El segundo 8-0 de Ben¨ªtez

El Madrid, m¨¢s que un club, es un centro de producci¨®n de contenidos. Y el Bernab¨¦u, m¨¢s que un estadio, es un hermoso parque tem¨¢tico circundado por un anillo de restaurantes con terrazas con vistas a la hierba en donde los altavoces m¨¢s potentes del f¨²tbol mundial descargan una catarata de decibelios de la m¨²sica m¨¢s banal que se puede o¨ªr en una discoteca. Por ejemplo, Calvin Harris y sus Disc¨ªpulos interpretando How deep is your love. No confundir con el tema que popularizaron los Bee Gees. Esto suena m¨¢s sint¨¦tico. M¨¢s digital. M¨¢s limpio y desinfectado. Como el partido que disput¨® el equipo contra el Malmoe. Dulce, as¨¦ptico, irrelevante por completo desde el punto de vista de la competici¨®n, donde el Malmoe no se jugaba nada y el Madrid ya se hab¨ªa asegurado el liderato del Grupo A, el partido, m¨¢s que un duelo balomp¨¦dico, constituy¨® una exhibici¨®n de formas y colores magn¨ªficos. Los 60.000 hinchas que se acercaron al campo lo hicieron para vibrar con la Champions lo mismo que para vibrar con Calvin Harris y su banda en el entretiempo. Con la devoci¨®n disciplinada de buenos consumidores de entretenimientos navide?os.

Toda la velada pareci¨® la obra de un c¨¢lculo organizativo excelente. El hat-trick de Benzema, que as¨ª reclama su amnist¨ªa ante la directiva de la Federaci¨®n Francesa de F¨²tbol que lo juzga el jueves; el p¨®ker de Cristiano, que establece el r¨¦cord de goles en fase de grupo (11) y gana en serenidad; la ovaci¨®n a Pepe, a quien la hinchada agradece su esforzada labor como capit¨¢n en la reserva; o la redenci¨®n de Cheryshev ante la afici¨®n, previo abucheo cat¨¢rtico. La sucesi¨®n de desmboc¨® en la mayor goleada del Madrid en la Copa de Europa desde el 9-1 al Tirol en 1990 (con cuatro goles de Hugo S¨¢nchez y tres de Butrague?o aquel d¨ªa). Esta vez, el homenaje se lo dieron Cristiano y Benzema, que sellaron el primer partido de la Liga de Campeones con tres o m¨¢s goles de dos jugadores.

El Madrid igual¨® el 8-0 del Liverpool de Ben¨ªtez al Besiktas en 2007. El t¨¦cnico colecciona as¨ª las dos mayores goleadas de la historia de la Liga de Campeones. Y Arbeloa, que particip¨® en las dos goleadas, puede presumir de ser el ¨²nico jugador en la historia de la Champions que intervino en dos partidos en los que se metieron 16 goles. El f¨²tbol es generoso con todos.?

La redondez de la velada se extendi¨® a los c¨¢nticos previstos en el gui¨®n que siguieron los 2.000 muchachos que interpretan el papel de fan¨¢ticos para el Madrid. Son el suced¨¢neo ultra desprovisto de toda su violencia y de toda su gracia. Un orfe¨®n oficial, sito en los asientos reservados de la zona denominada de Fans RMFC, en el cuarto anfiteatro. En el minuto 20 toc¨® entonar Reyes de Europa, en el minuto 55 Guti Al¨¦, en el minuto 58 Real Madrid Al¨¦, y as¨ª sucesivamente. Los coristas cumplieron como si llevasen un software por cabeza. Ellos recogen su entrada, cantan su repertorio, y a casa. Pase lo que pase en el campo, y casi siempre en contraste con los dem¨¢s concurrentes, que permanecen en silencio. Tanto c¨¢lculo ha enfriado el ambiente en el Bernab¨¦u, en donde los m¨¢s ruidosos resultaron los aficionados del Malmoe.

Solo hubo un acontecimiento imprevisto en el protocolo. Fue la pitada al entrenador Rafa Ben¨ªtez. Antes del encuentro, cuando le mencionaron por megafon¨ªa, el p¨²blico de todas las tribunas (con la obediente excepci¨®n de Fans RMCF) le dedic¨® una bulliciosa reprimenda. La gente le ha cogido la matr¨ªcula. No se sabe si por el 0-4 del cl¨¢sico o por la alineaci¨®n conflictiva de C¨¢diz. El t¨¦cnico aguant¨® el chaparr¨®n con elegancia. Nada le alej¨® de sus tareas en la banda, en donde se pas¨® la primera media hora gritando indicaciones y gesticulando a sus jugadores hasta quedar sentado y satisfecho de la goleada y las rotaciones, culminadas en un proceso exacto, higi¨¦nico, y sin lesionados. S¨ª se?or. Esto tambi¨¦n es noticia. ?Sin lesionados!