Hoy no puedo ir a trabajar: por qu¨¦ crece tanto el absentismo laboral en Espa?a
El n¨²mero de bajas aumenta notablemente en los ¨²ltimos a?os, especialmente aquellas que afectan a la salud mental de los empleados. Est¨¢ tendencia, que tiene un alto coste econ¨®mico y de productividad, est¨¢ relacionada con el envejecimiento de la poblaci¨®n y la precariedad
Faltar al trabajo de forma habitual sin un motivo que lo justifique conlleva, en la mayor¨ªa de los casos, la apertura de un expediente disciplinario que, habitualmente, suele terminar en despido. Ausentarse por tener una cita con el m¨¦dico, por problemas de salud o por estar de vacaciones, en cambio, est¨¢ exento de cualquier represalia. Sin embargo, ambos vac¨ªos se contemplan por igual en las estad¨ªsticas de absentismo laboral, engordando unos resultados que no han parado de crecer en los ¨²ltimos a?os en Espa?a. Una din¨¢mica que ha generado un debate recurrente alrededor de las causas detr¨¢s de un fen¨®meno con repercusiones productivas, pero sobre todo econ¨®micas. No en vano, quien sufraga las bajas laborales son las empresas y la Seguridad Social, y de acuerdo con los ¨²ltimos datos, las arcas p¨²blicas acumulaban hasta octubre un gasto de 13.500 millones de euros. Un montante que supera en un 18% al del resultado completo del a?o anterior.
Pese a que todas las ausencias desembocan en un mismo registro general, y a que no existe un apartado expl¨ªcito en ninguna base contable p¨²blica que calcule la tasa de absentismo de manera directa, utilizando los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) en su Encuesta sobre Costes Laborales, es posible calcular la correspondiente a aquellas bajas que se producen como consecuencia de una incapacidad temporal (IT), y que son las que est¨¢n engrosando de manera continuada las estad¨ªsticas.
Siguiendo las bases metodol¨®gicas que emplea The Adecco Group Institute en sus informes, este ¨ªndice ha crecido m¨¢s del doble en ¨²ltima d¨¦cada: del 2,9% sobre el total de horas pactadas efectivas con el que comenz¨® 2014, hasta el 7,5% del tercer trimestre de 2024. Unos resultados que reflejan una realidad similar a la que recoge el ¨²ltimo estudio de Randstad ¡ªtambi¨¦n correspondiente al tercer trimestre del a?o pasado¡ª, en los que determina un porcentaje del 6,3% de absentismo general, y un 5% por IT. ?A qu¨¦ se debe este comportamiento?
¡°Es normal que el porcentaje est¨¦ subiendo¡±, reconoce Daniel P¨¦rez del Prado, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad Carlos III. ¡°Normalmente, decrece en periodos de crisis econ¨®mica, y sube en ciclos de bonanza econ¨®mica, como es el caso actual. El debate est¨¢ en cu¨¢nto lo hace, d¨®nde, y en qu¨¦ herramientas tenemos para medirlo¡±, a?ade.
Sin embargo, el absentismo no nace ¨²nicamente del comportamiento particular del individuo, sino del ecosistema que le rodea. ¡°El modelo normativo espa?ol, lejos de establecer modelos de control y de coordinaci¨®n administrativa, hace todo lo contrario¡±, se?ala Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute. ¡°Aunque en 2020 se elimin¨® el despido por absentismo [basado en faltas de asistencia al trabajo, justificadas, pero intermitentes], se ha extendido una cierta generosidad en las coberturas de las bajas, que ha favorecido su incremento. Adem¨¢s, para muchas personas estas bajas se han convertido en una especie de prestaci¨®n refugio¡±, alerta Blasco.
