B¨¦lgica: la eterna aspirante
La selecci¨®n de Wilmots afronta una oportunidad hist¨®rica ante Hungr¨ªa para acercarse a la competitiva selecci¨®n de los ochenta
Como ya ocurriera en los meses previos al Mundial de Brasil, en los pron¨®sticos para esta Eurocopa se ha vuelto a hablar de que, por fin, B¨¦lgica cumplir¨¢ las altas expectativas que ha levantado en los ¨²ltimos a?os. Es una plantilla que destaca por la cantidad de jugadores de talento que tiene, por su buen rendimiento en las fases de clasificaci¨®n y por su alta posici¨®n en el ranking FIFA (segunda, primera europea) en los ¨²ltimos cuatro a?os, pese a no haber conseguido grandes resultados en las citas importantes.
Despu¨¦s de no haber jugado un Mundial desde 2002, ni una Eurocopa desde la que organiz¨® junto a Pa¨ªses Bajos en 2000, el equipo que lleg¨® a Brasil en 2014 ilusion¨® a propios y extra?os. Una nueva generaci¨®n inundada de talento pod¨ªa devolver al f¨²tbol belga a los ¨¦xitos de los dorados a?os 80. Cuando lleg¨® el momento, sac¨® los nueve puntos en la fase grupos, aunque con m¨¢s dificultad de la esperada en un grupo (con Argelia, Rusia y Corea) que no era de los m¨¢s fuertes del torneo. En octavos pas¨® en la pr¨®rroga ante Estados Unidos y en cuartos cay¨® ante Argentina. No se puede decir que el rendimiento en el Mundial fuera malo, pero tampoco bueno. El equipo no despleg¨® el talento del que dispon¨ªa, su juego se embarr¨® en encerronas t¨¢cticas y sus delanteros no funcionaron. Gan¨® cuatro partidos pero no convenci¨® en ninguno, y perdi¨® uno en el que no fue peor que el rival, pero tampoco mejor.
Euro 2016
Dos a?os despu¨¦s, y tras otra muy buena fase de clasificaci¨®n, parec¨ªa que esta vez B¨¦lgica apuntaba al ¨¦xito, con un equipo m¨¢s maduro, m¨¢s experto y con sus estrellas triunfando en las grandes ligas europeas. Sin embargo, el primer d¨ªa, batacazo contra Italia. El equipo que iba sobrado de talento se vio claramente superado por un conjunto de trabajadores italianos. El entrenador, Marc Wilmots, perdi¨® la batalla t¨¢ctica con Antonio Conte, volvi¨® a colocar sus piezas como si no hiciera falta que se conjuntaran, como si solo con el hecho de su presencia fueran a ganar el partido. El plan de ataque belga ante Italia fue un amargo recuerdo del equipo inoperante de Brasil: el juego a¨¦reo de Fellaini en la media punta no congeni¨® con la velocidad a los espacios de Lukaku y con el desborde en las bandas con De Bruyne y Hazard. Cuando Fellaini ganaba un bal¨®n por arriba, Hazard ped¨ªa el bal¨®n al pie. Cuando Lukaku intentaba correr, la defensa italiana achicaba espacios. Cuando De Bruyne recib¨ªa en banda, Fellaini segu¨ªa esperando un bal¨®n a¨¦reo que peinar. Nada funcion¨®.
Pero todo cambi¨® ante Irlanda y Suecia. Despu¨¦s de cuatro a?os apostando por el mismo plan, Wilmots decidi¨® cambiar y acoplar sus piezas para potenciarlas. El resultado es ilusionante. La clave ha sido la entrada del jugador del Atl¨¦tico de Madrid Yannick Ferreira-Carrasco en la banda derecha, en el puesto de De Bruyne, que se ha desplazado a la media punta (donde mejor ha rendido esta temporada en el Manchester City) en detrimento de Fellaini. Ahora el equipo tiene claro a qu¨¦ juega, Hazard, De Bruyne y Carrasco forman una l¨ªnea de medias puntas temible, que entienden el f¨²tbol de la misma manera: con el bal¨®n en los pies y con la cabeza funcionando. Ahora, Lukaku y Carrasco saben que tienen pasadores para sus desmarques, Hazard y De Bruyne juegan cerca y se pueden asociar, y la llegada de segunda l¨ªnea aporta gol.
Es innegable que B¨¦lgica ha ca¨ªdo en el lado con menos nombre del cuadro, se juega este domingo (21.00) el pase a cuartos de final ante la sorprendente Hungr¨ªa y, si consigue pasar, el ¨²ltimo escollo antes de semifinales ser¨ªa el ganador del Gales-Irlanda del Norte. Sin lugar a dudas, B¨¦lgica est¨¢ ante una oportunidad hist¨®rica de volver a estar entre los mejores en un gran torneo de selecciones. 26 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo gran ¨¦xito (subcampe¨®n en la Eurocopa de Italia 1980), B¨¦lgica quiere dejar de ser la aspirante que nunca termina de consolidar su ¨¦xito.
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