Messi y Benzema definen la ecuaci¨®n

La trascendencia de Messi sobre el c¨¦sped se explica por s¨ª sola porque no hay un jugador m¨¢s pragm¨¢tico en el f¨²tbol que ¨¦l, que con la pelota en los pies siempre tiene la porter¨ªa rival en el entrecejo, no le sobran apenas regates y encuentra la rampa hacia el gol como nadie. Su presencia de inicio o no en el cl¨¢sico, adem¨¢s, puede cambiar la ecuaci¨®n del Madrid, toda vez que la f¨®rmula de Luis Enrique, por m¨¢s que var¨ªe sus piezas, parece inmutable. Lo mismo ocurre con Benzema, que de ocupar la zona de remate alterar¨¢ la posici¨®n de Cristiano Ronaldo y, de paso, reconfigurar¨¢ a su equipo.

Con el 10 azulgrana en el Bernab¨¦u, el Barcelona podr¨¢ recuperar la idea de instalar la sala de m¨¢quinas en el flanco derecho y en campo contrario, desde donde parte Messi hacia dentro para ejecutar el pase concluyente a la banda opuesta o para finalizar la jugada. La persistencia de enlazar con Messi repercutir¨ªa en Marcelo (la llave del Madrid en los ¨²ltimos encuentros por sus carreras y llegadas sorpresivas), que supuestamente deber¨ªa ensamblarse en su guarida para echarle el lazo ¨Ccon ayuda del central m¨¢s cercano- y luchar contra su alma de carrilero al m¨¢s puro estilo brasile?o, feliz en casa ajena aunque un tanto inc¨®modo en la suya. Es por eso que se presupone que si no comparece Messi, sea Sergi Roberto el que ocupe la plaza de extremo derecho, jugador m¨¢s acostumbrado a la brega y al ejercicio defensivo ¨Cya ha jugado de lateral derecho en varias ocasiones en este curos-, el mejor de los pegamentos para una banda que puede ser todo un quebradero de cabeza para Alves. Y ah¨ª entra la figura de Benzema.

Si el delantero franc¨¦s sale de inicio, Ronaldo regresar¨ªa al costado izquierdo. Ah¨ª se medir¨ªa con un Alves que en los ¨²ltimos cl¨¢sicos ha funcionado mejor pasada la medular que cobijando su porter¨ªa; y ah¨ª se expresa con m¨¢s rotundidad que en el frente de ataque porque tiene metros y campo para correr, tambi¨¦n espacio y un segundo de m¨¢s para controlar y girarse. Ocurre, en cualquier caso, que esas estrecheces ¨Cprobables si el Madrid juega retrasado y de la mano de Keylor Navas- no contrar¨ªan a Luis Su¨¢rez en el ¨¢rea rival, futbolista que no atiende a las t¨¢cticas ni a los efectos domin¨®s, sino que persigue cada pelota como si fuera la ¨²ltima; todo un general del bal¨®n que conquista parcelas y goles que en el Bernab¨¦u, como en todas partes, podr¨ªan ser definitivos.