Para Federer no hay lastre

La exquisitez de Roger Federer se palpa aqu¨ª o all¨¢, raqueta en mano, en ropa deportiva o de esm¨®quin; da igual el contexto o el marco, o incluso la materia. ?l, que se encamina ya hacia las 35 primaveras, 18 de ellas en el circuito profesional, disfruta del presente y de la charla, de compartir opini¨®n y experiencias vitales sobre todo. En sus turnos de atenci¨®n a los medios, su disposici¨®n es absoluta; tanto que, a veces, despu¨¦s de responder en ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n, con el mismo nivel de eficiencia pr¨¢cticamente en todos ellos, el cron¨®metro se estira en ocasiones un poco m¨¢s de la cuenta. Por eso, este s¨¢bado, al bueno de Stan Wawrinka no le qued¨® m¨¢s remedio que dar tres toques a la puerta y dar por zanjada la intervenci¨®n de su compatriota.

"?Hey, Stan!", le recibi¨® Federer. "?Ya es mi turno, no?", brome¨® el de Lausana mientras ambos estrechaban sus manos. Previamente, el primero hab¨ªa abordado cuestiones de todo tipo: c¨®mo se encuentra, si la rodilla funciona bien despu¨¦s de la intervenci¨®n de febrero, sus opciones en Londres, el Zika y R¨ªo... Y tambi¨¦n su espalda. Extra?amente, minutos antes de que compareciera, en las redes sociales algunos despistados hab¨ªan propagado de forma infundada (y err¨®nea) la idea de que hab¨ªa convocado a la prensa para explicar una posible renuncia a Wimbledon. Pero nada m¨¢s lejos de la realidad. De eso, nada de nada.

"Honestamente, nunca pens¨¦ que no iba a estar aqu¨ª", afirm¨® con naturalidad. "Despu¨¦s de no poder jugar en Roland Garros, estar aqu¨ª es un gran empuj¨®n para m¨ª. Con todos los ¨¦xitos que he tenido en Londres, esta es la motivaci¨®n que necesito ahora mismo para volver a las grandes pistas y hacer buenos partidos. Amo este torneo m¨¢s que a ning¨²n otro. Es una gran oportunidad para darle la vuelta a la temporada; qui¨¦n sabe. Solo quiero jugar un buen tenis estos d¨ªas y disfrutar", prolong¨®.

No est¨¢ siendo un a?o nada f¨¢cil para Federer. Despeg¨® con fuerza, con la fabulosa inercia que le arrastraba el cierre del a?o anterior; cedi¨® en las semifinales de Australia, ante Djokovic, pero con un magn¨ªfico juego. Pero nada m¨¢s marcharse de Australia, "un est¨²pido movimiento" mientras ba?aba a sus gemelas le oblig¨® a pasar por primera vez en su carrera por el quir¨®fano para reparar su menisco. La operaci¨®n trastoc¨® su calendario, que no inclu¨ªa la preparaci¨®n en tierra; despu¨¦s, s¨ª, cambio de paso: Montecarlo, Roma... y un repentino adi¨®s a Madrid, primero, y a Par¨ªs, despu¨¦s.

"Estaba muy, muy triste", admiti¨®. "Mi recuperaci¨®n fue muy buena y r¨¢pida, pero despu¨¦s me puse enfermo en Miami [por un virus estomacal] y luego tuve otra vez un problema en la espalda, antes de Madrid", detall¨®. La espalda. Otra vez. La zona del cuerpo que m¨¢s le ha castigado, sobre todo en 2013, el curso en el que algunos apreciaban su declive. "Roger, ya tuviste hace un par de a?os problemas. Cuando regresaron este curso, ?fueron muy frustrantes para t¨ª?", le preguntaron. "Mira", expuso con tono serio el suizo, porteador del mayor bot¨ªn hist¨®rico de Grand Slams, sin arrogancia ni lastre alguno; "esta espalda me ha dado 88 t¨ªtulos, as¨ª que estoy bien con ella. No pasa nada si me molesta algunas veces". "La decisi¨®n de no jugar en Par¨ªs fue muy f¨¢cil de tomar", antepuso, "porque afectaba a Wimbledon, a mi vida, al resto de mi carrera. Esto es m¨¢s importante que uno, dos o tres torneos".

Vuelve ahora en Londres y asegura que, a pesar de jugar en casa, su casa, en La Catedral del tenis, esta vez el triunfo queda muy lejos. "Claramente no estoy pensando en el t¨ªtulo", reconoci¨®; "creo que Novak [Djokovic] y Andy [Murray] son los grandes favoritos. Ellos lo han hecho tan bien durante los ¨²ltimos seis meses, en los ¨²ltimos a?os... Creo que ellos son los hombres a batir aqu¨ª. Yo debo centrarme en m¨ª mismo, en acercarme a esas posiciones, a la segunda semana, y confiar en que a partir de ah¨ª todo comience a rodar como es de esperar".