqu¨ªa del 10. El equipo estaba a -1 cuando se lesion¨® el argentino y hoy suma +3. Nadie ha discutido, sin embargo, la autoridad de Messi. Incluso se puede decir que el Bar?a ha jugado con diez a la espera del n¨²mero uno.
Hay un puesto en la alineaci¨®n reservado para el 10 que moment¨¢neamente han ocupado jugadores transitorios o si se quiere j¨®venes promesas en espera de definir su futuro como son Munir, Sandro o incluso Sergi Roberto, dispuesto a convertirse si hace falta en un lateral capaz de quitarle la titularidad a Alves. Incluso Neymar ha tenido a bien subrayar que no ha ejercido de Messi. Al argentino, por tanto, se le aguarda para que marque las diferencias porque para acompa?ar ya est¨¢ la cantera de La Masia.
Nadie ha discutido la autoridad de Messi. Incluso se puede decir que el Bar?a ha jugado con diez a la espera del n¨²mero 1
El cl¨¢sico llega por tanto en las mejores condiciones para Messi y el Bar?a. Luis Enrique puede actuar de la misma manera que en el Calder¨®n, cuando dispuso de una formaci¨®n sin el 10, equipo que se bati¨® fenomenalmente (1-1), para finalmente recurrir al argentino, decisivo en la victoria (1-2). El entrenador respet¨® al colectivo y al mismo tiempo al liderazgo de Leo. Ahora puede proceder de la misma forma: confiar en los jugadores que han aupado al equipo y tirar despu¨¦s de Messi.
No hay mejor escenario para la reaparici¨®n de un fuera de serie que el Bernab¨¦u. A nadie le extra?a por tanto que el 10 se entrene con el Bar?a B. Aunque la memoria azulgrana retiene exhibiciones solemnes como las de Maradona y Ronaldinho, el jugador que provoc¨® mayor destrozo en Chamart¨ªn fue Messi cuando desquici¨® a Mourinho y a Florentino en la Champions. El 10 quiere jugar en Madrid. Antes, sin embargo, deber¨¢ respetar seguramente al equipo comandado por Neymar.
Habr¨¢ que ver c¨®mo se maneja Luis Enrique desde la abundancia que supone enfrentar al Madrid sin necesidad de forzar a Messi. Un cuadro id¨ªlico si se atiende el calendario y a las lesiones que azotaron al equipo y tambi¨¦n a la incertidumbre con la que convive el Madrid. El equipo blanco prepara el partido como una final, pendiente de recuperaciones milagrosas, de la relaci¨®n jugadores-entrenador, de la forma de Cristiano Ronaldo, de contenciosos extradeportivos como el de Benzema.
El Madrid de hoy se parece de alguna manera al Bar?a de antes, circunstancia que invita a recordar que el cl¨¢sico no siempre lo gana el equipo que llega mejor sino el m¨¢s necesitado, y el de Ben¨ªtez precisa de los puntos m¨¢s que el de Luis Enrique, feliz y contento por poder jugar con el misterio Messi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.