El Bilbao Basket dinamita a un Barcelona sin alma

El Bilbao gan¨® con todas las de la ley, sin medias tintas. Sorprendi¨® al Barcelona y dinamit¨® la Copa del Rey. Venci¨® por un punto y con el ¨²ltimo bal¨®n en las manos de los blaugrana. Pero la sensaci¨®n es que, incluso habiendo enviado ese ¨²ltimo bal¨®n al cesto, el Barcelona jug¨® rematadamente mal. Fue un equipo sin alma, sin plan, desorientado, sobrepasado desde el primer al ¨²ltimo minuto.

La convicci¨®n del equipo de Sito Alonso contrast¨® con el tembleque de los de Xavi Pascual. Esa indecisi¨®n estuvo presente en la concepci¨®n de las jugadas, las colectivas y las estrictamente individuales. Qued¨® tan retratada en los nueve tiros libres que fallaron los blaugrana como en la ¨²ltima acci¨®n del encuentro en la que Doellman no supo si tirar o penetrar y acab¨® como suelen acabar cuando sobrevienen las dudas, en un mal pase a Oleson. Bal¨®n perdido y partido perdido para el Barcelona. Un tropiezo grave, impropio de un portaaviones, con una plantilla de lujo, pese a la baja de Lawal, un equipo que sumaba seis finales seguidas en la Copa y 20 en las distintas competiciones espa?olas.

Sobraron fotograf¨ªas para retratar los desmanes del Barcelona. El desorden de su ¨²ltima jugada fue tanto m¨¢s llamativo porque no estaba en la cancha ninguno de sus dos bases. Ni Satoransky ni Arroyo, los dos hombres que deb¨ªan llevar la manija, en el banquillo por decisi¨®n de Xavi Pascual. Tal vez castigados porque no supieron hacer frente al ritmo de juego que propuso el Bilbao, mecido por las manos de Ra¨²l L¨®pez, Hannah y Mumbr¨².

El Bilbao mand¨® y con una sucesi¨®n de movimientos ofensivos muy estudiados rompi¨® la defensa azulgrana, s¨®lo realmente eficaz en el tercer cuarto. Entonces, por un momento, pareci¨® que los triples de Oleson y Perperoglou y las acciones de Doellman y Pau Ribas pod¨ªan darle el triunfo al Barcelona. Pero su remontada (66-63) desapareci¨® en un visto y no visto. Domin¨® el rebote, pero no fue suficiente. El Bilbao pareci¨® dar por descontado su d¨¦ficit en ese aspecto. Su defensa no se descompon¨ªa ante las segundas o hasta terceras oportunidades que otorg¨® o de las que se hizo acreedor el Barcelona con sus 13 rebotes ofensivos. La contumacia de Tomic, algo mejor que en los ¨²ltimos partidos, pero todav¨ªa lejos de la espl¨¦ndida forma que exhibi¨® en el primer tramo de la temporada, fue similar a la de Arroyo, que sal¨ªa de una lesi¨®n. Los triples de Abrines, Doellman y Arroyo se iban fuera, en consonancia con la mala selecci¨®n de tiro de su equipo. Todo lo contrario que el Bilbao.

El esp¨ªritu guerrero de Hervelle y del griego Bogris mantuvieron la productividad y consistencia del juego de su equipo. La decisi¨®n y la buena mu?eca del estadounidense Alex Ruoff complement¨® la maestr¨ªa y clarividencia de dos tipos con el oficio de Mumbr¨² y Ra¨²l L¨®pez.

El Barcelona, en cambio, no encontr¨® puntos de anclaje en su juego. Actu¨® de una forma sincopada, sin alma. Se ech¨® de menos el ascendente de Navarro, una mayor confianza en Satoransky. El Bilbao fue mejor en todas las l¨ªneas. Y aun as¨ª, una falta del lituano Slezas a Tomic, que los ¨¢rbitros consideraron antideportiva, dio la ocasi¨®n al croata de empatar. Fall¨® el segundo tiro libre y el Barcelona, con posesi¨®n en los ¨²ltimos tres segundos, fall¨®. No se hubiera entendido una victoria de un equipo tan inane.