Balance sectorial
El ¨²ltimo informe sobre absentismo y siniestralidad laboral de Adecco estipula que es en el sector de la industria donde se acumula un porcentaje mayor de ausencias totales (8,3%), seguido del de los servicios (7,5%) y de la construcci¨®n (6,2%). Sin embargo, en los tres se observa un ¨ªndice de incremento similar respecto a los datos del a?o anterior, y que orbita alrededor del 0,4%. En el caso del apartado de las bajas por IT, la industria y los servicios son los m¨¢s destacados (6,4% y 5,9%, respectivamente), mientras que la construcci¨®n se coloca claramente por debajo (5,2%).
¡°El absentismo es sistem¨¢ticamente m¨¢s alto en el sector p¨²blico¡±, complementa Blasco; ¡°y a mayor tama?o de la empresa, mayor nivel de ausencias¡±, a?ade. El seguimiento de sus estudios dibuja una ¡°geograf¨ªa del absentismo¡± que destaca a los territorios del norte del pa¨ªs como aquellos con los ¨ªndices m¨¢s elevados. ¡°No es una cuesti¨®n de que las personas que viven en el Pa¨ªs Vasco, Navarra o Asturias tengan peor salud que la gente de Andaluc¨ªa o Extremadura, sino que en estas comunidades hay una serie de convenios colectivos que cubren ¨ªntegramente la baja, y permiten que, en muchos casos, una persona pueda ganar m¨¢s sin trabajar que trabajando¡±, incide Blasco.
El segmento de las IT no ha parado de incrementarse en los ¨²ltimos a?os: la prevalencia de las bajas por cada mil trabajadores (el par¨¢metro m¨¢s exacto para llevar a cabo comparaciones, puesto que el n¨²mero de empleados var¨ªa en cada ejercicio) pr¨¢cticamente se ha duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada (ha pasado de 27,37 a 50,80); y la duraci¨®n media se ha elevado de 36,13 d¨ªas de baja a 41,78. Esto es, cinco d¨ªas m¨¢s, una semana laboral completa.
La f¨®rmula de Adecco utiliza el conjunto de horas no trabajadas, que incluye todos los motivos posibles (vacaciones, incapacidad temporal, maternidad, motivos personales, conflictividad laboral, absentismo, cierre patronal, etc¨¦tera). Por ello, resulta imposible evaluar el fraude tras esta pr¨¢ctica, como, por ejemplo, el que se da con bajas m¨¦dicas injustificadas.
¡°Me parece exagerado considerar que el aumento del absentismo es consecuencia del fraude, m¨¢s bien lo contrario. Tendr¨ªamos que pensar que en el caso de las incapacidades temporales, como precisamente quienes las reconocen son los m¨¦dicos, la mayor¨ªa van a estar motivadas por una justificaci¨®n real. Siendo as¨ª, esto nos debe llevar a pensar en cu¨¢les son las verdaderas causas que est¨¢n detr¨¢s¡±, se pregunta P¨¦rez del Prado.
La lectura sindical al respecto apunta en la misma direcci¨®n, y explora otras ramificaciones del problema. ¡°Lo primero que tenemos que definir es a qu¨¦ nos referimos con absentismo, porque nosotros entendemos que se refiere a la persona que no va a trabajar conscientemente, que reh¨²ye las actividades que tiene asignadas o que, aposta, rebaja su nivel de intensidad en el trabajo¡±, conviene Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CC OO.
Seg¨²n su visi¨®n, el aumento de los d¨ªas de baja est¨¢ muy justificado por la pandemia, pero tambi¨¦n por otros tres elementos. ¡°El primero, que tenemos una poblaci¨®n m¨¢s envejecida y eso es un factor absolutamente determinante¡±, indica. ¡°Despu¨¦s, que la respuesta de los servicios p¨²blicos de salud se est¨¢ ralentizando cada vez m¨¢s porque las inversiones en el sector sanitario p¨²blico han bajado¡±, a?ade; y por ¨²ltimo, ¡°que en el caso de las patolog¨ªas con un mayor nivel de gravedad que requieran, por ejemplo, de una rehabilitaci¨®n, al tener que hacerse m¨²ltiples pruebas, el proceso se demora mucho¡±, completa.
