Secuestro y tortura
Hay que agradecer al Real Madrid los servicios prestados el s¨¢bado porque el 1-2 en el Camp Nou ha predispuesto al Barcelona a una crisis inesperada
Hay que agradecer al Real Madrid los servicios prestados el s¨¢bado en el funeral de Cruyff. No ya porque el Atleti merodea el liderato gracias al cinismo estrat¨¦gico de Zidane, sino porque el 1-2 en el Camp Nou ha predispuesto una crisis inesperada en el h¨¢bitat inmaculado, autocomplaciente, del Barcelona.
Se ha convertido el Bar?a en equipo vulnerable, asequible, cuando parec¨ªa invulnerable e inasequible. Con m¨¢s raz¨®n asumiendo que el Atleti representa la versi¨®n genuina y ortodoxa del planteamiento coyuntural que el Madrid desarroll¨® el s¨¢bado. Porque defiende mejor. Porque Simeone ha arraigado la coreograf¨ªa del sacrificio. Y porque los problemas ofensivos de la temporada parecieron exorcizarse tambi¨¦n el s¨¢bado a expensas del Betis en un partido espectacular, terap¨¦utico, ?premonitorio?
Ser¨ªa rid¨ªculo, pintoresco, concebir el duelo de esta noche como una pachanga, pero la eliminatoria sobreviene en el mejor momento del Atl¨¦tico y en el pasaje m¨¢s incierto de la campa?a blaugrana. M¨¢s a¨²n despu¨¦s de haberse confirmado la alineaci¨®n del lugarteniente God¨ªn, cuyo carisma en la zaga demuestra que el Atleti se construye desde atr¨¢s hacia delante, ara?ando las bandas como si fueran trincheras.
Al Barcelona le sucede lo contrario en el deslumbramiento que procuran sus faros delanteros, llevando al paroxismo un antagonismo perfecto entre blaugranas y rojiblancos. Por eso el Atl¨¦tico de Madrid es un equipo tan inc¨®modo a la creatividad y superdotaci¨®n neuronal del equipo local. Y por la misma raz¨®n le interesa a Diego Simeone dilatar la presi¨®n f¨ªsica y la psicol¨®gica en 180 minutos de secuestro y de tortura. O en 210. No con el bal¨®n, como sucedi¨® en el duelo el PSV, sino contra el bal¨®n, acosando la manija de Busquets hasta provocarle un cortocircuito.
El Atl¨¦tico no tiene por qu¨¦ clasificarse a las semifinales. El Barcelona est¨¢ obligado a hacerlo. Semejante diferencia conceptual sobreexpone a Luis Enrique a una presi¨®n desacostumbrada. Y casi le exige resolver la eliminatoria en la ida, de tal forma que los campeones de Europa, expuestos al trauma indisimulable que supuso la victoria del Madrid, arriesgan esta noche incurrir en un episodio de ansiedad.
Y lo hacen contra un equipo corpulento, tonificado, desprovisto de miedo esc¨¦nico, peligroso fuera de casa, superior en la concentraci¨®n, incluso menos estajanovista de cuanto sobrentiende la propaganda que caricaturiza a Simeone como un destructor.
Simeone es un estratega que lleva al extremo los medios de que dispone. Y que eludir¨¢ la tentaci¨®n de ponerse a bailar con el Barcelona, anteponiendo una pelea a los puntos, t¨¢ctica, de acoso y repliegue, en cuyo desenlace le convendr¨ªa al Atl¨¦tico repescar del banquillo contrario el f¨²tbol dionisiaco, desaprovechado y arbitrario de Turan.
No se ha adaptado al Bar?a el jugador turco porque le falta Simeone en la banda, como le faltaba a Filipe Luis en el Chelsea. Simeone ha logrado que el Atl¨¦tico de Madrid sea una prolongaci¨®n no ya futbol¨ªstica, sino org¨¢nica de s¨ª mismo, pero ser¨¢ necesario recurrir al repertorio cham¨¢nico para neutralizar la magia de Messi.
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