El Espanyol es un drama
El equipo blanquiazul, descompuesto en la zaga y sin argumentos en ataque, pierde con estr¨¦pito ante una Real Sociedad bien ordenada y estupenda al contragolpe
M¨¢s que tierno, ingenuo. M¨¢s que destensado, con pijama. Y m¨¢s que desajustado, roto y descompuesto. El Espanyol fue un guirigay, un equipo que no dio pie con bola y que evidenci¨® un declive inquietante porque no se le adivina soluci¨®n alguna. Se aprovech¨® de ello la Real Sociedad, que tampoco practic¨® un f¨²tbol de sal¨®n pero que le alcanz¨® con cerrar las l¨ªneas de pase en la medular y una defensa abrigada para encontrar a la contra el ed¨¦n. Por lo que logr¨® un triunfo holgado y a buen seguro reparador.
Hastiado de sumar decepciones, Galca prob¨® con una zaga nueva, con Ciani ¡ªque s¨®lo hab¨ªa disputado un partido en la Liga¡ª de central y con Fuentes de lateral izquierdo. Una defensa que no tiene defensa. Entre otras cosas porque no acert¨® a sacar el bal¨®n jugado desde atr¨¢s y menos supo atar en corto a los atacantes contrarios. A eso se le sum¨® la insensatez de los medios blanquiazules, que no presionaron a los centrocampistas rivales y regalaron tiempo y espacio para que dieran el pase definitivo; y tambi¨¦n la mala colocaci¨®n del portero Arlauskis, que no acompa?¨® a su defensa adelantada y que sali¨® a destiempo para encajar dos vaselinas de buenas a primeras, en apenas ocho minutos. Dos contras, dos bofetadas.
De un saque de banda en la retaguardia izquierda, la Real mezcl¨® entre centrales y un pase diagonal a Vela se prolong¨® con una asistencia sobre la zaga, tan adormilado ?lvaro como atento Jonathas para colarla por encima de un Arlauskis que no ofrece argumentos para explicar su relevo a Pau L¨®pez. As¨ª lo acept¨® Galca al cambiarlos en el entreacto, gastando extra?amente un cambio en un partido cuesta arriba. Poco despu¨¦s, Pardo recogi¨® una pelota en la medular, alz¨® la cabeza y filtr¨® un pase estupendo a Vela, que le gan¨® la posici¨®n y la carrera a Fuentes para repetir la suerte del remate. Adi¨®s al partido en un santiam¨¦n para el Espanyol, que a lo Benjamin Button involuciona en su juego a cada encuentro que pasa.
Con Pau bajo los palos hab¨ªa al menos alg¨²n que otro aplauso en la grada [se ensa?¨® con Ciani, Diop y Fuentes] y sobre todo portero. As¨ª lo constat¨® en ese mano a mano con Jonathas y en ese centro que repeli¨® con la manopla cuando el estadio ya maldec¨ªa un nuevo gol. Pero eso no vari¨® la fatalidad periquita ni la dicha de la Real.
Un banquete a la contra
Ordenada atr¨¢s y con las l¨ªneas compactas, la Real desactiv¨® cualquier intentona del Espanyol. Ayudas y coberturas a tiempo e ideas claras con el esf¨¦rico entre los pies que casi siempre desembocaban en contras de arrea. Jonathas no defini¨® una y Vela se enred¨® en otra cuando ya encaraba a Pau. Pero hab¨ªa ocasiones para todos y Oyarzabal, un joven que pide turno, le puso la puntilla a un nuevo pase de Pardo. Hasta Diego Reyes se uni¨® al banquete al cazar un saque de esquina y Jonathas repiti¨® tanto sobre la bocina.
Se vaci¨® la grada de hinchas antes de hora, con un enfado morrocotudo como para ver el desaguisado de un duelo que se termin¨® a los ocho minutos y en el que el Espanyol dijo la suya pasada la hora con un disparo torcido de Burgui. Primer triunfo de Eusebio fuera de casa y quiz¨¢ la ¨²ltima derrota de Galca, que podr¨ªa ser despedido por el nuevo mandatario Chen Yansheng, que augur¨® pisar la Champions en tres a?os y que deber¨ªa atender a este curso antes de caer devorado por El cuento de la lechera. Suma el equipo nueve encuentros sin ganar ¡ªsiete derrotas y dos empates¡ª y queda claro que no es casualidad. Todo un drama.
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