La gesti¨®n de la sanidad en Espa?a est¨¢ transferida a las comunidades aut¨®nomas. Por lo que son los m¨¦dicos de cada uno de los territorios los que prescriben las bajas. Sin embargo, la cobertura econ¨®mica de estas corre a cargo del Estado, a trav¨¦s de la Seguridad Social. En el caso de una baja por contingencias comunes (enfermedad o accidente no laboral), en los primeros tres d¨ªas, el trabajador no cobra ninguna prestaci¨®n, a menos que el convenio colectivo que lo ampare indique lo contrario. Entre el 4? y el 20? d¨ªa, ingresa el 60% de su base reguladora, que paga la empresa. Y si la baja se extiende durante m¨¢s tiempo, entonces se eleva hasta el 75% de esta base, e ir¨¢ a cuenta de la Seguridad Social o la mutua colaboradora.
Connotaci¨®n negativa
En el ¨²ltimo Acuerdo por el Empleo y la Negociaci¨®n Colectiva (AENC) que firmaron sindicatos y patronales en 2023, se instaba al Gobierno a desarrollar f¨®rmulas de colaboraci¨®n entre la Seguridad Social y las mutualidades para tratar de desatascar un embudo sanitario que dilataba en el tiempo la resoluci¨®n de las incapacidades temporales (y encarec¨ªa su cobertura). En julio, el Gobierno acord¨® finalmente con los agentes sociales que los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria del sistema p¨²blico pudieran derivar, solo en los casos de pacientes de enfermedades musculoesquel¨¦ticas, a las mutuas las pruebas diagn¨®sticas y de rehabilitaci¨®n.
Los representantes de los trabajadores no son ajenos a las connotaciones negativas que arrastra el concepto de absentismo. ¡°Es un t¨¦rmino perverso, porque da a entender lo que no es, mezclando situaciones irregulares con derechos reconocidos¡±, defiende Fernando Luj¨¢n, vicesecretario general de pol¨ªtica sindical de UGT.
Seg¨²n su visi¨®n, es necesario cambiar el foco sobre el que apuntan las estad¨ªsticas. ¡°Tenemos que afrontar los procesos de IT, pero no desde el punto de vista de culpabilizar al trabajador, sino desde la perspectiva de la prevenci¨®n. Y preguntarnos por qu¨¦ est¨¢ aumentando el n¨²mero de las bajas. Yo creo que es porque no se est¨¢n adoptando las medidas necesarias para proteger la salud de las personas trabajadoras, empezando por la salud mental¡±, conviene Luj¨¢n.
Pese a que este peri¨®dico ha solicitado, sin ¨¦xito, al Portal de Transparencia de la Administraci¨®n del Estado informaci¨®n acerca de las causas o enfermedades que m¨¢s bajas han provocado en los ¨²ltimos a?os, un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie) y la mutua Umivale Activa, que bucea en los microdatos de los ficheros de la Seguridad Social, permite observar que las enfermedades de salud mental son las segundas que m¨¢s procesos de larga duraci¨®n (superiores a 12 meses) registraron en 2023 (18,1% del total). Un porcentaje que ha crecido cinco puntos en el ¨²ltimo lustro, el m¨¢s alto de entre todos los diagn¨®sticos.
Otros estudios advierten de que desde 2016 las bajas laborales por salud mental han aumentado un 120%, alcanzando cerca de 452.000 casos registrados en 2023. Y se?alan que los sectores m¨¢s afectados son la hosteler¨ªa, educaci¨®n y sanidad, donde predominan condiciones laborales exigentes, y altos niveles de interacci¨®n con clientes y usuarios. Adem¨¢s, los j¨®venes y las mujeres se ven particularmente afectados por estas bajas.
