¡°?Y Neymar, qu¨¦?¡±
El Camp Nou se impacienta con el 11, que lo intent¨® sin acierto
Jug¨® Messi otra vez a hacer jugar y Luis Su¨¢rez tir¨® de instinto para firmar la remontada del Barcelona. ?Y Neymar? Desaparecido en el cl¨¢sico, el brasile?o volvi¨® a tener uno de esos d¨ªas en los que la ansiedad se comi¨® el talento. Lo intent¨®, como siempre, porque otra cosa no, pero valiente es y pide la pelota por norma, nunca se esconde. As¨ª que aunque empez¨® flojo, se enton¨® al inicio de la segunda parte pero termin¨® desapareciendo de la escena demasiado pronto. Previsible en los movimientos, sin chispa en el regate y desatinado en el tiro, pese a tener la ocasi¨®n m¨¢s clara de toda la primera parte, la afici¨®n lleg¨® a la hora del bocadillo pregunt¨¢ndose por ¨¦l, inquieta como estaba en sus asientos: ¡°?Y Neymar, qu¨¦?¡±, se escuchaba por los pasillos del Camp Nou en el entreacto porque nunca fue muy paciente la hinchada azulgrana.
Lo cierto es que Neymar particip¨® el doble de veces en el partido que Luis Su¨¢rez, que se visti¨® de puro 9, que prob¨® el remate seis veces y solo una acert¨® con la porter¨ªa; una y media atendiendo al remate al larguero. Y de los 16 regates solo culmin¨® cinco. Pero ah¨ª estuvo, en pie, sin marcar las diferencias pero sin volver la cara al partido por mucho que Juanfran le pillara el punto. No hizo suyo el envite, pero lo intent¨®. ¡°Nadie dijo que esto sea f¨¢cil, por eso es futbol. Lo que hay que hacer es no desesperarse cuando no sale, recuperar, alimentarse bien descansar bien y pensar en el siguiente partido¡±, resumi¨® su entrenador, satisfecho del empe?o de sus hombres, de Neymar el primero.
De los 16 regates que intent¨® el brasile?o, solo culmin¨® cinco
Encerrado el Atl¨¦tico en su ¨¢rea, con Alba atacando como extremo por su lado y Alves en la otra banda para dar profundidad a la ofensiva, esta vez s¨ª, el brasile?o se convirti¨® en un 10 a la vieja usanza, jugando en el pico del ¨¢rea grande de Oblak, abriendo camino para el lateral. Y desde ah¨ª se estrell¨® contra el muro, porque cuando no le fren¨® un larguero, le pararon en falta, como sucedi¨® con Lucas, que vio tarjeta, mientras atacaba el Barcelona como si le fuera la vida en busca de una remontada ya vista; desde que comenz¨® el curso, ha empezado perdiendo 14 veces y ha salido vencedor en 10. Ayer, otra vez, le dio la vuelta al marcador.
Ech¨® el candado el Atl¨¦tico hasta que por ah¨ª apareci¨® Alves, al que con frecuencia encontr¨® Messi solito por su banda, para aprovechar la superioridad con la que le permiti¨® jugar la expulsi¨®n de Torres. Tir¨® centros el lateral brasile?o, hasta 10, y dos terminaron en gol, los dos gracias al acierto de Luis Su¨¢rez, que firm¨® el remonte. Lleva el uruguayo ocho goles en ocho partidos de Champions este curso, 16 en 23 partidos en la Liga de Campeones.
Poco a poco se fue Neymar del partido, porque cuando no terminaba por los suelos, perd¨ªa el bal¨®n en un regate in¨²til metido en el bosque de jugadores azules en el que se convirti¨® la defensa colchonera. Y la grada, impaciente, gritaba eso de ¡°Va, noi va!¡±, cada vez que insist¨ªa Neymar, una angustia muy de la afici¨®n local cuando se desespera. Y as¨ª hasta que termin¨® el partido, y los hinchas se fueron para casa mientras m¨¢s de uno volv¨ªa a preguntarse: ¡°?Y el Neymar, qu¨¦?¡±.
Neymar, seguramente, ejemplariz¨® mejor que nadie, por sus ganas, eso que dijo Luis Enrique al final: ¡°Con estos jugadores se puede ir al fin del mundo¡±. De momento, al Manzanares para cerrar el pase a semifinales.
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