Berdych, al borde del precipicio

Qui¨¦n lo dir¨ªa. A juzgar por el rostro de Michael Chang, ahora t¨¦cnico, referencia en los noventa y campe¨®n de Roland Garros en 1989, alguien pensar¨ªa que su pupilo, Kei Nishikori, era el que hab¨ªa perdido y se hab¨ªa despedido de la Copa de Maestros. Pero no fue as¨ª. El japon¨¦s, para aquellos que no sigan el tenis no mucho m¨¢s all¨¢ de un nombre ex¨®tico, pero que en tierras asi¨¢ticas tiene una legi¨®n de seguidores, se impuso a Tomas Berdych por 7-5, 3-6 y 6-3 en el partido de apertura de la segunda jornada del grupo Stan Smith. De esta forma, el checo, que ya cedi¨® el primer d¨ªa contra Roger Federer (6-4 y 6-2), queda en una situaci¨®n de m¨¢ximo riesgo: tendr¨¢ que vencer a Djokovic en dos sets y confiar en la ayuda de Federer, que deber¨ªa batir tamib¨¦n al asi¨¢tico en dos mangas para concederle el pase.

El pulso se pronlong¨® durante dos horas y 23 minutos. Nishikori, holgadamente superado en el estreno del domingo contra Djokovic, tuvo esta vez un margen de acci¨®n muy superior. Sigui¨® al dedillo la partitura, que le dec¨ªa que deb¨ªa servir bien, resistir como fuera al servicio de su rival y tratar de evitar que este ganase metros y se desempe?ase desde el centro de la pista. Objetivo logrado para el japon¨¦s, que jug¨® bien, muy bien, pero que a su vez fue ayudado porque a Berdych se le atasc¨® el gatillo en los servicios. Al final, Nishikori fue m¨¢s efectivo en los primeros (59%, frente a al 50% del checo, y una retenci¨®n del 75% por otra del 70%).

El nip¨®n, entre algodones por diversos problemas f¨ªsicos, ejecuta todos sus movimientos a una velocidad tremenda. As¨ª desconcert¨® a Berdych en el primer parcial, aunque este ¨²ltimo se enton¨® en el segundo e inst¨® a un tercero. Ah¨ª, Nishikori fue m¨¢s fiable, aunque en su haber tambi¨¦n hubo un abultado n¨²mero de errores (32), menor que el de su rival (42). Al final, por solo cinco puntos m¨¢s (99-94), ¨¦l dispondr¨¢ de una ¨²ltima oportunidad para clasificar, el jueves contra Federer, y deja a Berdych al borde del precipicio. Si el rey Djokovic mete la sexta marcha ante el de Basilea, su destino estar¨ªa claro; claro, pero lejos del O2 de Greenwich.