Kerber frustra a Serena Williams
La alemana se impone a la n¨²mero uno (6-4, 3-6 y 6-4, despu¨¦s de dos horas y ocho minutos), levanta su primer grande en Australia e impide que la estadounidense alcance los 22 Grand Slams de Steffi Graf
La imagen describe a la perfecci¨®n la grandeza del deporte. Serena Williams, la n¨²mero uno, acababa de caer en la final de Melbourne (6-4, 3-6 y 6-4), de perder la oportunidad de alzar un nuevo grande, de elevar su 22? t¨ªtulo del Grand Slam y, en consecuencia, igualar el hist¨®rico registro de la alemana Steffi Graf. A pesar del palo, del segundo shock que sufre en su asalto a ese gran objetivo ¨CRoberta Vinci ya le priv¨® de la meta el pasado mes de septiembre, en Nueva York¨C, la estadounidense rompi¨® el protocolo y en lugar de esperar a Angelique Kerber en la red para la felicitaci¨®n de rigor, cruz¨® de lado y estrech¨® a su rival entre sus brazos, porque sencillamente hab¨ªa sido superior. Saber ganar, saber perder.
La de Bremen estuvo sensacional, pero la reina no jug¨® bien. No tuvo medida. Sobreexcitada, pec¨® por exceso o defecto
Kerber, alemana de 28 a?os, numero seis hasta este domingo y ahora encaramada al n¨²mero dos de la WTA, firm¨® la proeza de vencer a Serena. Desde 1999, cuando Graf elev¨® el trofeo de Roland Garros, una tenista alemana no celebraba un gran t¨ªtulo; desde hac¨ªa 20 a?os, cuando Monica Seles gan¨® en Melbourne, una jugadora zurda no levantaba un major. De ah¨ª las l¨¢grimas, la emoci¨®n. "Mi sue?o se ha hecho realidad esta noche. Por fin puedo decir que soy campeona de un Grand Slam", dijo Kerber en la ceremonia final. "Soy feliz por ti", manifest¨® Serena.
Nacida en Bremen, pero con ra¨ªces polacas, Kerber hasta ahora no hab¨ªa disputado nunca una final de esta envergadura; las semifinales del US Open (2011) y Wimbledon (2012) eran su cota m¨¢xima. Caprichos del destino, tuvo un pie y medio fuera del torneo en la primera ronda, cuando sorte¨® una bola de partido en contra frente a la japonesa Misaki Doi. La salv¨® y progres¨® hasta encarar a Serena. Contra esta, cinco derrotas en los seis precedentes.
Sin embargo, Kerber sali¨® sin ning¨²n tipo de complejo. Practic¨® su tenis, que ofrece varios registros y desde hace tiempo ped¨ªa a gritos un reconocimiento. Ante el power game de Serena, esa descarga el¨¦ctrica de pelotazos de la reina del circuito, emple¨® una t¨¢ctica inteligente. Para ganar tiempo de reacci¨®n, recul¨® un paso y peg¨® fuerte desde el fondo: derechas, cortados, reveses. Todo el abanico. Serena, mientras, no andaba fina. Nunca est¨¢ c¨®moda frente a una jugadora zurda y Kerber, una superdotada f¨ªsica, de cu¨¢driceps llamativos, le oblig¨® a hacer un esfuerzo extra para arrebatarle cada punto.
El primer set ya fue un aviso. Kerber quebr¨® dos veces el saque de Williams, muy desdibujada, con 20 errores no forzados (por tres de la alemana) en ese parcial de inicio. Lo enmend¨® al igualar en la segunda manga, pero segu¨ªa estando muy inc¨®moda ante la versatilidad de su rival. Serena se ofusc¨® poco a poco. Jug¨® sobreexcitada, como si tuviera mucha prisa por ganar y dar caza a Graf. Sus gritos sonoros eran m¨¢s una expresi¨®n de ansiedad, una necesidad de liberaci¨®n, que una celebraci¨®n verdadera. Desde hace tiempo, a la campeona se le percibe demasiado ansiosa.
Serena?cay¨® por 1? vez en una final australiana, la quinta en sus 26 de 'majors'. No perd¨ªa en la de un grande desde 2011
Kerber, que con su s¨¦ptimo t¨ªtulo recibi¨® tambi¨¦n un cheque de 2,2 millones de euros, estuvo sensacional. Fue valiente y en los momentos cr¨ªticos tuvo mesura y no perdi¨® el control. Pero Serena no jug¨® bien. La alemana contuvo su derecha y su rev¨¦s, y la n¨²mero uno no supo encontrar un plan alternativo. Sirvi¨® mal (seis dobles faltas, algunas de ellas en momentos decisivos) y su actuaci¨®n en la red fue muy deficiente; en esa ¨¢rea fall¨® 17 voleas en 32 aproximaciones. No tuvo medida. Pec¨® por exceso (potencia) o defecto (tensi¨®n).
En el parcial definitivo, Kerber adquiri¨® una renta de tres juegos (5-2), pero Serena se revolvi¨®. Ah¨ª tuvo su oportunidad (5-4), pero la de Bremen la frustr¨®. Al final, despu¨¦s de dos horas y ocho minutos, hubo nueva entronizaci¨®n. Serena, seis veces ganadora en Melbourne, cay¨® por primera vez en una final australiana y la quinta en sus 26 de Grand Slam. La norteamericana no perd¨ªa en la final de un grande desde 2011; entonces le bati¨® Samantha Stosur, en Nueva York. Adem¨¢s de la australiana, solo dos adversarias m¨¢s le hab¨ªan vencido en un escenario mayor: su hermana Venus (US Open 2001 y Wimbledon 2007) y Maria Sharapova (Wimbledon 2004).
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