El Madrid triunfa como bloque ante el Villarreal
Desde lo colectivo, los de Zidane se imponen con mucha autoridad a un Villarreal desconocido con la pelota
Un Madrid mosquetero como casi nunca se mantiene al acecho en una Liga con la que ni so?aba. La jornada le program¨® tras las victorias de Bar?a y Atl¨¦tico y al Bernab¨¦u llegaba un rival tan solvente como el Villarreal, cuarto en el campeonato y semifinalista en Europa. No hubo debate, el Madrid, muy solvente de principio a fin, sell¨® el partido con un timbre de autoridad incuestionable. Desnaturaliz¨® por completo a su adversario con un ejercicio colectivo, muy gremial, sin renglones torcidos. El grupo se impuso a los solistas y los blancos fueron todos a una. Ni siquiera precisaron acabar con once. Cuando faltaban unos minutos y Zidane ya hab¨ªa hecho los tres cambios, Cristiano, el ¨²nico que hab¨ªa jugado todos los partidos completos del torneo, se fue al vestuario sin mediar palabra con los suyos o con el ¨¢rbitro, como es preciso. Su gesto delataba molestias. Inquietante para los suyos, por m¨¢s que para entonces el Madrid ya hubiera sido bastante Madrid y alcanzado un curso m¨¢s los 100 goles en el campeonato. Enfrente no hubo Villarreal conocido.
El Real no fue ese equipo de r¨¢fagas ofensivas y desaplicaciones defensivas. Esta vez fue un Madrid arm¨®nico, con pegamento entre las l¨ªneas, coral, sin desbandadas. Un Madrid bien articulado en todos los sectores del campo y en todas las facetas del juego, en el toque y en el quite. Al frente de todos, como s¨ªmbolo del convenio del grupo, Lucas V¨¢zquez, futbolista con mucho repertorio. Regateador y veloz para ser extremo, inteligente para filtrarse por el centro y solidario en la marcha atr¨¢s, cuando toca tirar de pico y pala. Lucas, relevo de Bale, representa el dichoso equilibrio que buscan los entrenadores. Es de la casa y no llamar¨ªa la atenci¨®n en la Gran V¨ªa, por solo le falta cartel.
Con Lucas de protagonista, y a su espalda otra vez un desdichado Danilo durante muchos minutos, el conjunto de Zidane abroch¨® el partido sin que el Villarreal, por lo general muy saneado con la pelota, tuviera predicamento. El Madrid le ahog¨® cerca de su portero, Asenjo, con una presi¨®n alta, sin escaqueos sin la pelota y con muleta con ella. El bal¨®n era un artefacto en las piernas de los amarillos, pese a su exquisita n¨®mina de centrocampistas. Del desali?o visitante mucho tuvo que ver este Madrid m¨¢s equipo que de costumbre. Nunca se precipit¨®, no entr¨® en combusti¨®n, sabedor de que enfrente no hab¨ªa un adversario cualquiera, por mucho que los chicos de Marcelino no pasaran su mejor noche. El Madrid de las trombas estuvo m¨¢s contenido, como si oliera que el encuentro requer¨ªa otra digesti¨®n.
Encapsulado el Villarreal, el discurrir del partido permiti¨® que se activaran los volantes madridistas, en otras ocasiones actores de reparto mientras unos reman al frente y otros en la retaguardia. Kroos, Modric y Lucas, por supuesto, se clavaron en el per¨ªmetro del ¨¢rea de Asenjo y el equipo coloniz¨® el juego. Los tres ofrecieron soluciones, por dentro y por los costados, donde Marcelo puso remedio ante la flojera de Danilo por la otra orilla. No hab¨ªa muchos avisos en las narices de Asenjo, pero el gol era cuesti¨®n de tiempo. No pod¨ªa ser de otra manera frente a un Villarreal limitado a la trinchera. Es un equipo que ha crecido de forma notable en los aspectos defensivos, ahora tiene otra mordida. Pero esa mejora respecto a otros cursos no le hab¨ªa deste?ido a la hora de manejar el bal¨®n con tino. En Chamart¨ªn solo compareci¨® medio Villarreal, el de la retaguardia. De ello vivi¨® toda la jornada.
Pese a las cerraduras del conjunto castellonense, el gol lleg¨® como consecuencia del juego, de lo que solo se encargaron los muchachos de Zidane. Cristiano, que hab¨ªa adivinado el destemple de Mario en la banda derecha, se descolg¨® por la zona. En su segunda incursi¨®n, su centro lo desvi¨® Asenjo hacia el pasillo central del ¨¢rea, donde anidaba Benzema, que solo tuvo que poner la cabeza. Poco despu¨¦s, el Villarreal tuvo su media oportunidad de la noche, un remate de Denis Su¨¢rez a un paso del intermedio bien interceptado por Keylor, que siempre est¨¢, aunque el encuentro solo le requiera una vez.
Irreconocible el Villarreal, con aire fatigado toda la noche, el duelo no cambi¨® de forma apreciable el discurso en el segundo acto. Los de Marcelino, gente del pie de seda de Bruno, Denis, Trigueros y Dos Santos, se hac¨ªan un esguince con la pelota. Un toque, y p¨¦rdida; un toque, y p¨¦rdida. Solo un milagro pod¨ªa darle vidilla, pero no tampoco hab¨ªa migas de Bakambu, uno de los mejores novatos de esta Liga, ni de Adri¨¢n. Como en el f¨²tbol dos y dos pueden ser cinco, el Madrid mantuvo el rigor hasta que Lucas, el mejor en una noche sin tachas ¨Chasta Danilo se anim¨® en el segundo tiempo?-, meti¨® el turbo, sac¨® la cadena a varios contrarios y bati¨® a Asenjo.
La merecida banderilla de Lucas permiti¨® a Zidane mover el cesto, dar metraje a Isco y James, a los que se ha empe?ado en rescatar de las tinieblas de esta temporada. Con la Champions a la vista y vivo en la Liga, el Madrid necesita reclutas en plenitud, no solo los ¡°titular¨ªsimos¡±. Uno de ellos es Modric, autor del tercer gol con un golpeo de mucha categor¨ªa, como lo fue la asistencia de Danilo, al que cada detalle positivo le viene de perlas. El brasile?o anda tan afligido que hasta se qued¨® petrificado cuando le sancionaron con una tarjeta por una falta de Casemiro. ?l estaba a varias Lunas. Anecd¨®tico para un Madrid de cuerpo entero justo cuando todas las habichuelas est¨¢n en juego.
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