Mirarse al espejo
Despu¨¦s de muchas Eurocopas y Mundiales hemos aprendido a dar por bueno cualquier clase de partido de debut
Pocas efervescencias hay como la que se despierta al comienzo de una Eurocopa. Te hace sentir vivo. Todo a tu alrededor est¨¢ intacto, casi envuelto en papel de regalo. Sientes una felicidad afinada, port¨¢til y ef¨ªmera que cabe en un bolsillo. Se da en pocas ocasiones, tal vez en los d¨ªas que estrenas pantalones o en las v¨ªsperas de irte de vacaciones t¨² solo. Te sientes ligero y vital porque las expectativas por ver un buen partido inaugural hace tiempo que las enterraste, y bien enterradas est¨¢n. No las necesitas. En su lugar casi todos hemos colocado unas expectativas decorativas, sint¨¦ticas, que llenan el hueco. Son imitaci¨®n casi perfecta de las originales; pasable en todo caso. No se van a romper porque se caigan al suelo. Despu¨¦s de muchas Eurocopas y Mundiales hemos aprendido a dar por bueno cualquier clase de primer partido en la fase de grupos. Si hace falta, un empate a cero sin ocasiones, y ese juego tosco y neur¨®tico, con la cabeza cortada, que recuerda al futbol¨ªn, en el que la bola se va estrellando contra figuras de hierro y la delantera, errabunda, hace el molinillo y da patadas al aire.
El primer partido es el margen que cualquier selecci¨®n tiene para cometer un terrible error. En ese momento de la competici¨®n el adjetivo pierde toda su gravedad y sabor, y nada terrible resulta a¨²n lo bastante pavoroso. Casi todos los equipos salen a evitar el traspi¨¦. El debut sirve para seguir so?ando en el segundo partido. El entrenador enfatiza que no se pierda uno en entusiasmos vanos. Si hay que empatar, se empata. Nadie se muere de un empate el primer d¨ªa. La historia solo acaba de empezar. Puede ser larga, pero tambi¨¦n quedar a medias en el cap¨ªtulo dos. En cualquier negocio, lo importante es no ser el primer muerto. Nadie se acuerda nunca de ¨¦l.
El primer partido es el margen que cualquier selecci¨®n tiene para cometer un terrible error
S¨®lo unas pocas selecciones saltan a zanjar la Eurocopa en su debut. No tienen paciencia. Aborrecen las emociones fuertes. Creen que una victoria contundente, sin resquicios, deja un mensaje en el aire para sus rivales: ¡°No ten¨¦is nada que hacer. Jugad, pero no os hag¨¢is ilusion¨¦is¡±. Ning¨²n equipo interpreta mejor ese papel que Alemania. Frente a ella, Francia es una selecci¨®n incandescente, que juega con fuego. En f¨²tbol, no tienen por norma perder las competiciones que organizan. En eso es pragm¨¢tica y poca hospitalaria, como unos vecinos que te invitan a tomar el t¨¦ a casa, y cuando pides az¨²car, no tienen, si reclamas lim¨®n, se acab¨® ayer, y si quieres t¨¦ a secas, cre¨ªan que hab¨ªa, pero no hay. Italia es Italia: no necesita m¨¢s. En ocasiones, con pronunciar su nombre se abren todos los candados. Holanda siempre tiene una opci¨®n, pero ni siquiera se ha clasificado. Yo no apostar¨ªa por ella. ?Inglaterra? Ya nos ha hecho perder demasiado tiempo y dinero. Est¨¢ Portugal, con la que uno tiene la sensaci¨®n de que van demasiadas oportunidades perdidas, as¨ª que quiz¨¢ esta sea otra. ?Espa?a? Por supuesto. Claro que s¨ª. S¨®lo tiene que mirarse al espejo, como si acabase de levantarse de la cama, y recordar de repente qui¨¦n es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.