El Betis se impone a un Levante re?ido con los palos

Rub¨¦n Castro es el gol en Betis. Todo el trabajo del conjunto verdiblanco cobra sentido cuando el esf¨¦rico le llega al delantero canario, un rat¨®n del ¨¢rea. Rub¨¦n Castro en una acci¨®n muy suya, mil veces repetidas, marc¨® nada m¨¢s iniciarse el partido. El octavo tanto que consigue el jugador de Las Palmas, que lleva conseguidos dos tercios de los goles de su equipo (12) en la presente temporada. Le fue suficiente al conjunto de Pepe Mel bendecido lejos del Benito Villamar¨ªn, donde ha logrado 14 de los 18 puntos en disputa.

Los palos tambi¨¦n se aliaron con el equipo b¨¦tico, hasta en tres ocasiones evitaron el gol del Levante inagotable en el esfuerzo, con escasa fortuna con los postes donde Deyverson estrell¨® dos disparos, el primero un bochornoso error del brasile?o. La recuperaci¨®n del conjunto de Rubi, evidente en el juego, no tuvo esta vez su recompensa en el marcador.

La veteran¨ªa es un grado. Se acumula experiencia y se gana en sabidur¨ªa. Si el f¨ªsico aguanta pasada la treintena, en el f¨²tbol resulta un valor a?adido. En primer saque de esquina que cont¨® el Betis, logr¨® estrenar el marcador. Mientras la defensa granota esperaba el cl¨¢sico centro al ¨¢rea, Joaqu¨ªn y Rub¨¦n Castro, ambos con 34 a?os, se juntaron en la esquina para inventar el gol verdiblanco tras adentrarse en el ¨¢rea el del Puerto de Santamar¨ªa para ceder el esf¨¦rico al delantero, certero con su habitual disparo combado de izquierda a derecha. El octavo gol de Rub¨¦n Castro, incombustible el canario.

La pasividad defensiva del Levante le condenaba desde el inicio, no cumplido el cuarto minuto. Un fallo de Bruno, el central b¨¦tico pudo concederle la igualada. Pero no. Hay errores incomprensibles, imperdonables. Se plant¨® Verza frente a Ad¨¢n tras un mal control de Bruno y una peor cesi¨®n a su portero, y el exjugador del Almer¨ªa env¨ªo con sutileza el esf¨¦rico al palo. El rechace le cay¨® a Deyverson, solo, en el ¨¢rea peque?a, confiado en marcar f¨¢cilmente a puerta vac¨ªa. Y el esf¨¦rico termin¨® ?en el larguero!, ante la incredulidad de la grada.

El Levante no baj¨® los brazos. Y oblig¨® al Betis a replegarse, inc¨®modo el conjunto de Pepe Mel defendiendo, no as¨ª contragolpeando, con Rub¨¦n Castr¨® como destinatario del ¨²ltimo pase. El partido ten¨ªa su miga, intensidad e intenci¨®n por parte del Levante, organizaci¨®n en el Betis y detalles, como el repertorio inagotable de fintas de Joaqu¨ªn o los gestos t¨¦cnicos de Dani Ceballos. Solo el descanso concedi¨® un respiro a los dos equipos comprometidos con el f¨²tbol, bien dirigidos desde el banquillo.

No era la noche de Deyverson. Ya en la segunda mitad, antes de cumplirse los diez minutos de juego, el brasile?o volvi¨® a encontrar el travesa?o como enemigo, despu¨¦s de un pl¨¢stico disparo de volea. El Levante no se dio nunca por vencido, cuestionando la victoria al Betis obligado a realizar un gran esfuerzo defensivo, dedicado a contener al conjunto granota lanzado hacia la porter¨ªa de Ad¨¢n, sin embargo poco exigido y al que los palos ejercieron su trabajo. En el ¨²ltimo tramo aparecieron los nervios, las fricciones y la expulsi¨®n de Westermann. Y el asedio final del Levante sin premio.