El Athletic supera el ¡®s¨ªndrome del colista¡¯
Dos goles de San Jos¨¦ y Williams en la segunda mitad tumban a un Levante sin pegada y poco f¨²tbol
Cada cual tiene sus cl¨¢sicos espirituales. En San Mam¨¦s son el viento sur, el barrillo ¡ªya en desuso¡ª y el s¨ªndrome del colista. El primero depende de la meteorolog¨ªa; el barrillo lo ha borrado la tecnolog¨ªa; el tercero se produce cada a?o una o varias veces seg¨²n las fluctuaciones de la clasificaci¨®n y es el que peor se le da al Athletic. No se sabe si por un pecado de superioridad o por una virtud de caridad. El Levante llegaba a la Catedral con el peso que ejerce la clasificaci¨®n cuando se te cae encima por completo. As¨ª que se puso el casco: o sea, se cubri¨® con una l¨ªnea de cuatro defensas, un medio centro, otra l¨ªnea de cuatro centrocampistas y dej¨® a Ghilas la mitad de San Mam¨¦s para que se desbocara a su gusto como un caballo salvaje. Algo tan sencillo no es que derrumbara al Athletic, es que le sumergi¨® en una rutina de oto?o; es decir, en un volc¨¢n apagado, pasto de turistas y selfis. Camarasa y Simao, sobre todo este ultimo, se merendaron a Be?at (por las buenas o por las malas) y la sequ¨ªa le llen¨® de arena la garganta al Athletic. Tanto se descontrol¨® que a punto estuvo Ghilas de robarle el poco agua que ten¨ªa. Sus errores fueron imperdonables. Solo ante Iraizoz se puso a reflexionar sobre la insoportable levedad del ser y perdi¨® el bal¨®n. Poco m¨¢s tarde dispar¨® fuera con la porter¨ªa como un libro abierto.
Precavido el Levante, hizo dos ocasiones en la primera mitad; descosido, el Athletic, solo hizo una, en un disparo al poste de Susaeta tras un buen centro de San Jos¨¦. El resto fue una colecci¨®n de malos centros, seguidos de peores despejes. Pero grandes males (y los psicol¨®gicos lo son) grandes remedios caseros: por ejemplo, una buena ducha. El descanso provoc¨® la erupci¨®n del volc¨¢n. C¨®rner. Lanza Susaeta y San Jos¨¦ peina el bal¨®n llegando desde la segunda l¨ªnea. Y sigui¨® el agobio a Mari?o, a veces asfixiante como un calor caribe?o, disparos, rechazos, cabezazo de Aduriz salvado por el portero con la yema de los dedos. Al ataque o al contraataque, el Athletic se hab¨ªa quitado el s¨ªndrome del colista, corriendo mucho y marcando a bal¨®n parado.
ATHLETIC, 2 - LEVANTE, 0
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; San Jos¨¦, Be?at; Williams (Muniain, m. 87), Ra¨²l Garc¨ªa (B¨®veda, m. 85), Susaeta (Mikel Rico, m. 74); y Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn, Eraso, Kike Sola y Gurpegui
Levante: Mari?o; Pedro L¨®pez (Deyverson, m. 78), Feddal, Navarro, To?o Garc¨ªa; Simao (Verza, m. 69); Xumetra (Morales, m. 69), Camarasa; Lerma, Rub¨¦n Garc¨ªa; y Ghilas. No utilizados: Rub¨¦n, Iv¨¢n L¨®pez, Roger y Jos¨¦ Mari.
Goles: 1-0. M. 55. San Jos¨¦. 2-0. M. 82. Williams.
?rbitro: Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. Amonest¨® a To?o Garc¨ªa, Simao, Feddal, Pedro L¨®pez y Lerma
Unos 45.000 espectadores en San Mam¨¦s.
Pero no se quitaba el miedo de encima. Un gol de ventaja da la misma seguridad que un extintor en el infierno. M¨¢s a¨²n cuando se malgastan ocasiones, una tras otra, y cuando el Levante decidi¨® refrescar el equipo y la estrategia con la entrada de Verza y Morales. Pero, quitadas las telara?as del s¨ªndrome, apareci¨® esa conexi¨®n maldita para los rivales que forman Aduriz y Williams, el primero de asistente, el segundo de realizador; el primero, con un pase interior lleno de inteligencia, el segundo con una rapidez endiablada y un remate en el que puso alma, coraz¨®n y vida. El gol, tan cerca del anochecer, apag¨® al Levante y le permiti¨® a Valverde incluir unos minutos a Muniain, su fichaje de invierno, ocho meses despu¨¦s de su lesi¨®n en el Sanchez Pizjuan.
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