La furia de Phelps
El estadounidense gana la final de los 100 mariposa de los trials con 51,00s y se enfada porque cree que debe mejorar para lograr su cuarto t¨ªtulo ol¨ªmpico de la especialidad en R¨ªo
?Michael Phelps dejar¨¢ de nadar. Dejar¨¢ de acudir a los Juegos Ol¨ªmpicos. Dejar¨¢ de sumar victorias y oros. A sus 31 a?os, el final se aproxima inexorable para el mayor coleccionista de medallas de la historia. Su cuerpo no deja de transmitir se?ales de desgaste. Tambi¨¦n en Omaha, donde el s¨¢bado se le vio salir de la piscina aferrado a la escalera como se aferran los ancianos, algo tembloroso, sin apenas fuerzas en las piernas para abandonar el agua despu¨¦s de otro ejercicio devastador. Porque el hombre de Baltimore sabe que el tiempo se agota y ha resuelto despedirse del ¨²nico modo que le resulta soportable. Ganando. Imponi¨¦ndose en cada una de las pruebas individuales en las que se inscribi¨® en los trials que la federaci¨®n estadounidense organiza para formar el equipo de los Juegos de R¨ªo: los 200 metros estilos, los 200 mariposa y los 100 mariposa.
Phelps gan¨® todas las pruebas a las que se present¨® en Omaha. Pero se mostr¨® preocupado. Cuando, tras la ¨²ltima carrera, los 100 mariposa, se volvi¨® para comprobar su marca y su posici¨®n, y vio su nombre reflejado en lo m¨¢s alto de la pantalla, dio un pu?etazo en el agua, se colg¨® de la corchera, resopl¨® con rabia y lanz¨® un escupitajo como intentado expulsar hasta la ¨²ltima gota de una terrible obsesi¨®n. Hab¨ªa superado a Tom Shields y a Seth Stubblefiend por 20 y 24 cent¨¦simas respectivamente. Hab¨ªa ganado los 100 mariposa por tercera vez consecutiva en unos trials desde 2008. Pero su marca, 51,00 segundos, no le satisfac¨ªa.
Phelps persigue su cuarto oro ol¨ªmpico consecutivo en 100 mariposa y cree que para conseguirlo en R¨ªo deber¨¢ nadar muy por debajo de 51 segundos. Calcula que el sudafricano Chad le Clos, el h¨²ngaro Laszlo Cseh, y el singapurense Joseph Schooling rondar¨¢n los 50 segundos largos. Para batirlos debe construir la carrera perfecta. Una suerte de trabajo de orfebrer¨ªa que consiste en engarzar las piezas de una filigrana: la salida, los primeros 15 metros, los primeros 50, el viraje, la preparaci¨®n, y los ¨²ltimos 25. Brazada a brazada. Dieciocho ciclos en el largo de regreso empleando la energ¨ªa justa. Ni m¨¢s ni menos. Exactamente coordinados para que el ¨²ltimo golpe coincida con la pared, pero sin pasarse. Eso no sucedi¨® en Omaha, en donde la 18? brazada se le qued¨® corta y debi¨® deslizarse estir¨¢ndose y empuj¨¢ndose con la cadera. Ah¨ª, en ese gesto, perdi¨® al menos 20 cent¨¦simas.
¡°Quer¨ªa que mi ¨²ltima carrera en suelo americano fuese una victoria¡±, dijo. ¡°El trabajo principal est¨¢ hecho, pero me ha faltado algo en los ¨²ltimos 25 metros. Me ha faltado potencia en las piernas y no he coordinado bien el toque del muro. Tenemos que trabajar m¨¢s si queremos estar en lo alto del podio en R¨ªo¡±.
Suspendido en 2014 por conducir bajo los efectos del alcohol, Phelps permaneci¨® castigado durante seis meses y no pudo acudir a los Mundiales celebrados hace un a?o en Kaz¨¢n. Muchos dieron su carrera por concluida. ?l mismo dijo tras los Juegos de Londres que no se imaginaba nadando con 31 a?os. La final de los 100 mariposa de Kaz¨¢n se disput¨® el 8 de agosto sin su presencia y result¨® fabulosa. Le Clos (50,56s), Cseh (50,87s) y Schooling (50,96s) bajaron de 51 segundos para ocupar el podio. Fue justo entonces cuando los ojos de la nataci¨®n mundial se volvieron sobre Phelps. El hombre reapareci¨® ese mismo 8 de agosto en los campeonatos Nacionales de San Antonio y marc¨® 50,45 segundos. El segundo mejor tiempo de siempre con ba?ador textil.
Paradojas del genio, Phelps nunca nad¨® un 100 mariposa m¨¢s perfecto que en San Antonio, con apenas seis meses de entrenamiento despu¨¦s de a?os de abandono. Hizo 24,10s en sus primeros 50 metros y regres¨® en 26,35s. Algo extraordinario. Algo que est¨¢ intentando mejorar desde entonces, pensando en R¨ªo, y que casi completa en Omaha, en donde nad¨® los primeros 50 en 24,06s, un r¨¦cord personal con ba?ador de tela. A punto de despedirse. Entren¨¢ndose con un entusiasmo que desconoc¨ªa, seg¨²n su preparador, Bob Bowman. ¡°M¨¢s feliz que nunca en toda mi vida¡±, seg¨²n ¨¦l mismo. Pronto lo dejar¨¢ todo para empezar de nuevo. Le queda un mes de agua. Un mes de tormenta.
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