La memoria de Luis Enrique
Al Bar?a le conven¨ªa un entrenador que no viviera pendiente de los dem¨¢s sino que fuera consciente de la necesidad de volver a ganar partidos
Los n¨²meros sit¨²an a Luis Enrique como uno de los mejores entrenadores del Bar?a. Acaba de cumplir 100 partidos, de los que ha ganado 80, empatado 11 y perdido nueve, y hoy puede batir en Valencia el r¨¦cord de invencibilidad que ahora comparte con Guardiola (28 encuentros: 25 triunfos y tres empates), circunstancia que abona el debate medi¨¢tico sobre el impacto de los dos t¨¦cnicos en la historia del FC Barcelona. La respuesta del entrenador asturiano, sin embargo, ha sido disuasoria y remite cualquier valoraci¨®n al resultado final de temporada despu¨¦s de que en el a?o de su estreno haya contado cinco t¨ªtulos por seis en su d¨ªa del hoy preparador del Bayern.
Ha sido siempre directo y fiel al compromiso con el club sin necesidad de adular a los futbolistas y a los directivos
A Luis Enrique no le interesa ninguna comparaci¨®n y da poco juego en la sala de prensa porque ni tiene ni aspira a gozar del carisma de Guardiola o del aura de Cruyff ni tampoco de la c¨®lera de Van Gaal. Nunca tuvo una corte de periodistas que le promocionara, ni goz¨® de una bien entendida complicidad con la prensa y jam¨¢s le interesaron las relaciones p¨²blicas, ni siquiera quedar bien, como se constat¨® en la ¨²ltima gala del Bal¨®n de Oro. No atiende a ninguna consideraci¨®n que no sea la suya, siempre exigente consigo mismo, o la de su grupo impenetrable presidido por Unzue.
Tampoco pontifica ni act¨²a o interpreta sino que se expresa tal cual es, con naturalidad, de manera que no le preocupa que le tengan por un borde o antip¨¢tico, seguramente porque quienes bien le conocen saben que puede ser muy divertido, seg¨²n cuentan en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Vive al d¨ªa y por tanto dif¨ªcilmente se referir¨¢ a su proyecto, al estilo del equipo, a la historia del f¨²tbol y del Bar?a. Ha sido siempre directo y fiel al compromiso con el club sin necesidad de adular a los futbolistas y a los directivos, siempre agradecido en cambio a la afici¨®n del Camp Nou.
Luis Enrique sabe vivir en conflicto, una virtud capital en un club de naturaleza convulsa, plagado de incidentes que han provocado salidas conflictivas y, por otra parte, acostumbrado ¨²ltimamente a gestionar situaciones traum¨¢ticas como la muerte de Tito o el c¨¢ncer de Abidal. No hace concesiones populistas, ni de cara a la galer¨ªa, y consecuentemente le da igual lo que digan y lo que se diga en el mundo, y tambi¨¦n en el Bar?a. Las cosas son blancas o negras para Luis Enrique, muy transparente, vital para acabar con la transici¨®n emprendida desde la salida de Guardiola.
Luis Enrique sabe vivir en conflicto, una virtud capital en un club de naturaleza convulsa
Ha sido una suerte para el Bar?a dar con un entrenador que parece no tener pasado y, sin embargo, es respetuoso con el legado de una instituci¨®n pasional por naturaleza, a menudo nost¨¢lgica, siempre rom¨¢ntica, conocida como m¨¦s que un club. Luis Enrique se ha convertido en el eslab¨®n perfecto para continuar la obra del Bar?a iniciada por Cruyff y continuada por Guardiola cuando aparentemente no ten¨ªan nada m¨¢s en com¨²n que haber coincidido en el Camp Nou.
La idea parti¨® de Cruyff, que convirti¨® en ganador a un equipo perdedor, padre del dream team. El m¨¦todo y la f¨®rmula son obra de Guardiola, creador de un equipo arm¨®nico, po¨¦tico y admirado, demasiado sentimental para el gusto de los prosaicos, incluidos los del Bar?a. Y la evoluci¨®n lleva la firma de Luis Enrique. Nadie interpret¨® mejor hacia d¨®nde ten¨ªa que ir el Bar?a sin presumir de nada ni sin ser prisionero de ning¨²n legado, simplemente respetuoso con la plantilla y con el hilo conductor representado por Zubizarreta. La cadencia no habr¨ªa funcionado si se hubiera dado al rev¨¦s: Luis Enrique-Guardiola-Cruyff. Al Bar?a le conven¨ªa un entrenador que no tuviera memoria ni viviera pendiente de los dem¨¢s sino que fuera consciente de la necesidad de volver a ganar partidos y t¨ªtulos para honrar precisamente la obra de sus antecesores. Luis Enrique quiere vencer en Mestalla no para superar a Guardiola sino porque es competitivo, ambicioso y contundente, virtudes que le han hecho mucho bien al Bar?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.