Kaptoum firma el r¨¦cord del Bar?a
El equipo de Luis Enrique empata en Valencia, suma 29 partidos invicto y certifica el pase a la final
Hay campos de f¨²tbol, estadios y despu¨¦s est¨¢ Mestalla. No existe seguramente una grada m¨¢s sobrecogedora cuando se llena como la del Valencia: los mejores equipos han claudicado por el ardor de Mestalla. Tampoco hay posiblemente una cancha m¨¢s fr¨ªa e inanimada como Mestalla cuando la hinchada no anima al Valencia: jam¨¢s una semifinal de Copa hab¨ªa resultado tan furtiva y desagradable en un estadio tan pomposo como el de Mestalla.
No era f¨¢cil dar vida al encuentro de Valencia despu¨¦s del 7-0 del Camp Nou. La clasificaci¨®n azulgrana para la final, la sexta en ocho a?os, se daba por descontada, y el ¨²nico inter¨¦s estaba en las alineaciones y en saber qu¨¦ se siente cuando no quema Mestalla. Hab¨ªa m¨¢s gente en las afueras del campo, irritada con el club, con el entrenador, con el equipo, con la vida misma, que en la grada, despoblada, desbravada, de espaldas con el Valencia.
No hay silencio m¨¢s sobrecogedor que el de Mestalla. La pelota suena hueca y los equipos juegan a la fuerza, pendientes de la Liga. Luis Enrique aprovech¨® la ocasi¨®n para experimentar con un equipo y un despliegue in¨¦ditos: tres centrales, un doble pivote m¨¢s o menos (Samper y Sergi Roberto), Rakitic de media punta y en ataque Munir y Sandro. Y Neville dispuso hasta tres jugadores del filial: Zahibo, Fran Villalba y Diallo.
Jug¨® aceptablemente bien el Barcelona. El f¨²tbol era fluido, f¨¢cil, aseado y al mismo tiempo excesivamente tranquilo y falto de profundidad y pegada, justamente lo contrario del Valencia, que marc¨® pr¨¢cticamente en su primer tiro a porter¨ªa: Santos despej¨® la pelota, la zaga azulgrana se durmi¨®, no corrigi¨® Mathieu y la pelota qued¨® en tierra de nadie para la carrera de Negredo, que bati¨® en un doble remate a Ter Stegen.
Abierto el marcador, el encuentro se fue consumiendo de mala manera por la falta de peligro de los delanteros del Bar?a. La productividad de Sergi Roberto y Samper y el ir y venir de Rakitic, el m¨¢s titular de cuantos formaron en Mestalla, contrastaban con el desacierto de Sandro y del pichichi Munir. El car¨¢cter inofensivo del Bar?a anim¨® al Valencia, que poco a poco tom¨® el mando de la contienda a partir de Fran Villalba.
Hab¨ªa que reparar en los j¨®venes en un partido sobrado de suplentes, tambi¨¦n en el Valencia, que aguarda el s¨¢bado al Espanyol en una jornada en la que se juegan el puesto Neville y Galca, Y Villalba mostr¨® mucha personalidad en el manejo del juego frente a un rival tan pelotero como el Barcelona. Al f¨²tbol acad¨¦mico azulgrana le faltaba picante en una contienda rara, extra?a, sin mayor est¨ªmulo que el del r¨¦cord de Luis Enrique.
Samper se debi¨® picar con Villalba y quiso agarrar el partido por su cuenta, ofreci¨¦ndose siempre, generoso en el esfuerzo e ingenuo y reiterativo tambi¨¦n en el error, sobre todo en dos p¨¦rdidas que provocaron la contra del r¨¢pido Bakkali. Nadie inquietaba por el contrario al meta Domenech. La cosa se puso tan intrascendente para el Barcelona que el entrenador incluso dio salida a Douglas y al velocista C¨¢mara.
Los cambios mejoraron suficientemente al equipo azulgrana para alcanzar el empate y posibilitar el r¨¦cord de Luis Enrique, que ya cuenta 29 partidos invicto, uno m¨¢s que Guardiola. Apareci¨® Douglas, profundiz¨® para C¨¢mara y su centro lo remat¨® estupendamente el joven volante goleador del filial Kaptoum. El encuentro se aviv¨® con el gol y pudo pasar cualquier cosa en los ¨²ltimos minutos cuando se iba la poca gente que fue a Mestalla. Olvidada la Copa, el s¨¢bado se volver¨¢ a llenar seguramente Mestalla, en un partido vital para el Valencia en la Liga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.