El Madrid cae ante el Estrella Roja y pende de un hilo en la Euroliga
La derrota en Belgrado obliga a los de Laso a ganar los tres partidos que restan
Una derrota m¨¢s y el Real Madrid se queda al borde del abismo en la Euroliga, la competici¨®n que domin¨® el a?o pasado y en la que este se puede despe?ar a las primeras de cambio, en la primera fase, donde los equipos grandes apenas sudan y sirve de preparaci¨®n para el top 16. Dos victorias y cinco derrotas que dejan a los de Laso a la cola de su grupo y con la necesidad de ganar los tres partidos que restan para mantener la vida. No es un imposible, pero las sensaciones son p¨¦simas. Perder con equipos del mont¨®n como este Estrella Roja no invita a ser optimista.
Estrella Roja, 94-Real Madrid, 88
Estrella Roja (28+18+20+28): Jovic (12), Zirbes (26), Lazic (2), Simonovic (4) y Miller (24) -equipo inicial- Rebic (5), Thompson (6), Stimac (7), Simanic (-), Tejic (-) y Guduric (8).
Real Madrid (18+25+24+21): Llull (8), Maciulis (-), Carroll (9), Thompkins (14) y Ay¨®n (16) -quinteto titular-, Rodr¨ªguez (16), Rudy (-), Reyes (12), Taylor (2), Nocioni (11).
Arbitros: Robert Lottermoser (ALE), Carmelo Paternico (ITA) y Seffi Shemmesh (ISR). Eliminido por faltas Taylor.
Incidencias: Partido correspondiente a la s¨¦ptima jornada del Grupo A de la Euroliga disputado en el Pionir Arena ante 6.744 espectadores.
Un mazazo m¨¢s para este irreconocible Madrid europeo, al que la ansiedad le puede en ataque y es un coladero en defensa. Y es que los nervios y la responsabilidad se notaron desde el primer minuto. P¨¦rdidas constantes y mala selecci¨®n de tiro que permitieron un 11-2 de salida para el Estrella Roja. Mejor¨® el movimiento de bal¨®n y se aplac¨® un tanto el tembleque. El Estrella Roja jugaba al ritmo de Stefan Jovic, un base de casi dos metros al que Llull no era capaz de seguir cuando se disparaba en transici¨®n. Horrible partido del base balear, con un solo tiro de campo anotado y eligiendo casi siempre mal cuando disparar.
Entre Jovic y Quincy Miller se comieron al Madrid en el primer cuarto y solo Ay¨®n manten¨ªa el pulso. Rudy, muy mermado de la espalda, apenas apareci¨® y Sergio Rodr¨ªguez tuvo que multiplicarse para dar aire al Madrid en el segundo cuarto. Dos genialidades del base canario que acabaron en triples dejaron el marcador en un pu?o al descanso (46-43), la mejor noticia para los blancos en un partido dominado por los constantes nervios, hasta Laso vio una t¨¦cnica por protestar.
Tras el descanso llegaron los mejores minutos de los blancos, sin duda. Un tremendo Ay¨®n otorg¨® las primeras ventajas madridistas con su acierto ante el aro y en su conexi¨®n con Thompkins. El 53-63 pon¨ªa las cosas dentro de la normalidad, esa que dicta que el Madrid debe ganar al Estrella Roja. Con Jovic descentrado, parec¨ªa que el equipo serbio que se iban a diluir cual azucarillo, pero entonces surgi¨® Miller para actuar como un kamikaze, lanzarse todo lo que le llegaba a las manos y anotar diez puntos consecutivos que met¨ªan el partido en el pa?uelo otra vez.
Un marcador apretado no era buena noticia para el Madrid, dado lo que se jugaba y con el pabell¨®n encendido. El aro se cerr¨®, los tiros dejaron de entrar y el gigant¨®n Zirves machac¨® la zona blanca. Las peque?as ventajas que adquiri¨® el Estrella Roja fueron determinantes, muy pesadas para un equipo atenazado y en el que solo Sergio Rodr¨ªguez demostraba algo de clarividencia. El conjunto serbio administr¨® a la perfecci¨®n cada peque?a ventaja y resisti¨® llevado en volandas por el clamor de sus aficionados. El Madrid sali¨® trasquilado y su existencia en esta Euroliga empieza a requerir ya de cierta ¨¦poca. Las cuentas ya no son necesarias: hay que ganarlo todo.
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