El Sevilla empata por talla

Rescat¨® un punto el Sevilla en un partido al que durante muchos minutos no supo como hincarle el diente. Lo hizo en un despiste del Deportivo, que es un hueso duro de roer y que solo ha perdido dos partidos en lo que va de Liga, un rival demasiado correoso para un Sevilla con demasiado andamiaje y que fue a remolque, castigado de inicio por el d¨¦cimo gol de Lucas P¨¦rez en 14 jornadas. Lleva cuatro seguidas viendo puerta. Ayer la dej¨® pasar a la primera en un mano a mano en el que Sergio Rico tap¨® meta, pero no fall¨® a la segunda y la encontr¨® con esa rotundidad que es casi se?a de identidad.

Todo en Lucas es exhuberancia, pero su golpeo de zurda es una bomba. Encontr¨® en el tepe de Riazor un aliado, cubierto como estaba al poco de empezar y sin haber sido muy pisado de lo que en Galicia se conoce como xiada, ese roc¨ªo de las primeras horas nocturnas que convierte cualquier superficie en un cristal. As¨ª pasaport¨® a la red un libre directo que vol¨® hacia el palo que cubr¨ªa Sergio Rico tras patinar el esf¨¦rico ante el portero para tirar millas.

El gol premi¨® el buen inicio del Deportivo, trabajador y esforzado, siempre preocupado en darle al partido una marcha m¨¢s de la que deseaba el Sevilla, aliviados los blanquiazules por el trabajo de sus delanteros, que durante bastantes minutos supieron responder a los env¨ªos que les llegaban desde la zaga y pelearlos con acierto para darle metros a los suyos y jugar as¨ª en terreno rival. Ah¨ª se aplicaron Lucas en la ruptura y Jonathan Rodr¨ªguez en el rol que estaba reservado al desafortunado Oriol Riera, que se march¨® lesionado cuando el partido apenas despertaba, bal¨®n al pecho y cuerpeo ante los fornidos centrales sevillistas.

Ese es el equipo de Emery, f¨ªsico como pocos, de despliegue con tipos como Krychowiak o Nzonzi, dos bigardos de impresi¨®n, de talento y velocidad adelante. Pero la mezcla no acaba de cundir. Sufrieron cuando el Deportivo supo desordenar el partido, se impusieron cuando lograron pausarlo en el ¨²ltimo cuarto de hora de la primera parte, ah¨ª pudieron marcar primero Konoplyanka y luego Gameiro en sendas cabriolas.

El descanso le lleg¨® en buena hora al Deportivo porque el Sevilla perdi¨® el hilo. Lo recuper¨® el equipo de V¨ªctor S¨¢nchez del Amo, que se sostuvo no solo en el esfuerzo colectivo sino en los destellos individuales, en la contundencia y velocidad de Sidnei para frenar las contras del Sevilla, siempre peligroso al galope, o en la precisi¨®n de Mosquera y su capacidad para mezclar pase en corto o en largo. En cuanto desde la banca sevillista se percibi¨® que el partido caminaba por un sendero indeseado se tomaron decisiones, partieron para la caseta los dos extremos, Vitolo y Konoplyanka y Emery busc¨® el partido por dentro con Reyes y Llorente, con dos delanteros en el frente del ¨¢rea deportivista, uno para bajar el bal¨®n y otro para correr tras ¨¦l, y los laterales m¨¢s adelantados, con riesgo, tambi¨¦n.

El Deportivo ya no conectaba como en la primera media hora de partido con sus delanteros, pero la ventaja en el marcador y la necesidad del rival le abri¨® la posibilidad de encontrarlos de nuevo. No acab¨® de conseguirlo a pesar del refresco de Fay?al Fajr para ejercer de pegamento. Con todo, el equipo no se descompon¨ªa y esa solidez amargaba al Sevilla. Pero Emery hab¨ªa redoblado su apuesta, hab¨ªa recurrido a la talla y encontr¨® a Llorente por alto tras una desatenci¨®n del Deportivo, que permiti¨® un saque r¨¢pido de una falta en un flanco. La baj¨® una vez m¨¢s el riojano, que le da tanto a un equipo tan solo por eso que resultan dif¨ªciles de entender sus reiteradas suplencias, y marc¨® Iborra solo ante Lux. Una vez se desnort¨® el equipo de V¨ªctor, despistado tambi¨¦n para sacar la l¨ªnea de su meta, y le golpearon.