Bruno Hortelano: ¡°Despu¨¦s de esto, ya pienso en bajar de los 10s¡±
Espa?a entra en la elite mundial de la velocidad con el r¨¦cord de 10,06s en los 100m del atleta educado en EE UU
¡°Me he equivocado en dos cent¨¦simas, me he equivocado en dos cent¨¦simas¡±. ?ngel David Rodr¨ªguez da saltos de alegr¨ªa y bulle sin parar bajo la carpa que hace de vestuario-c¨¢mara de llamadas-zona mixta de la pista de atletismo de Moratalaz, en Madrid capital. ¡°Sab¨ªa que iba a batir el r¨¦cord, pero no por tanto¡±. Est¨¢ tan contento el velocista de M¨®stoles que parece que ha sido ¨¦l quien ha batido el r¨¦cord de Espa?a de los 100m, y no justamente quien es, el atleta que lo acaba de perder. Quien lo ha batido, y de una manera extraordinaria, y en dos ocasiones en una sola hora, una con deslumbrante luz solar, otra, casi anochecido, con la primera luna tras el solsticio de verano asomando, ha sido Bruno Hortelano, quien a las 20.45 lo dej¨® en 10,08s, seguramente el r¨¦cord m¨¢s ef¨ªmero de la historia del atletismo espa?ol, y a las 21.47, en la final del mitin, lo rebaj¨® dos cent¨¦simas m¨¢s, hasta 10,06s, una marca que permite ya mirar al exterior con la cabeza alta. ¡°Espetaba batirlo pero no aqu¨ª, en Madrid, con mi madre en las gradas, ni con esta marca¡±, dice. ¡°Qu¨¦ m¨¢s puedo pedir¡±.
La plusmarca de Rodr¨ªguez, el espa?ol m¨¢s r¨¢pido desde 2008, era de 10.14s.
¡°Despu¨¦s de esto, ya pienso en bajar de 10s¡±, dice Hortelano, de 24 a?os, nacido en Australia de padres cient¨ªficos expats y forjado como deportista en el competitivo sistema del atletismo universitario estadounidense. Lo dice sin afectaci¨®n ni petulancia, como quien afirma algo que cae por su propio peso, de la misma manera que dice que se licenci¨® en ingenier¨ªa biom¨¦dica en Cornell, una de las universidades m¨¢s pijas de la Costa Este, lo que le permitir¨ªa escribir en sus tarjetas de visita Bruno Hortelano BS, Bachelor of Science, nada menos. Solo un atleta blanco, el franc¨¦s Christian Lemaitre, ha sido capaz de bajar de 10s los 100 metros. El italiano Pietro Mennea, uno de los mitos de la historia del atletismo europeo, se qued¨® en 10,01s en M¨¦xico. ¡°Pero a m¨ª eso de blancos o negros no me dice nada. Yo no creo en la superioridad atl¨¦tica de ninguna raza. Ponme uno al lado, del color que sea, y saldr¨¦ a ganarlo¡±, dice Hortelano, cuya mejor marca en los 100m antes de esta noche de San Juan era de 10,27s (2012). Lo dice a¨²n sudoroso, los clavos blancos colgados en un hombro, el fulgor competitivo en la mirada. ¡°Quiero creer que quien sobrevive al atletismo universitario de Estados Unidos sale m¨¢s fuerte que nadie¡±.
Los 100m que tan r¨¢pido corre son solo una estaci¨®n de paso en la carrera de Hortelano, quien, como Mennea o como Usain Bolt, por ejemplo, se siente m¨¢s corredor de 200m, la distancia que ama y en la que posee desde 2013 el r¨¦cord de Espa?a (20,47s). ¡°Uso el 100 y lo entreno para lograr una buena velocidad m¨¢xima, un impulso para lanzarme al 200¡±, dice. En sus planes solo entraba correr los 200m y el relevo tanto en los Europeos de ?msterdam como en los Juegos de R¨ªo, aunque admite que despu¨¦s de la noche de San Juan en que bati¨® el r¨¦cord de Espa?a quiz¨¢s cambie de idea y doble. ¡°Para los 200m tengo tambi¨¦n una marca en la cabeza, pero no la voy a decir en alto para no marcarme l¨ªmites¡±. En voz baja, a su m¨¢nager, Jorge Armas, le dice, en la hora que pasa impaciente entre r¨¦cord y r¨¦cord, que se ve corriendo la curva (los primeros 100m) en 10,03s, y que, ya lanzado, puede bajar de los 10s en los segundos 100m. Ser¨ªan 20s pelados, una marca con nivel suficiente para hacerle finalista ol¨ªmpico.
Aunque termin¨® la carrera el a?o pasado, Hortelano ha pasado el curso en Estados Unidos, cerca de sus padres, que ahora trabajan en la vecina Toronto. Lo ha hecho para seguir trabajando con Adrian Durant, su entrenador en Cornell, con el que, ahora desde Espa?a, habla todos los d¨ªas. A Madrid lleg¨® hace mes y medio, despu¨¦s de conocer las pistas ol¨ªmpicas de R¨ªo en los Iberoamericanos que termin¨® segundo. ¡°Me qued¨¦ a vivir en la residencia Blume y entreno en el CAR¡±, dice. All¨ª, todos los d¨ªas ve trabajar, y trabaja con ¨¦l, a ?ngel David Rodr¨ªguez, el P¨¢jaro, el atleta despose¨ªdo y feliz. ¡°Y a ¨¦l le dedico parte de este r¨¦cord¡±, dice. ¡°A ¨¦l que ha sido mi inspiraci¨®n para ser velocista y que tanto me ha ayudado a conseguir este r¨¦cord, y tanto me ha animado. ¡±.
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