El Sevilla se atasca en Basilea

Parece bueno, pero no lo es. El cero a cero, buscado todo el partido por el Basilea, es un resultado que compromete al Sevilla, cascado f¨ªsicamente, con pocas ideas y escasa mordiente en un duelo donde apenas tuvo intensidad ni ocasiones para lograr un triunfo que debi¨® lograr por su mayor calidad. El Basilea, inferior t¨¦cnicamente, jug¨® de forma inteligente y, adem¨¢s, goz¨® de las mejores oportunidades de gol en un partido donde apenas sufri¨®. Solo Nzonzi, despu¨¦s de un gran pase de Banega, dispuso de una clara ocasi¨®n para el Sevilla. Gameiro y Konoplyanka tambi¨¦n lo intentaron, pero sus disparos fueron de escasa envergadura.

Arrugado, sin esa intensidad que lo hace temible, el Sevilla se conform¨® con el empate despu¨¦s de jugar los ¨²ltimos siete minutos en inferioridad num¨¦rica por la expulsi¨®n de Nzonzi, que ser¨¢ baja en la vuelta junto a Walter Samuel, que ser¨¢ sancionado por acumulaci¨®n de amonestaciones. Se necesita otro Sevilla para esa vuelta, m¨¢s incisivo, con m¨¢s f¨²tbol y velocidad. Tambi¨¦n acierto. En definitiva, las se?as de identidad que han hecho campe¨®n a este equipo. Una ida que le llegar¨¢ al Sevilla entre dos partidos muy comprometidos de Liga frente a Villarreal y Madrid.

El Sevilla no ofrece buenas sensaciones. Es un equipo fatigado cuando menos debe serlo. El cansancio no solo est¨¢ en las piernas, sino sobre todo en la cabeza de jugadores esenciales como Banega, Krohn-Dehli, Nzonzi o Vitolo. Mientras espera el regreso de Krychowiak, que debe imprimir fuerza y car¨¢cter a un equipo alica¨ªdo, el Sevilla ofrece puestas en escena como las de Basilea, tan impropias de su potencial.

Un equipo lento y previsible, sin chispa, que incluso concede ocasiones en otros tiempos inimaginables. Si algo tiene Janko, tosco delantero del Basilea, es remate de cabeza. Por eso resulta grosero dejarle rematar solo a los siete minutos con todo a favor. No fue gol de milagro, como sin embargo lo era que el Sevilla fuera capaz de llegar con peligro a la porter¨ªa suiza. Los de Emery confundieron el control del partido con una est¨¦ril posesi¨®n de bal¨®n, un toque cansino que jam¨¢s descontrol¨® al Basilea.

Y eso que el Sevilla tuvo un incuestionable argumento a favor. El veterano Walter Samuel, al que contemplan 37 a?os, hab¨ªa visto una tarjeta amarilla a los ocho minutos. Esa v¨ªa de peligro no fue utilizada jam¨¢s por el Sevilla, con Gameiro fundido, sin que le llegara nunca el bal¨®n al espacio para incomodar a los lentos centrales del Basilea.

El Sevilla tampoco lleg¨® por los extremos. Ni siquiera en el bal¨®n parado. Solo incomod¨® en una buena jugada de estrategia a los 20 minutos, pero el remate de Coke fue interceptado por la defensa. El Sevilla tocaba y tocaba ante el repliegue suizo. Ante un rival tan ordenado, un hubo ni un resquicio de velocidad ni un pase al hueco. Tampoco desborde. Taponadas las v¨ªas de f¨²tbol del Sevilla, el equipo de Emery se fue desesperando. De paso, Banega y Crist¨®foro vieron dos tarjetas amarilla que condicionaron mucho su juego, en especial el del centrocampista uruguayo, de marcado car¨¢cter defensivo. Emery, que hab¨ªa puesto su once de gala, se ve¨ªa en la necesidad de agitar el encuentro en busca de un gol, vital cuando se inicia una eliminatoria fuera de casa.

El Sevilla mejor¨® algo en la segunda mitad, donde goz¨® de una ocasi¨®n, de Nzonzi, y econtr¨® alg¨²n hueco gracias a las apariciones de Banega. Poca p¨®lvora para este irreconocible campe¨®n, que a?ora el par¨®n liguero para recargar pilas. El cero a cero parece bueno, pero no lo es. Cualquier empate con goles clasifica al Basilea.