Modric da vidilla al Madrid ante el Granada
El equipo de Zidane, borroso fuera de casa, respira con un gol del centrocampista croata ante un rival tan valiente como fall¨®n en defensa
Un misil de Modric ante el complaciente vistazo de la zaga del Granada dio vidilla a un Madrid borroso. Un Madrid que estuvo a un paso de condenarse en la Liga y rebajar el efecto Zidane, su mejor agarradera de estos d¨ªas. En su versi¨®n forastera, esta vez no irrumpi¨® el equipo estilista que de forma inmerecida perdi¨® dos puntos con el Betis. En esta ocasi¨®n, sobre la escena nazar¨ª se vio a un Real sosaina, aparatoso. Irreconocible respecto a ese torbellino que se deja ver por Chamart¨ªn. Lejos de su estufa, los rivales le aprietan de otra manera, no se dan por vencidos como en la Castellana. Lo hizo un Granada audaz que mereci¨® puntuar. Y lo tuvo en las botas, pero se hizo una faena con dos errores defensivos de calado. El ¨²ltimo, ante Modric, a pocos minutos de que bajara el tel¨®n, cuando el grupo de Sandoval se empinaba por encima de un adversario que fue de poco a menos.
Con el Granada al frente, el croata caz¨® una pelota en el balc¨®n del ¨¢rea. Los muchachos de Sandoval le invitaron al disparo. Pase y chute, como si Modric fuera un cualquiera. Entre sus virtudes est¨¢ el remate lejano, un golpeo seco y preciso. De miranda los defensas locales, el balc¨¢nico revent¨® el bal¨®n en la escuadra derecha de Andr¨¦s Fern¨¢ndez. Un gran gol para evitar el primer l¨ªo a Zidane. Los rojiblancos cayeron en la orilla. Se dir¨¢ que sus batallas son otras, pero todas suman, m¨¢xime cuando se est¨¢ en el pozo.
Mutaci¨®n madridista
Zidane ya tiene motivos para sentar a sus muchachos en el div¨¢n y psicoanalizar esta mutaci¨®n. Fuera de Madrid el Madrid no es tan real. Ante el Betis solo pudo descontar un punto y en Los C¨¢rmenes de nuevo apareci¨® un equipo que nada tuvo que ver con esa apisonadora de Chamart¨ªn que entra en combusti¨®n de inmediato. En Granada se espes¨® el cuadro de Zidane, trabado en muchas fases. Kroos y Modric no encontraron socios, con hasta seis compa?eros por delante de la pelota y muchas veces, demasiadas, alineados a lo ancho, sin ofrecer otras v¨ªas. Al alem¨¢n y al croata, andamiajes del equipo, les faltaron compa?eros para articular el juego, gente con la que avanzar al toque. Aislados Isco y James, con Carvajal y Marcelo como extremos adelantados, el Madrid no daba con la tecla para arrimarse siquiera a la meta local. Se espantaba frente a su propio dique.
El partido transitaba entre el in¨²til peritaje madridista y los fogonazos de los nazar¨ªes. Sin la pelota, el Granada asumi¨® su papel de resistente, con las filas bien ajustadas. Con el bal¨®n, repiti¨® el guion con machaconer¨ªa: despliegue por los costados, Success por la derecha y el benjam¨ªn Pe?aranda por la izquierda, un chico, este venezolano, con m¨¢s f¨²tbol que a?os (18). Dos futbolistas con picante, verticales, moscardones. Ambos incomodaron lo suyo a la retaguardia de Zidane, pero al Granada le costaba un mundo cerrar alguna jugada con un remate. Hasta el segundo acto, Keylor Navas fue m¨¢s exigido fuera del ¨¢rea que en su guarida natural.
Templado el encuentro, con el Madrid anudado y tibio, el conjunto de Sandoval se venci¨® en defensa, como ya hab¨ªa anticipado en algunas acciones puntuales, como le ocurre con frecuencia en partidos de todo pelaje. Lo mismo que al ariete Barral, el t¨¦cnico del Granada hizo debutar al veterano defensor Ricardo Costa. El equipo requiere con urgencia centinelas. No encontr¨® remedio ante el Madrid por el costado de Foulquier, instruido para arrestar a James en zonas m¨¢s interiores. Desvalido el costado, Pe?aranda, m¨¢s perfilado para atacar, no siempre sigui¨® los pasos de Carvajal. Tras amagar Cristiano y Modric por esa zona, Isco filtr¨® un pase para su lateral derecho. Foulquier estaba en cualquier sitio, vaya usted a saber. Carvajal avanz¨® y cedi¨® a Benzema, que sopl¨® la pelota con la puntera derecha en soledad.
El tanto no atenu¨® al Granada, que sigui¨® a lo suyo hasta que comprob¨® que el Madrid no se asustaba y, con Rochina de conductor, encendi¨® las alarmas ante Keylor Navas. Success y Pe?aranda, dale que dale, pero con m¨¢s gente al auxilio. El Madrid se fue diluyendo, pese a que Benzema, que lleva seis jornadas consecutivas de anotador, tuvo el gol en un duelo con Andr¨¦s, a dos palmos, pie contra mano. La parada del meta local fue alucinante.
La Liga se iba
Zidane rescat¨® a Jes¨¦ en perjuicio de James, otra vez extraviado pese a su ligera remontada ante el Espanyol. No cambi¨® el panorama. Lo que s¨ª hizo Sandoval con la puesta en marcha de El Arabi. El primer bal¨®n que toc¨®, bingo. Modric se gir¨® hacia su porter¨ªa, agobiado por una trama de camisitas rojiblancas, y se top¨® con una zamarra con la que no contaba, la del ¨¢rbitro, que estaba mal colocado. El inesperado interruptor le hizo perder la pelota, lo que aprovech¨® Rochina para citar a El Arabi ante Keylor, al que bati¨®. No fue la ¨²ltima secuencia de Keylor, decisivo en un mano a mano ante Success. La hinchada pidi¨® penalti en lo que fue una magn¨ªfica intervenci¨®n del costarricense. La Liga se iba cuando apareci¨® Modric, sin el ¨¢rbitro de por medio, y dio ox¨ªgeno a este Madrid con dos caras. Como la de CR, de nuevo fuera de onda lejos del Bernab¨¦u. Otro CR, otro Madrid.
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