Alemania - Italia: El Partido
Las dos selecciones, que suman 12 t¨ªtulos mundiales y europeos, dirimen en cuartos todo un cl¨¢sico
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La historia los se?ala como las mayores potencias futbol¨ªsticas de Europa. A Alemania, una m¨¢quina de ganar, le cuelgan cuatro Mundiales y tres Eurocopas. A Italia, una buscavidas como ninguna otra selecci¨®n, le adornan otros tantos campeonatos del mundo y uno europeo. Las dos se retan hoy en Burdeos (Telecinco, 21.00) en los cuartos de final de un torneo que se les resiste m¨¢s de la cuenta: veinte a?os a los germanos y 48 a la Nazionale. Fue precisamente Espa?a, ya exiliada, quien super¨® a unos y otros en las dos finales anteriores. Para los alemanes, qui¨¦n lo dir¨ªa, todo un reto: nunca han ganado a Italia en un gran campeonato.
Al margen del peso de su leyenda, Alemania e Italia han causado impacto en Francia, de manera especial en los encuentros de octavos. Los de Joachim L?w arrollaron a Eslovaquia y los de Antonio Conte lograron la sumisi¨®n de La Roja. Los dos equipos llegan, por tanto, en alza. Cada cual a lo suyo, con estilos muy diferentes, pero ambos con muestras de mucha pujanza. A los alemanes les lucen las estrellas. Sin ellas, a los italianos, que han hecho de la necesidad virtud, les brilla el cientifismo de un grupo de hombres que m¨¢s parecen marines que futbolistas. Pese a toda su solera, los respectivos pa¨ªses han afrontado una reforma futbol¨ªstica. Primeriza Alemania, m¨¢s tard¨ªa Italia.
Aun con la costumbre de ganar, lleg¨® un momento en el que los germanos decidieron que tambi¨¦n hab¨ªa que jugar. J¨¹rgen Klinsmann inici¨® la revoluci¨®n en los a?os previos al Mundial alem¨¢n de 2006. Con ¨¦l como seleccionador, la pelota pas¨® a tener tanta relevancia como el f¨ªsico, la se?a de identidad de un f¨²tbol que atemorizaba m¨¢s por el hormig¨®n que por la destreza.
El camino de la pelota
El experimento de Klinsmann y L?w, por entonces su ayudante en la pizarra, no alcanz¨® para conquistar su Mundial ¡ªfue Italia quien se interpuso en semifinales¡ª, pero la idea cal¨® en la hinchada. Con el tiempo, Alemania dej¨® de gravitar casi en exclusiva sobre esos centrales p¨¦rtigas y arietes de dos armarios, por m¨¢s que ahora anide ante el gol Mario G¨®mez, que en esta Alemania parece de otra ¨¦poca, pero resulta eficaz. Lahm, retirado como internacional tras levantar la ¨²ltima Copa del Mundo, ha sido el p¨®ster de este fen¨®meno contracultural. Un tipo con el cuerpo de un cualquiera que juega de maravilla, capaz de mutar del lateral al medio centro. No fue la ¨²nica excepci¨®n. Se alumbraron jugadores como ?zil, Kroos, G?etze, Reus, Kimmich ¡ªotro en la l¨ªnea de Lahm¡ª, Draxler... Alemania eligi¨® el camino de la pelota y ah¨ª sigue.
El caso de Italia es otro. Cesare Prandelli solt¨® las amarras tradicionales del calcio y el equipo que se vio por la Eurocopa de 2012 se hab¨ªa desitalianizado en gran medida. El bal¨®n ya no era un artefacto que mejor est¨¦ en los pies del rival. Solo la mejor versi¨®n vista de Espa?a apart¨® a la Italia de Pirlo, bandera de aquel equipo, de la cumbre final. Pero Pirlo se sec¨®, y en el calcio hace mucho que no hay caladero. As¨ª que Conte se ha lanzado a su propia revoluci¨®n, aunque todo apunta a que sea pasajera. ?l est¨¢ en la Eurocopa en tr¨¢nsito hacia el Chelsea.
Deje el poso que deje, la obra de Conte despierta inter¨¦s. Sin jugadores de primer¨ªsimo nivel, salvo Buffon y los tres centrales, el ex entrenador de la Juventus no se ha refugiado en las cuerdas. Con m¨¢s talento en el cesto lo hicieron muchos de sus predecesores. Conte ha forjado un equipo con un peculiar sistema, el que despuebla el eje de su propio medio campo, da salida al juego con los zagueros y, mientras, enchirona al adversario en su jaula, con hasta cinco jugadores atosigando al contrario cerca de su ¨¢rea. Frente a Alemania es probable que reproduzca el sistema empleado ante Espa?a, ya que a los de L?w tambi¨¦n les gusta jugar con la pelota cosida al pie desde su porter¨ªa. Veremos si dan con el ant¨ªdoto que ni oli¨® la Roja.
En Italia est¨¢ de baja desde varios d¨ªas Candreva y es posible que Conte tampoco pueda alistar a De Rossi, con molestias. Un agujero, ya que Motta, su relevo natural, est¨¢ sancionado. En Alemania, que se sepa, todos est¨¢n en condiciones para el que, por rango hist¨®rico, es el duelo de Europa, el de los m¨¢s campeones. En M¨¦xico 70, un cruce entre ellos deriv¨® en el segundo partido del siglotras el Inglaterra-Hungr¨ªa del 53. En esta sosaina Euro, que al menos sea El Partido.
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