Homenaje y desconcierto de Ben¨ªtez
El t¨¦cnico madridista, agasajado en Mestalla, no acierta en el planteamiento ni en los cambios
La pancarta recorri¨® el primer anillo de la curva norte de Mestalla: ¡°Rafa, nos regalaste los mejores a?os de nuestras vidas¡±. El partido acababa de comenzar y Rafa Ben¨ªtez se asom¨® a la banda mientras la multitud lo cubr¨ªa con un manto de reconocimiento. ¡°?Ra-fa Be-n¨ª-tez! ?Ra-fa Be-ni-tez¡!¡±, cantaba la afici¨®n enardecida, evocadora en cada s¨ªlaba del recuerdo de las Ligas de 2002 y 2004, conquistadas bajo la direcci¨®n del entrenador que esta noche ocupaba la caseta adversaria. Dos Ligas logradas precisamente a costa del rival madrile?o que visitaba el campo dirigido por el ¨ªdolo que regresaba. El clamor fue solo equivalente al car¨¢cter explosivo del valencianismo. Ben¨ªtez se volvi¨® a la grada haciendo un gesto con la mano, tal vez conmovido. Tal vez consciente, a sus 55 a?os, de que al cabo de una carrera ininterrumpidamente pr¨®spera en contratos y premios, puede compartir un sentimiento profundo con sus ac¨®litos. Inglaterra le depar¨® el triunfo profesional, pero sus d¨ªas de gloria siguen correspondiendo a sus d¨ªas en Valencia.
Mestalla vibr¨® toda la noche al calor del homenaje y del vaiv¨¦n de un partido sin gobierno, mal interpretado por casi todos los jugadores implicados, y se?alado singularmente por dos circunstancias. La lucidez de Benzema ah¨ª donde prevalec¨ªa la tiniebla y la sensaci¨®n de que los planteamientos del Madrid dan ventaja a sus adversarios. A los quince minutos Benzema sali¨® de su zona para combinar con Bale y Cristiano, y regres¨® al ¨¢rea para recibir. Cristiano lo habilit¨® con un toque sutil y Santos, despistado por el movimiento, incapaz de fijar la marca, reaccion¨® tarde. El franc¨¦s ajust¨® el tiro al palo derecho de Dom¨¦nech. Fue un golazo. El primero que elabor¨® el famoso tridente madridista en un encuentro de m¨¢xima exigencia esta temporada. El gol n¨²mero 99 de Benzema en Liga. Pudo ser el pre¨¢mbulo de una noche de restauraci¨®n par el equipo, pero deton¨® un repliegue masivo. Como en Vigo, como en el Calder¨®n, como en Sevilla, como ante la Real Sociedad o el PSG, la ventaja propici¨® algo parecido a una retirada a la espera del contragolpe. Con efectos desastrosos, una vez m¨¢s.
El gol tuvo consecuencias desconcertantes. El Valencia, que vacilaba, comenz¨® a crecer. El Madrid, que hab¨ªa dado un paso adelante, se acul¨® formando una barricada para librarlo todo al pase r¨¢pido a Bale, Benzema o Cristiano. La f¨®rmula, de momento, no ha producido resultados. Si no es un plan predeterminado por el entrenador, lo parece mucho. Ben¨ªtez no deja de insistir en los valores de ¡°la contra¡±. Como en Villarreal, el t¨¦cnico retoc¨® el centro del campo en busca de esa cohesi¨®n defensiva, persiguiendo la presi¨®n baja. Si en el Madrigal la escoba elegida fue Casemiro, en Mestalla fue Kovacic. Ya lo dictaminaron quienes elaboran los informes t¨¦cnicos en Valdebebas: Kovacic puede desempe?arse como pivote defensivo con m¨¢s aplicaci¨®n que James, aunque ni uno ni otro han nacido para cumplir esa funci¨®n. Si lo hacen es porque obedecen, porque intentan asumir un rol impuesto, nunca porque hayan adquirido el oficio.
La descripci¨®n de la t¨¢ctica contragolpeadora seguida contra el Valencia tuvo un punto fatalista en boca de Ramos. ¡°Salimos con mucha intensidad¡±, dijo el capit¨¢n, ¡°adelantamos bastante las l¨ªneas para robar el bal¨®n en campo contrario y disfrutar de m¨¢s posesi¨®n. Pero esto requiere m¨¢s desgaste y es complicado mantener este ritmo durante 45 minutos. Por eso ha habido momentos en los que bajamos un poco la presi¨®n. Obviamente que cuando te pones por delante cambias un poco el concepto de juego y retrasas m¨¢s la l¨ªnea para estar m¨¢s cortos y achicar. Eso nos ha costado el empate pero el f¨²tbol tiene estas cosas. A veces salen bien y otras no¡±.
El Valencia empat¨® (1-1) y luego Kovacic fue expulsado por un plantillazo a Cancelo. Fue el inicio de un desenlace tan asombroso y decepcionante como el discurrir del equipo. Sin Benzema, la ¨²nica sustituci¨®n de Ben¨ªtez, y superado num¨¦ricamente, este Madrid mostr¨® su versi¨®n m¨¢s heroica en meses.
El 2-2 puede interpretarse como una cosa y la contraria. L¨®gicamente, Ben¨ªtez se mostr¨® absolutamente optimista, al cabo de la velada. "Hemos hecho un gran partido", sentenci¨®.
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