En la comparativa internacional, como consecuencia de la curva alcista de las IT, Espa?a se sit¨²a entre los pa¨ªses con registros m¨¢s elevados. Seg¨²n la encuesta European Labour Fource Survey de Eurostat (equivalente a la Encuesta de Poblaci¨®n Activa del INE), con datos de 2022 (la ¨²ltima informaci¨®n homog¨¦nea disponible), Espa?a presentaba entonces una tasa del 4,1%, empatada con Portugal, y solo por debajo de la de Francia (4,6%). Muy por encima de la media de los Veintisiete, que se situaba en el 2,5%.
Este porcentaje, trasladado al impacto sobre las cuentas p¨²blicas, supuso en 2021, seg¨²n este mismo estudio, una carga del 1,4% del producto interior bruto (PIB) ¡ª17.000 millones de euros¡ª, dos d¨¦cimas m¨¢s que en el conjunto de la Uni¨®n Europea. ¡°El absentismo es un problema que repercute negativamente de modo directo en los trabajadores y las empresas concretamente afectadas, pero tambi¨¦n en el conjunto de la sociedad¡±, sentencia otro estudio del Ivie y Umivale Activa.
En opini¨®n de la polit¨®loga Arantxa Tirado, autora junto a Ricardo Romero del libro La clase trabajadora no va al para¨ªso (Ediciones Akal), la desafecci¨®n que muchas personas sienten con lo que les ofrece el mercado de trabajo es otra de las razones detr¨¢s del auge del absentismo. ¡°La precarizaci¨®n laboral es un proceso que viene d¨¢ndose desde hace a?os y que se va profundizando cada vez m¨¢s¡±, se?ala. ¡°La mayor temporalidad, los salarios bajos, los contratos que se hacen a tiempo parcial, o las subcontrataciones que ha habido en muchos sectores son elementos que inciden en la relaci¨®n que tenemos con el trabajo, y que hacen que tengas un v¨ªnculo menos fuerte con ¨¦l¡±, a?ade.
Y es que el trabajo cuenta con un elemento de definici¨®n del individuo que, en muchas ocasiones, afecta directamente sobre la concepci¨®n de s¨ª mismo. ¡°No hay que olvidar que el trabajo ocupa un n¨²mero de horas al d¨ªa mayoritario en nuestra existencia, que determina, pues, lo que podemos o no podemos hacer no solo mientras estamos trabajando, sino cuando salimos del trabajo¡±, explica. ¡°El tipo de trabajo que tienes te revela si te puedes ir de vacaciones o no, si te alcanza para comprar lo b¨¢sico¡¡±.
La relaci¨®n con el trabajo vivi¨® un momento de cambio incuestionable durante la pandemia. Un virus desconocido dej¨® a la vista la vulnerabilidad del ser humano, y constri?¨® la econom¨ªa mundial al bloquear la interacci¨®n entre personas. Para evitar el desastre aparecieron nuevas formas de trabajar, que permitieron llevar a cabo las mismas tareas desde entornos distintos al centro de trabajo, y el trabajo, de repente, qued¨® encuadrado en otro escal¨®n de la pir¨¢mide vital.
Un punto de inflexi¨®n
¡°Esta tendencia de valorar m¨¢s la vida que el trabajo ya ven¨ªa de antes de la pandemia. Pero la realidad es que, hasta hace muy poco, se nos dec¨ªa que est¨¢bamos creados para trabajar, para vivir para el trabajo. Y ahora lo que parece es que mucha gente, al menos por lo que percibo yo en los altos ejecutivos y grandes emprendedores con los que trabajo, tiende a valorar much¨ªsimo m¨¢s el cuidado de las personas, ya no est¨¢n tan apegadas al trabajo como estaban antes¡±, reflexiona Isra Garc¨ªa, experto en marketing, innovaci¨®n disruptiva, motivaci¨®n y productividad, y autor del libro Trabajar menos, producir m¨¢s, vivir mejor (Alienta).
