Kobe Bryant, m¨¢s fiesta que partido
Westbrook y el r¨¦cord de puntos, lo mejor de un All Star demasiado falto de tensi¨®n
Uno de los periodistas especializados en el seguimiento de la NBA tuite¨® nada m¨¢s finalizar el All Star de Toronto: ¡°Hubiera sido m¨¢s divertido si cada jugador hubiera imitado a Kobe Bryant cuando era joven y hubiera ido a por el MVP¡±. Ni el r¨¦cord colectivo de 369 puntos tras la victoria del equipo del Oeste por 173-196, ni el individual de Paul George, con nueve triples, ni los 41 puntos que anot¨® qued¨¢ndose a uno de la plusmarca de Wilt Chamberlain en 1962, ni el MVP de Russell Westbrook, el segundo consecutivo, con el solo precedente de los dos enlazados por Bob Petit en 1958 y 1959, sirvieron para evaporar la sensaci¨®n de que el All Star necesita reactivarse para no defraudar las expectativas del aficionado.
El homenaje a Kobe Bryant estuvo a la altura de su leyenda, de sus 18 presencias en el All Star en sus 20 a?os de carrera. Todos los jugadores, los espectadores y la enorme y engrasada maquinaria de la NBA colmaron al astro de los Lakers. Pero ni esa sucesi¨®n de momentos emotivos, ni el espect¨¢culo del Circo del Sol, Drake o Sting bastaron para responder a lo que, en definitiva, desean la mayor¨ªa de aficionados. Los alardes de George, de Westbrook, con sus 31 puntos, ocho rebotes, cinco asistencias y cinco robos de bal¨®n, alg¨²n triple marca de la casa de Stephen Curry o una asistencia m¨¢gica de Dwyane Wade tampoco acabaron de dotar de suficiente atractivo al partido. Se ech¨® de menos mayor competitividad, una m¨ªnima tensi¨®n defensiva, cierta ambici¨®n por ganar el partido, algo que el novato entrenador del equipo del Este, Tyronn Lue, no quiso entender.
El duelo Kobe-Jordan
Los uno contra uno con los que Kobe ret¨® a LeBron James, Carmelo Anthony o Pau Gasol, resultaron tan inocentes que rozaron el simulacro. Hubo quien ech¨® de menos en la mayor¨ªa de los participantes la actitud de Kobe cuando disput¨® su primer All Star coincidiendo con Michael Jordan, en 1998, o durante el ¨²ltimo que disput¨® la estrella de los Chicago Bulls, entonces en Washington, en 2003. En aquel ¨²ltimo baile, Jordan, en el equipo del Este, fulmin¨® con la mirada a Kobe, que forz¨® una de las dos pr¨®rrogas de aquel partido y propici¨® la victoria del equipo del Oeste.
¡°Cuando yo ret¨¦ a Michael Jordan ten¨ªa 20 a?os. Han pasado muchas generaciones desde entonces. No es lo mismo. Estos chicos han crecido literalmente vi¨¦ndome jugar, desde que ten¨ªan siete a?os. Es diferente a cuando yo marqu¨¦ a Michael¡±, justific¨® Kobe.
A sus 37 a?os, evidenci¨® en Toronto las secuelas de las lesiones que le han martirizado desde 2013. Se divirti¨® retando a Pau Gasol, su amigo y excompa?ero en los Lakers e intentando desquitarse de un episodio en su ¨²ltimo partido en Chicago. Apenas fueron un par de uno contra uno, pero hasta Pau ech¨® de menos mayor competitividad. ¡°Fue muy bonito compartir, intercambiar unos minutos juntos. ?ramos dos amigos jugando juntos, ri¨¦ndonos y pas¨¢ndolo bien¡±, asegur¨® el p¨ªvot espa?ol, que concluy¨® su sexta participaci¨®n en un All Star con nueve puntos y siete rebotes en algo m¨¢s de 14 minutos. ¡°Me gusta competir y jugar de forma correcta. Intento esforzarme y jugar como s¨¦ hacerlo. Sabes que estos partidos no son conocidos por su defensa, pero esta vez estuvo incluso m¨¢s ausente, vamos a decirlo as¨ª¡±, desliz¨® Pau Gasol.
Gregg Popovich, entrenador del equipo del Oeste, habl¨® sobre la experiencia de dirigir a Kobe: ¡°La sensaci¨®n es un poco agridulce. Recuerdas todas las derrotas contra ¨¦l y su competitividad. Le respeto much¨ªsimo por haberla exhibido noche tras noche. Muchos jugadores no entienden esa responsabilidad y no son capaces de hacerlo a ese nivel. Y ¨¦l lo ha hecho ferozmente durante todos estos a?os¡±.
Michael Jordan tambi¨¦n estuvo en Toronto. Tom¨® el testigo en su calidad de propietario de los Hornets y anfitri¨®n de la pr¨®xima edici¨®n del All Star, que se disputar¨¢ dentro de un a?o en Charlotte. Su reto, como dirigente, ser¨¢ revitalizarlo.
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