Athletic, y M¨¢laga, un empate cantado

A los 18 minutos, San Mam¨¦s fue como un escenario shakesperiano: todo lleno de dudas. Duda sobre por qu¨¦ San Jos¨¦ empujo a un rival en una jugada intrascendente; duda sobre por qu¨¦ el cuarto ¨¢rbitro, Rom¨¢n Rom¨¢n, una figura tan intrascendente acostumbrada a levantar cartelones de cambios y tiempos a?adidos, avis¨® al ¨¢rbitro de un empuj¨®n manifiesto sin bal¨®n. Dudas sobre qu¨¦ dijeron Ra¨²l Garc¨ªa y Williams para ser amonestados; dudas sobre por qu¨¦ el ¨¢rbitro ?lvarez Izquierdo se tap¨® los ojos en cada jugada posterior como si hubiera perdido las tarjetas en la trifulca; dudas sobre c¨®mo reaccionar¨ªa el Athletic con uno menos casi todo el partido y sobre qu¨¦ har¨ªa el M¨¢laga, tan hambriento de puntos, con tanto a su favor.

Sucedi¨® que el arbitro se hizo el tuerto, mirando hacia otro lado, que el Athletic decidi¨® dosificar esfuerzos, limitando su c¨¢lculo de posibilidades y que el M¨¢laga decidi¨® no perder la cabeza tir¨¢ndose hacia el chulet¨®n como un peregrino hambriento. A¨²n as¨ª, en la primera mitad le dio dos dentelladas a la porter¨ªa rojiblanca que Iraizoz sac¨® con una mezcla de reflejos, fortuna y decisi¨®n ante Recio y Duda (Amrabat lanz¨® otra contra la red, pero por fuera). A cambio, el Athletic solo fabric¨® un remate de Aduriz que ataj¨® Kameni. Ante la duda, imper¨® la calma. Tacticismo del M¨¢laga para resistir un mundo nuevo y tacticismo del Athletic para resistir dos mundos, porque cada segundo se multiplicaba por dos.

Gracia, con la soga al cuello, fue modificando el dibujo. De la precauci¨®n inicial pas¨®, tras el descanso, a la normalidad, restando a Filipenko y sumando a Juanpi, y luego a la osad¨ªa, eliminando a Fornals y a?adiendo a Santa Cruz, o sea, jugando con tres delanteros centro. Daba grima pensar que con un hombre m¨¢s desde el primer cuarto de hora, el M¨¢laga propusiera tan pocas ocasiones de gol. Gracia debi¨® pensar que a veces nobleza y necesidad obligan por igual.

Valverde apost¨® por reforzar el centro del campo con Iturraspe en lugar de un desorientado y desafortunado Susaeta. Jugaba el Athletic a medio gas entre la victoria y el empate, sabiendo que ambas cosas guardaban un bot¨ªn en tales circunstancias. Victoria que tuvo en sus pies Williams pero se enred¨® convirtiendo el bal¨®n en un ovillo entre sus pies. El Athletic cre¨ªa en el empate y so?aba con la chistera de Aduriz. El M¨¢laga esperaba que el cemento del castillo rojiblanco cediera con el tiempo. Otra vez las dudas: ?partido abierto o partido cerrado? Lo ¨²nico claro es que en el minuto 18 hab¨ªa nacido un partido nuevo con el que nadie contaba. Pura obviedad.