El Madrid cae ante el Khimki y abraza las dudas en la Euroliga

La ansiedad y las dudas pudieron con la m¨ªstica y la fiabilidad del Madrid en su pabell¨®n. Esta vez no hubo milagro y el campe¨®n cay¨® ante el rocoso Khimki, liderado por la genialidad de Tyrese Rice (18 puntos y 8 asistencias), certificando as¨ª su entrada en un atolladero. Llegaban los blancos a la 6? jornada de la primera fase con m¨¢s exigencias y apreturas de las previstas despu¨¦s de sus tres derrotas a domicilio ante Khimki, Fenerbah?e y Estrasburgo ¨Cque pudieron ser cuatro si Carroll no hubiera embocado in extremis el triple que sirvi¨® para rendir al Bayern en el Barclaycard Center- y quedaron situados en la cornisa de la competici¨®n. El presumible margen de maniobra del campe¨®n para afinar su puesta a punto qued¨® acortado hace semanas, en buena medida, por la peor secuencia defensiva del equipo en la era Laso (casi 85 puntos en contra por partido) y se esfum¨® tras un nuevo patinazo ante el conjunto ruso. ¡°Ya hay muy poco margen. Llega el final y solo pasan cuatro equipos. Tenemos que trabajar, bajar el culo atr¨¢s y pasarnos m¨¢s la pelota en ataque¡±, resumi¨® Llull con rictus de ecce homo tras el partido.

Semejante curr¨ªculo anim¨® al Khimki de Kurtinaitis y Jenaro D¨ªaz a escarbar en las dudas madridistas con su lujoso repertorio. La tropa de Rice, Koponen, Honeycutt, Shved, Augustine y compa?¨ªa despleg¨® toda su artiller¨ªa desde el salto inicial y, superado los minutos de tanteo, aboc¨® al Madrid al papel de perseguidor. Los pentacampeones comenzaron con un pobre 1 de 7 en triples en los primeros seis minutos (que prolongaron hasta el 3 de 14 al descanso y el p¨¦simo 9 de 30 al final) y, ante la falta de fluidez en ataque y de aplicaci¨®n en defensa, apenas pudieron agarrarse al rebote como argumento para contener a su enemigo.

Mediado el segundo cuarto, los de Laso cortocircuitaron ante el aro ruso y tan solo consiguieron anotar una canasta en juego durante cinco minutos. El parte de da?os de ese tramo se sald¨® con un parcial de 3-11 que dej¨® el marcado en 27-37 a los 15 minutos. Un triple de Sergio Rodr¨ªguez rompi¨® la racha y otro de Rudy Fern¨¢ndez estrech¨® la distancia en un santiam¨¦n (37-39, m. 18), pero, para entonces, Rice ya se hab¨ªa apropiado del libro de instrucciones del partido. El ogro de la enciclopedia reciente del Madrid, verdugo de los blancos en la final europea de 2015 en Mil¨¢n al frente del Maccabi con una exhibici¨®n de playground que decant¨® el duelo en la pr¨®rroga, se apropi¨® de la pelota y del ritmo y anunci¨® el comienzo de una exhibici¨®n.

Con la pareja Felipe-Ay¨®n como sustento y las piernas de Llull como impulso, el Madrid esprint¨® para no perder la rueda del Khimki antes del descanso (42-44). Sin embargo, a la vuelta de la caseta Rice se disfraz¨® de prestidigitador y artificiero para protagonizar otro demarraje visitante (52-60, m. 25), con 11 puntos del base estadounidense en apenas cinco minutos. Al campe¨®n le tocaba remangarse de nuevo ante la dificultad y fue Ay¨®n el que oposit¨® a h¨¦roe de la resistencia coleccionando al mismo ritmo puntos (14) y rebotes (15). ¡°Todo lo que hagamos no vale de nada si atr¨¢s no estamos. ?Atr¨¢s, atr¨¢s!¡±, bramaba Laso antes de afrontar el ¨²ltimo cuarto (63-66). Como hiciera ante el Bayern (cuando los blancos remontaron una desventaja de 10 puntos en los ¨²ltimos cuatro minutos), el t¨¦cnico recurri¨® al vigor de Taylor para competir con la dureza del Khimki, pero ninguno de sus jugadores fue capaz de contener la agitaci¨®n febril y atinada de Rice. Gan¨® el Khimki y el campe¨®n, que podr¨ªa acabar la jornada como ¨²ltimo de su grupo, se adentr¨® en un laberinto de ansiedad y dudas.