El cambio en la escala de intereses no est¨¢ exento de nuevas desilusiones, singularmente porque la apertura de este abanico a otras formas de disfrutar ajenas al trabajo puede elevar en demas¨ªa las aspiraciones de muchos. ¡°Est¨¢ muy bien so?ar, pero la mayor¨ªa de las personas se ilusionan con algo que no est¨¢ dentro de sus capacidades ni de su poder. Esto te influye en el trabajo, porque t¨² ves a un colega tuyo en una oficina subiendo una foto a redes sociales de que al acabar de trabajar est¨¢ feliz y te hace pensar en c¨®mo est¨¢s t¨² verdaderamente. En que no ganas suficiente dinero o no tienes todo el tiempo libre que te gustar¨ªa. Y as¨ª es f¨¢cil entrar en un pozo de insatisfacci¨®n¡±, abunda Garc¨ªa.
La nueva asimilaci¨®n del trabajo y las frustraciones derivadas est¨¢n impactando m¨¢s sobre las nuevas generaciones, en opini¨®n de Francisco Trujillo, profesor titular de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universitat Jaume I, de Castell¨®n, y of counsel en Laborea Abogados. ¡°Creo que estamos asistiendo a un momento en el que el trabajador tiene la piel muy fina. Adem¨¢s, posee tambi¨¦n muchos conocimientos de derecho laboral que, en situaciones de conflicto, le sirven para considerar que puede cogerse una baja por estr¨¦s o por trastornos de ansiedad¡±, indica Trujillo, que prepara un libro recopilatorio con sentencias judiciales y an¨¢lisis sobre este tipo de situaciones. Sin embargo, tambi¨¦n apela a la hiperconectividad de la que no logran escapar multitud de trabajadores para justificar el auge de las bajas derivadas por enfermedades de salud mental. ¡°El exceso en la carga de trabajo y la falta de desconexi¨®n digital llevan a mucha gente a problemas serios de estr¨¦s¡±, recalca Trujillo.
Vac¨ªo presencial y virtual
Pese a las dificultades estadísticas para cuantificar el absentismo, otros expertos advierten de que la ausencia física del puesto de trabajo no es la única manifestación de este fenómeno. Los nuevos tiempos han abierto la puerta a diferentes formas de aparentar que alguien está trabajando, cuando, en realidad, no lo está haciendo.
Desde Grupo Castilla, empresa dedicada a la gestión y el desarrollo de software para departamentos de recursos humanos, definen otras dos categorías: el absentismo presencial y el virtual. La primera, aseguran, “está muy vinculada a la cultura empresarial presentista”, y consideran que se produce cuando “una persona empleada reduce su eficiencia y, en consecuencia, su productividad por tareas no correspondientes a sus funciones en el lugar de trabajo”. Estos expertos también incorporan dentro de este catálogo de escenas cuestiones como atender recurrentemente llamadas personales.
El caso de la variante virtual tiene su punto de partida en aquellas situaciones alternativas que permiten al trabajador alejarse del centro y utilizar nuevos espacios, como el domicilio. La incorporación del teletrabajo o los modelos híbridos que han establecido algunas empresas plantean muchas ventajas para los empleados, pero también nuevos retos, como este.
Según Grupo Castilla, la forma de controlar el auge del absentismo virtual pasa por establecer “soluciones de control horario de la plantilla más flexibles”, como el uso de teléfonos móviles que permitan hacerlo. De esta manera, “las personas empleadas pueden realizar el fichaje cuando y donde quieran”. Este método de registro laboral “se está convirtiendo en la primera opción para las empresas”, añaden. Sin embargo, el peligro inherente a la ultraconectividad es la incapacidad de los trabajadores para desconectar de su trabajo, lo que, al mismo tiempo, puede derivar en la ausencia virtual, pese a que los distintos sistemas de fichaje —independientemente del que se esté utilizando— reflejen que el trabajador está conectado.
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