El equipo marroqu¨ª que jug¨® en Primera en Espa?a
Una muestra rescata del olvido al Atl¨¦tico de Tetu¨¢n, disuelto en 1956
Temporada 1951/52. Pahi?o y Kubala compiten por el Pichichi. El Bar?a va lanzado hacia el doblete: su quinta Liga y la Copa del General¨ªsimo. En el extremo opuesto de la clasificaci¨®n, sin solera y sin grandes estrellas, un equipo lucha por no descender: el Atl¨¦tico de Tetu¨¢n, el ¨²nico club marroqu¨ª que ha jugado en Primera en la historia del f¨²tbol espa?ol. S¨®lo logr¨® permanecer esa temporada, pero su singularidad ha inspirado una peque?a exposici¨®n en las Escuelas P¨ªas de Madrid reci¨¦n clausurada.
En 1913, Tetu¨¢n pas¨® a formar parte del Protectorado espa?ol de Marruecos. La zona que quedaba bajo control espa?ol era un aut¨¦ntico avispero, un regalo envenenado de Francia para saciar la sed colonial de Espa?a tras la p¨¦rdida poco antes de Cuba y Filipinas, por lo que en los primeros quince a?os b¨¢sicamente solo se enviaron all¨ª militares. Y estos, en un entorno hostil y desconocido, dedicaron su tiempo libre al f¨²tbol. As¨ª nacieron los primeros clubes del Protectorado, que s¨®lo pod¨ªan competir entre ellos hasta la temporada 31/32. Un a?o despu¨¦s, varios militares seguidores del entonces llamado Athletic Club de Madrid constituyeron el Athletic Club de Tetu¨¢n. Hered¨® del equipo colchonero los colores -pantal¨®n azul y camiseta a rayas rojas y blancas- e imit¨® el escudo del Athletic Club de Bilbao, pero con una imagen de la mezquita Sidi Baraka sobre los tejados de la medina y una estrella. En 1941, por la normativa que prohib¨ªa los extranjerismos, pas¨® a denominarse Club Atl¨¦tico de Tetu¨¢n. Con ese nombre hizo historia al subir en solo seis a?os de Regional a Primera.
¡°Era una alegr¨ªa y a la vez una tensi¨®n inmensa verse de repente ante (el m¨ªtico delantero colchonero Larbi) Ben Barek o (la leyenda del Barcelona Ladislao) Kubala¡±, cuenta a este diario Jaco Zafrani, de 84 a?os y uno de los dos ¨²nicos exfutbolistas vivos del equipo que jugaron en la m¨¢xima categor¨ªa. ¡°Cuando ve¨ªas jugar a esos gigantes te quedabas¡ ellos sab¨ªan lo que hacer con el bal¨®n mejor que nosotros¡±, reconoce quien fuera mediovolante. El paso por Primera fue duro: quedaron colistas con siete victorias, cinco empates y dieciocho derrotas. ¡°Pon¨ªan mucho pundonor y esfuerzo, pero era un equipo joven e inexperto¡±, explica el comisario de la exposici¨®n, Miguel ?ngel Garc¨ªa.
En medio dejaron alguna gesta, como golear 4-1 al Atl¨¦tico de Madrid de la famosa ¡°delantera de cristal¡± (Juncosa, Ben Barek, P¨¦rez Paya, Carlsson y Escudero) o empatar a tres con el Real Madrid con esc¨¢ndalo arbitral. El Atl¨¦tico de Tetu¨¢n ganaba 3-1 al descanso y el sesgo del colegiado debi¨® ser tal en la segunda parte que se le impuso una sanci¨®n gubernativa de 500 pesetas y de 250 a uno de sus auxiliares por ¡°dirigir el encuentro con escandalosa parcialidad¡±.
La muestra, que tambi¨¦n ha pasado por T¨¢nger, Tetu¨¢n, Tel Aviv, Ceuta y Jerusal¨¦n, est¨¢ organizada por la asociaci¨®n rojiblanca Los 50 y el Ayuntamiento de Madrid, en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n La Medina, el Centro Sefarad-Israel y Noches de Ramad¨¢n. Titulada ¡°Tetu¨¢n a rayas. El madro?o se volvi¨® palmera¡±, consiste en 18 paneles explicativos con un centenar de fotograf¨ªas de ¨¦poca. Como la de su mejor jugador, el goleador marroqu¨ª Chicha; la de los borcegu¨ªes (las botas por encima del tobillo que se ajustaban con cordones) sobre un c¨¦sped muy alto (¡°ahora los campos parecen mesas de billar¡±, dice el otro exjugador vivo del club que pas¨® por Primera, Esteban Alarc¨®n); la de aficionados cristianos, musulmanes y jud¨ªos compartiendo grada en la ciudad marroqu¨ª; o la del modesto veh¨ªculo de 11 plazas en el que se desplazaban a los partidos en campo ajeno. Im¨¢genes que plasman un balompi¨¦ que hoy parece de otra galaxia. ¡°Si jugaban en el norte de Espa?a, pod¨ªan tardar varios d¨ªas en llegar. Siempre ten¨ªan que coger el ferri para cruzar el Estrecho y a veces duraba tanto el trayecto que paraban en medio a echar alg¨²n amistoso¡±, apunta Garc¨ªa. ¡°Ser futbolista era entonces muy distinto¡±, recuerda a sus 86 a?os Alarc¨®n. ¡°No hab¨ªa cambios, el terreno era malillo, los balones no eran ni de lejos como los de ahora, hab¨ªa que jugar con la camiseta por dentro¡ Ese a?o cobr¨¦ 50.000 pesetas. Gano m¨¢s ahora de jubilado en un mes que en el f¨²tbol en cinco a?os¡±, asegura entre risas.
La historia de este ¡°Atl¨¦tico olvidado¡± -como lo defini¨® el presidente de Los 50, Luis Fuentes, en un coloquio en Madrid sobre la historia del club- lleg¨® a su fin en 1956, cuando Marruecos logr¨® su independencia. El Atl¨¦tico de Tetu¨¢n se fusion¨® con la Sociedad Deportiva Ceuta, que hered¨® los derechos de jugar en Segunda y algunos de sus futbolistas. En el nuevo Marruecos soberano, el Mogreb Atl¨¦tico de Tetu¨¢n se qued¨® con el nombre, los colores y el campo.
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