No se puede: se debe
Si Zidane est¨¢ en el banquillo es precisamente para no reducirlo todo a la garra. Con huevos juegan los equipos que est¨¢n por debajo: para suplir la calidad con el sudor
En la aportaci¨®n definitiva al contragolpe Mourinho prefer¨ªa que los partidos de vuelta se jugasen en campo contrario; Mou se pon¨ªa a contraatacar en la vida, como cuando esper¨® al ¨¢rbitro en un parking de Barcelona. En una tesitura igual est¨¢ una amiga m¨ªa y su novio: discutiendo a qu¨¦ padres hay que conocer primero y si los chistecitos valen doble como visitante. Los antecedentes de ella son parecidos a los del Madrid: con su anterior novio jug¨® la ida en casa de los padres de ¨¦l. Se levant¨® un momento de la comida para ir al ba?o, fue al espejo a subirse los pechos y ponerse de espaldas mir¨¢ndose el culo, y cuando se gir¨® para salir se encontr¨® a la madre del novio, que le pregunt¨® si cuando iba al ba?o nunca usaba el retrete.
El Madrid tambi¨¦n se fue al espejo en Alemania: al del callej¨®n del Gato. Tengo una foto de este verano frente a esos espejos de la realidad deformada que describi¨® Valle y que Madrid homenajea en el mismo lugar que el gallego, la calle de ?lvarez Gato. La foto nos la hicimos una madrugada Carlos Cu¨¦ y yo; la repetimos en Snobissimo estas Navidades y salimos a¨²n m¨¢s deformados porque a veces no son los p¨¢jaros los que vuelan, sino los cielos, que caen. Lo explic¨® mejor el maestro Moncho Alpuente sobre los espejos c¨®ncavos: ¡°S¨¦ de un noct¨¢mbulo que evita el paso por el lugar desde que se viera cabalmente retratado¡±. Tras retratarse de la peor forma, o sea retratarse patinando (fueron a Alemania a jugarse la temporada con las botas que no eran) al Madrid a¨²n le esperaba la vuelta, y en casa.
La ¨²nica remontada que disfrut¨¦ de verdad fue aquel invento de Ferreras para levantar un 6-1 al Zaragoza. Que lo hizo tan bien, nos lo cre¨ªmos tanto y el equipo sali¨® tan enchufado que nadie nos cont¨® la verdad. Cuando se sorte¨® la nueva ronda, nos dimos cuenta del efecto placebo que implica la creaci¨®n de atm¨®sferas. El ¨¢rbitro no se atrevi¨® a poner en el acta: ¡°En reconocimiento al ambiente del Bernab¨¦u y la electricidad que sent¨ªa yo mismo en las piernas, am¨¦n de las vibrantes portadas, pasa el Madrid a la siguiente ronda¡±. S¨¦ de lo que hablo: escrib¨ª art¨ªculos de testosterona. Vi la luz en el espejo deformado.
Hace tiempo que no se gana con cojones: fue una moda de la Furia. Cuantos menos huevos se echen m¨¢s sangre llegar¨¢ al cerebro. Hugo, que era muy listo, hablaba mucho de cojones, pero s¨®lo pensaba en ellos para coloc¨¢rselos delante de la grada contraria. Si Zidane est¨¢ en el banquillo es precisamente para no reducirlo todo a la garra; ayer dijo que ten¨ªan que jugar al f¨²tbol. Con huevos juegan los equipos que est¨¢n por debajo: para suplir la calidad con el sudor. Si el Madrid juega en el territorio de la ¡°ilusi¨®n¡± y el ¡°s¨ª se puede¡± el equipo menor lo devora: sabe m¨¢s de eso. Hay que jugar como si la vuelta fuese en Alemania. En M¨²nich, concretamente: ese resultado nos vale.
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