Euskadi le sienta bien a Las Palmas
El equipo canario derrota a la Real Sociedad en un ejercicio de estilo con un gol de William Jos¨¦
Se dice a menudo en el mundo del f¨²tbol que la pasi¨®n en la grada y la frialdad en el campo. Las Palmas cree tanto en sus ideas, en sus posibilidades, en la fe de su estilo que m¨¢s all¨¢ del resultado jam¨¢s enfermar¨¢ de estr¨¦s de la mano de Quique Seti¨¦n. Su estilo es tan innegociable que incluso cuando arde el ¨¢rea, atestada de futbolistas, cualquier jugador del equipo canario encontrar¨¢ un pase en corto para sacar el bal¨®n de los que hielan a sus aficionados. As¨ª, sin renunciar a su estilo ni un segundo de los 94 minutos disputados, se llev¨® la victoria de Anoeta, gracias a un gol de William Jos¨¦ en la primera mitad y tras haber malgastado un penalti y unas cuantas ocasiones m¨¢s ante la porter¨ªa de un soberbio Rulli.
La Real es lo contrario. Pasi¨®n en el campo y fr¨ªo en la grada, que incluso ningune¨® a Carlos Vela que se presentaba en su estadio tras la indisciplina de Madrid y el consiguiente castigo econ¨®mico, no deportivo. La Real es voluptuosa, especialmente por las bandas donde funciona como un lanzador de cuchillos. Pero cuando falla los lanzamientos o cuando recibe una pu?alada, como la que le dio William Jos¨¦, la pasi¨®n se convierte en alboroto, una chistera de la que antes Vela o Agirretxe (relesionado) sacaban conejos pero de la que ahora no sale m¨¢s que un poco de confeti. Desde que gan¨® en San Mam¨¦s y apuntaba a lo m¨¢s alto de sus posibilidades se ha desviado del cauce.
Las Palmas le fren¨® en seco tras dejarle corretear alegre, como los caballos cuando bajan del cami¨®n, en el inicio de cada tiempo. Diez, quince minutos, como si el equipo de Seti¨¦n calentase sus m¨²sculos en espera de romper a sudar. Despu¨¦s el bal¨®n era un asunto del Las Palmas donde gobierna un muchacho bajito, Roque Mesa, probablemente el ¨²nico de todo el campeonato que juega con la camiseta por dentro del pantal¨®n, lo que le da un aspecto cl¨¢sico a su f¨²tbol moderno. La marca que se anuncia en los calzones azules de la Uni¨®n Deportiva deber¨ªa pagarle m¨¢s porque es el ¨²nico que la muestra. Cuando Mateu pit¨® penalti por un derribo claro de ??igo Mart¨ªnez a Aythami, William Jos¨¦ cogi¨® el bal¨®n con ¨¢nimo de lanzarlo. Jonathan Viera le dijo que nones y lo lanz¨® mal, porque esper¨® el movimiento del portero. Rulli apel¨® al estoicismo y aguant¨® y lo repeli¨®. ?Qu¨¦ pensar¨ªa William Jos¨¦?
Pero pasada la media hora, ??igo Mart¨ªnez us¨® la bota a la altura de la cabeza de Tana cuando iba a rematar: juego peligroso, aun m¨¢s adelantado que el penalti y con la porter¨ªa cuajada de futbolistas. Extra?amente ning¨²n futbolista de la Real sali¨® tras el primer toque del bal¨®n y el delantero brasile?o dispar¨® contra el lateral de la red, pero por dentro. En lo poco que restaba para el descanso, la Real construy¨® con tiral¨ªneas una jugada al primer toque que se acerc¨® al gol y El Zhar, despu¨¦s, reclam¨® la mejor versi¨®n de Rulli. A cambio la Real, que aparentemente dominaba solo anot¨® un disparo fuera de Oyarzabal y oportunidades de Jonathas en fuera de juego.
En la segunda mitad, resurgi¨® Yuri para recobrar el juego exterior de la Real, pero todo lo que envi¨® fue desaprovechado. Si acaso pudo contar con un posible penalti de David Garc¨ªa a Zurutuza, cuya teatralidad quiz¨¢s confundi¨® al ¨¢rbitro. Todo fue un choque de la Real contra el rigor defensivo del Las Palmas donde emerg¨ªa la figura poderosa del uruguayo Lemos, que too lo hizo bien. Y el partido muri¨® en la porter¨ªa de Rulli con un disparo falto de fe de Dani Castellano. Se dec¨ªa antiguamente en el mundo del f¨²tbol que el Las Palmas naufragaba en el invierno del norte. Sus tres visitas a Euskadi en Liga se han saldado con dos victorias (Ipur¨²a y Anoeta) y un empate (San Mam¨¦s). Y en la Copa elimino a los dos equipos guipuzcoanos. Sin duda no solo ha cambiado el f¨²tbol.
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