Modric
Despu¨¦s de un par de actuaciones decisivas, Carlo Ancelotti dej¨® caer un poco de su sabidur¨ªa campesina: ¡°Su mayor virtud es la penetraci¨®n con el bal¨®n. Cuando un equipo est¨¢ cerrado, a veces no basta con tocar ni ser r¨¢pido. Una penetraci¨®n vertical puede desequilibrar al rival¡±. Hablaba de Luka Modric y de una virtud que el cuerpo t¨¦cnico del Madrid adivin¨® despu¨¦s en otro croata m¨¢s joven, Mateo Kovacic: cuando no sabe qu¨¦ hacer con el bal¨®n, se pone a correr con ¨¦l saltando l¨ªneas de forma infantil. Esa virtud que en Modric destacaba Ancelotti ten¨ªa otra peculiaridad que ayer sufri¨® Turqu¨ªa: si Modric estaba cansado para penetrar en las l¨ªneas enemigas, mandaba al bal¨®n a penetrar por ¨¦l.
Su gol tuvo el efecto de una bomba teledirigida. No ya por el golpeo (un golpeo ensimismado; un vole¨®n de playa m¨¢s parecido al de un adulto que acaba mandando la pelota al mar) sino por el bote asesino que peg¨® delante del portero. En el despeje del jugador turco hacia los aires, enviando el bal¨®n a una zona de entreguerras, hay hasta una ex¨®tica estrategia improvisada: la pantalla que hace un jugador croata para que Modric, que viene con el empeine en la mano, le pegue al bal¨®n como en la pelota vasca. Cuando todo est¨¢ cerrado, pudo decir Ancelotti, no basta con tocarla ni ser r¨¢pido: hay que arrear.
Croacia fue lo que Modric quiso que fuera. Un equipo ense?ado, maduro, arrojado. En la biograf¨ªa reciente de Modric ¡ªLuka Modric, el hijo de la guerra (Al Poste, 2016)¡ª los periodistas Vicente Azpitarte y Jos¨¦ Manuel Puertas sit¨²an la readaptaci¨®n de Modric como si de un brasile?o se tratase: de una competici¨®n m¨¢s lenta y con espacios, en la que explotar toda la creatividad, a una premium en la que hay que resolverlo todo de la misma manera pero en mucho menos tiempo. ¡°La diferencia es infernal¡±, dijo Modric al llegar a la Premier. El entrenador croata Ilija Loncarevic calcul¨® la dieta de Modric en el centro del campo: en el D¨ªnamo de Zagreb pod¨ªa llegar a dar cinco toques cada vez que recog¨ªa el bal¨®n, en el Tottenham lo rebaj¨® a dos como mucho. Por all¨ª circulaban, buscando espacios como depredadores, Berbatov y Robbie Keane.
Modric es el jugador por el que m¨¢s sentido tiene pensar que el Madrid es inmune a la extinci¨®n. Por ¨¦l y por Bale mand¨® una curiosa felicitaci¨®n el Tottenham al Madrid despu¨¦s de la final de Lisboa: ¡°Enhorabuena por ganar la Champions con nuestros jugadores¡±. Si le transmite su car¨¢cter a Croacia ser¨¢ a¨²n mejor noticia que si le transmite su juego.
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