La cruda Italia en la Eurocopa
Sostenida por su firme retaguardia juventina y sin un Pirlo o un Totti, el complejo rival de Espa?a se basa en el esfuerzo mancomunado del grupo
No enga?a esta Italia, a la que distingue su toque juventino, el ¨²nico caladero pujante de un calcio de rebajas desde hace a?os. Nada que ver con la p¨²rpura que distingu¨ªa al f¨²tbol italiano como gancho de las grandes estrellas del universo. Resiste el Juventus, que arrasa cada curso, y poco o nada m¨¢s. No es casual que Antonio Conte, el seleccionador, en tr¨¢nsito hacia el Chelsea, el equipo m¨¢s italianizado de la Premier, provenga de la escuadra turinesa. Tampoco que el tendal del que cuelga la Nazionale lo formen cuatro centinelas blanquinegros con muchos galones: Buffon, Bonucci, Barzagli y Chiellini, un portero y tres centrales con 364 batallas internacionales a sus pies.
Al margen del ya legendario guardameta, los tres zagueros tienen c¨¢tedra en su oficio, son de lo mejor en su puesto. De este macizo, que no es cualquier tachuela, se sustenta Italia, en la que ya no queda ni un Pirlo. El pozo se ha secado, o lo han secado con tanto miramiento defensivo. Ahora, Italia fabrica contes en serie, futbolistas abnegados que se dejan el coraz¨®n en los huesos. Al calcio nunca le faltaron, pero hoy abundan, son mayor¨ªa absoluta.
La Italia que reta a Espa?a mantiene el perfil crudo de toda la vida, pero carece de aquellos futbolistas que le daban otra escala musical. No hay Pirlos, no, y menos con Marchisio lesionado. Eder o Pell¨¨ no son, precisamente, secuelas de Zola, Roberto Baggio, Del Piero, Totti¡Eran el toque po¨¦tico de un f¨²tbol tan proclive a jugar a que no se juegue. El conjunto acuartelado por Conte refuerza la idea. Por eso, de esta Italia nada es m¨¢s subrayable que la Italia en campo propio, la que cierra filas de forma mancomunada.
La Italia que reta a Espa?a mantiene el perfil crudo de toda la vida, pero carece de aquellos futbolistas que le daban otra escala musical
El ataque, cuando llega, tambi¨¦n remite al esfuerzo, y es m¨¢s circunstancial que estructurado. Sienten que su verdadero partido est¨¢ en el per¨ªmetro de Buffon. Neutralizado el adversario, ya caer¨¢n los dados al otro lado del campo. Y, cuidado, con mayor o menor talento, Italia no ha perdido su capacidad para sacarse un croch¨¦ decisivo de la nada. Con una mano en todo el partido el contrario puede acabar en la lona. Exploran las deficiencias ajenas como pocos, huelen la debilidad.
Los precedentes partidos oficiales entre Italia y Espa?a remiten a las dos ¨²ltimas Eurocopas, con una victoria de la Roja por penaltis en 2008, un empate inaugural en la edici¨®n de 2012 y una estruendosa goleada de los de Del Bosque en la final de aquel torneo. Un encuentro para rebobinar de por vida, el partido m¨¢s brillante de la mejor generaci¨®n espa?ola. Aquel equipo finalista de Cesare Prandelli defendi¨® con una l¨ªnea de cuatro, con cinco, como hab¨ªa conseguido la igualada en el mismo campeonato. Justo la armadura de la Italia de Conte, que cuenta con tres centrales y dos laterales algo m¨¢s avanzados. Candreva, el derecho, jugador de buen rendimiento como internacional, es baja.
A Espa?a la que suelen bloquear m¨¢s de la cuenta equipos con este formato. Adem¨¢s de la Italia ya citada de 2012, Holanda y Chile en el Mundial de Brasil fueron otros ejemplos. No se la habr¨¢ escapado a Del Bosque, que, como es habitual, no ha dado pistas sobre la alineaci¨®n del pr¨®ximo lunes en Par¨ªs (Telecinco, 18.00). ¡°Va a ser un partido muy duro, nos va a costar mucho¡±, dijo Thiago en el retiro espa?ol en el Isla de Re antes de un entrenamiento a puerta cerrada. El jugador del Bayern agreg¨®: ¡°Defensivamente son muy buenos y si siempre es complicado enfrentarse a un equipo italiano, imaginemos hacerlo contra su selecci¨®n¡±
Ante cinco en retaguardia y volantes de auxilio, a Espa?a le costar¨¢ generar superioridades, ya sea por el embudo, con los movimientos de jugadores de la media punta como Cesc, Silva o Iniesta, como por los costados. Por esas orillas por las que pujan una y otra vez tanto Juanfran como Jordi Alba. Este, distra¨ªdo, acus¨® a los medios de comunicaci¨®n espa?oles de generar ¡°mal ambiente¡±. Bastante tendr¨¢ con la severa Italia como para desviar el tiro hacia enemigos imaginarios.
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