El cruce de caminos de Messi y Cristiano

Nunca fueron lo mismo, pese a compartir tantos podios y copar debates infinitos. Pero la temporada abunda en la sensaci¨®n de que, m¨¢s que nunca, Messi y Cristiano van en direcciones opuestas. Un cruce de caminos. El argentino se ha alejado del ¨¢rea y todo ha mejorado a su alrededor sin que ¨¦l pierda prestancia. En otra v¨ªa, el portugu¨¦s anida m¨¢s en las zonas calientes del gol, pero ha perdido pujanza, valor. Al igual que Neymar y Su¨¢rez en el Bar?a, sus compa?eros de ataque, Benzema y Bale, han prosperado de forma notable. De la pujanza de los atacantes azulgrana mucho tiene que ver la l¨¢mpara de Messi desde zonas medias. El franc¨¦s y el gal¨¦s tambi¨¦n se lo debena CR, pero en otro sentido: sin un Cristiano plet¨®rico, ellos han tomado la delantera, van m¨¢s por libre que nunca.

Messi, con menos forraje f¨ªsico, ha pasado de jugadorazo a futbolista, si aceptamos este ¨²ltimo t¨¦rmino como alguien que domina todas las suertes, no solo las propias. CR, un H¨¦rcules con botas, no ha subido ese escal¨®n y, con los huesos ya magullados, lejos de aproximarse al juego se ha refugiado en el gol, pero en otro tipo de gol: el del rematador puro, no el de aquel espr¨ªnter que hac¨ªa descarrilar rivales a varias cuadras de la meta adversaria.

Cristiano no se ha vuelto un piernas, para nada. A¨²n atemoriza a los adversarios, lo que por los pasillos del gol aprovechan Bale y Benzema. Si Neymar y Su¨¢rez no pesta?ean sin un vistazo a Messi, Benzema y Bale ya no se sienten tan anclados al luso. El brit¨¢nico siempre fue m¨¢s un esp¨ªritu libre, el caso del galo es el m¨¢s sintom¨¢tico. El insigne Karim de este curso ya no solo es un arquitecto del gol ajeno, hoy busca la diana con alma de delantero. Este CR dispara y cabecea, pero se abre menos el camino a la red, ha perdido el turbo que ahora luce Bale. Habita m¨¢s en la sala de espera, de la que antes sal¨ªa Benzema para citar a CR. El luso est¨¢, ya no llega. Karim est¨¢ y llega, con Ben¨ªtez y con Zidane.

El quinto Bal¨®n de Oro de Messi no ha sido para el mismo Messi. Este Bal¨®n lo ha ganado otro Leo, el mejor visto. El Messi de 2015 fue mucho m¨¢s que un solista extraordinario, condici¨®n que no necesit¨® sacudirse para al mismo tiempo ser un Messi gremial, un genio al servicio del m¨¦todo. El argentino cedi¨® el nueve cuando quiso, recul¨® un rato hacia el extremo y por tramos, a la carta, tambi¨¦n se hizo un diez.

Discurre hoy el Leo m¨¢s vers¨¢til: tan capaz de ser un ilustrado desde el extremo como desde el sat¨¦lite de Xavi; tan capaz de regatear por fuera como en diagonal; tan preciso en cruzar pases a la frontera contraria, a la de Neymar y Alba, como de citarse en paredes con Luis Su¨¢rez. Messi a¨²n es Messi para Messi y encima ahora es Messi para todos. Ha enlazado con Neymar y Luis Su¨¢rez, y ello le hace feliz. El Leo amigo, sonriente, gozoso por el ¨¦xito propio y los ajenos. Ni rastro de aquel tipo hura?o ante cualquier pase negado de Cuenca, Tello, Eto¡¯o, Villa, Ibra... El astro ha forjado dos familias, lo que le ha humanizado. Tanto juega con Ney y Luisito como con Thiago y Mateo. El tipo se pasa la vida jugando, no hay quien le pare. Solo se para ¨¦l, convertido en el primer futbolista que rota al jugar. Leo tambi¨¦n administra su aliento.

M¨¢s confuso se advierte a CR, que no ha marcado en 12 de 21 partidos y cuyos tantos mayormente han llegado como pedrea en grandes goleadas, sin demasiada trascendencia. El mejor soporte de Ronaldo ha sido su privilegiado forro muscular, un atleta superdotado con voluntad espartana que ha cultivado su cuerpo como pocos. ?l nunca fue un motor de juego y, con la mochila de los a?os, antes que practicar como un diez cl¨¢sico (a lo Messi), se ha ido a acampar cerca de la porter¨ªa rival. Nadie se conoce mejor que uno mismo. Pero la transici¨®n no le ha resultado del todo. Se le ve inc¨®modo. En sus tiempos m¨¢s atl¨¦ticos, cazarle al vuelo era una quimera para los defensas. Hoy, al recibir de espaldas, es un saco de golpes. Los alguaciles est¨¢n en el cogote y rascan y rascan tobillos. ?l se calienta y ya ha sacado a pasear la mala baba con estacazos sin el bal¨®n por delante. Pero cualquier d¨ªa puede ser que Ronaldo protagonice una racha tremenda. As¨ª son los goleadores de ¨¢rea de toda la vida, en lo que se ha convertido. Lo que no se vislumbra es al CR imponente.

Brota otro Messi, cegador como nunca en lo colectivo y como siempre en lo individual. Quedan restos del particular CR, lo que no es poco. Uno fue hacia atr¨¢s para seguir adelante; otro fue al frente y parece ir hacia atr¨¢s. Siempre fueron m¨¢s asim¨¦tricos que sim¨¦tricos. Hoy todav¨ªa m¨¢s.