La fractura de Roma
El rival del Madrid, contra el que debut¨® Ben¨ªtez en julio, atraviesa una crisis institucional por la desconfianza con el propietario estadounidense


El f¨²tbol no depara sonrisas por Roma, donde ni los m¨¢s optimistas dan cr¨¦dito al equipo capitalino ante el Real Madrid, al que hoy abrigar¨¢n m¨¢s de mil aficionados. En la instituci¨®n romana la fractura es considerable, con los radicales de la Curva Sur en pleno boicoteo al club en sus duelos como local, una plantilla de trasiego constante, llena de remiendos que le restan identidad, el ¨ªdolo Totti en el cuarto oscuro, la leyenda Bruno Conti con funciones recortadas en su labor con el vivero romanista. En definitiva, una entidad en erupci¨®n. Al fondo, un malestar creciente que se expande por Europa: un propietario forastero, en este caso el estadounidense James Pallotta, que desde 2011 gobierna con el mando a distancia y sin ra¨ªces con la instituci¨®n. Y menos a¨²n con las autoridades locales, que no le han permitido una mastod¨®ntica operaci¨®n inmobiliaria alrededor de un nuevo estadio. Roma est¨¢ que arde con este magnate de fondos de alto riesgo, ubicado en su Boston natal, donde ha pertenecido al Comit¨¦ Ejecutivo de los Celtics de la NBA. Alrededor del club, entre sus propios seguidores, abundan mucho m¨¢s las sospechas que las certidumbres.
Con Zidane, el Madrid ha encontrado un referente, ha vuelto la fe, en la hinchada y en el vestuario
Gui?os del destino, en lo que va de curso Roma y Madrid han tenido vidas paralelas. El primer partido de Rafa Ben¨ªtez con los blancos se celebr¨® el pasado 18 de julio en Melbourne, con derrota espa?ola en los penaltis. Seis meses despu¨¦s, el 4 de enero, el t¨¦cnico madrile?o fue despedido. Nueve d¨ªas m¨¢s tarde cay¨® su colega romanista en aquella tarde australiana, el franc¨¦s Rudi Garc¨ªa. Para entonces, el Madrid se hab¨ªa clasificado con absoluta solvencia para los octavos de la Liga de Campeones, mientras que la Roma lo hizo por la gatera, con solo una victoria y el peor balance defensivo de todos los supervivientes de la fase de grupos (16 goles en contra). Eso s¨ª, el vers¨¢til Florenzi, con la intrascendencia de Totti el ¨²ltimo eslab¨®n del club con su caladero junto a De Rossi, anot¨® el mejor gol: en el Ol¨ªmpico, al Bar?a desde 47 metros.
Sin Ben¨ªtez y Garc¨ªa, llegaron dos hombres de la casa, uno con recorrido y otro novato, pero ambos con batallitas que contar entre madridistas y romanistas. Zinedine Zidane, el aprendiz, se enfrent¨® 14 veces como jugador al Roma (solo dos derrotas), y su idilio con el ¡°calcio¡± desde la Juventus se resinti¨® con dos finales ante Italia, la Italia de Totti en la final de la Eurocopa de 2000 y la Italia de Totti, De Rossi y Materazzi en la final del Mundial de 2006. Por si no fueran pocos los motivos que evocan Roma para Zizou, hoy debutar¨¢ como t¨¦cnico en un estadio donde no pudo hacerlo en Champions como jugador del Madrid. Y menudo d¨ªa: el 11-S de 2001, con Vicente del Bosque como entrenador, sin que la UEFA aplazara la jornada, el conjunto madrile?o gan¨® en Roma (1-2, Totti, Figo y Guti). El franc¨¦s acababa de fichar por los blancos, pero no pudo alinearse porque arrastraba una sanci¨®n de su ¨¦poca como Juventino.
Luciano Spalletti, ya con vuelo en los banquillos (Empoli, Sampdoria, Venezia, Udinese, Ancona y Zenit), abandon¨® Rusia para regresar al Roma, con quien hab¨ªa triunfado en dos Copas. Y, adem¨¢s, eliminado al Madrid en los octavos de final de la Champions de febrero de 2008. Los goles de Ra¨²l, en la ida y en la vuelta, no bastaron.
Los relevos en la pizarra han surtido efecto en ambos clubes. Con Zidane, el Madrid ha encontrado un referente, ha vuelto la fe, en la hinchada y en el vestuario. Con Spalletti, el Roma solo ha perdido uno de los ¨²ltimos 13 partidos, aunque ha empatado siete de ellos. Ocurre que el entusiasmo en Madrid nada tiene que ver con los recelos en Roma, donde todos apuntan a Boston. En una instituci¨®n con solo tres t¨ªtulos de Liga y nueve Copas, el hilo conductor de su historia fue por lo general su estrecho v¨ªnculo con al menos media ciudad, la que no es lazial. En esta Roma, en el campo y en los despachos, poco o casi nada hay de Roma y su esp¨ªritu.
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