Luis Enrique y la teor¨ªa del doble
El Bar?a perfeccion¨® una t¨¢ctica marcial: en su equipo no solo no cae ninguno, sino que adem¨¢s se multiplica por dos
En principio, se podr¨ªa decir que Eduardo Berizzo se equivoc¨® al plantear un marcaje al hombre en el partido de liga que enfrent¨® el domingo al Celta y al Barcelona. Pero yo creo que no se equivoc¨®. Si hubiera recurrido al marcaje por zonas, tambi¨¦n hubiera fracasado. ?Por qu¨¦ digo esto? Repasemos algunos tramos del partido. En principio, Berizzo no tiene la culpa de no ver lo que nadie en este mundo puede ver. Y ya no digamos imaginar. Resulta que en el Bar?a sus delanteros, y algunos medios, tienen el don de la duplicidad. En principio, el Bar?a juega con un equipo de once jugadores. Pero a medida que transcurre el partido, algunos jugadores se convierten en dos. Por tanto, si marcas al hombre, en alg¨²n momento del encuentro tus once lo ser¨¢n no contra otros once sino contra quince o vaya a saberse cu¨¢ntos contrarios m¨¢s. Y si marcas por zona, por mor de ese don, las zonas tambi¨¦n se duplican. Si el que tira el penalti no es uno sino dos, ya te puedes ir figurando lo que te espera.
Berizzo naufrag¨® por desconocer una teor¨ªa guerrera que inventaron los persas en tiempos de Ciro el Grande
A m¨ª me parece que el entrenador del Celta naufrag¨® en todo caso por desconocer una teor¨ªa guerrera que inventaron los persas en tiempos de Ciro el Grande. Esa teor¨ªa los hizo invencibles durante mucho tiempo. Se trataba de una formaci¨®n militar bautizada con el muy metaf¨®rico nombre de Los inmortales. Los inmortales nunca eran vencidos y all¨¢ donde se presentaban despertaban aut¨¦ntico terror entre sus enemigos. Todo consist¨ªa en que dicha formaci¨®n siempre mantuviera el mismo n¨²mero de efectivos. A la que ca¨ªa uno atravesado por una flecha o lanza, inmediatamente ven¨ªa otro detr¨¢s para reemplazarlo. Con lo cual el letal regimiento siempre contaba con el mismo n¨²mero de efectivos. Pues bien, el Bar?a perfeccion¨® esa idea marcial. En su equipo no solo no cae ninguno, sino que adem¨¢s se multiplica por dos. El penalti lo dej¨® muy bien demostrado. Adem¨¢s, ?alguien podr¨ªa afirmar que Messi es uno? O Neymar. O Su¨¢rez. O don Andr¨¦s. O el hijo de Busi. Hubo una jugada en que entre Messi y su marcador, andaba incordiando el ¨¢rbitro. Pues bien, Messi dribl¨® al ¨¢rbitro, pero no por donde luego se encontrar¨ªa con el defensor, sino por donde pod¨ªa enfilar directo a la porter¨ªa. Y el defensor se encontr¨® entonces con dos Messi, el que se fue y el que esperaba pero no apareci¨®, adem¨¢s del ¨¢rbitro.
De todo esto se deduce que Berizzo no tiene la m¨¢s m¨ªnima responsabilidad.
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