La bomba escondida en el dribling de Cristiano Ronaldo
Pocos advirtieron en 2004, en la Eurocopa de su debut, que la estrella lusa se convertir¨ªa en un goleador de ¨¦poca
Cristiano Ronaldo est¨¢ a punto de culminar en Saint Denis la epopeya personal que comenz¨® en Lisboa durante la Eurocopa de 2004. Entonces ten¨ªa 19 a?os, parec¨ªa resistente como la goma, y, aunque corr¨ªa el doble, apenas hab¨ªa mostrado una fracci¨®n de las posibilidades que pueden elevar a Portugal hasta la conquista del primer gran t¨ªtulo de su historia.
El mi¨¦rcoles 30 de junio de 2004 la Plaza del Marqu¨¦s de Pombal era el epicentro de un hervidero de carteles de Cristiano. La imagen del jugador, con mechas rubias y dos aros de diamante, abanderaba la campa?a del Banco Esp¨ªrito Santo coincidiendo con las v¨ªsperas de la semifinal Portugal-Holanda.
El muchacho ven¨ªa de jugar 29 partidos de Premier con el Manchester y la modesta cuenta de goles ¡ªcuatro en toda la temporada 03-04¡ª no atenuaba su descomunal concepto de s¨ª mismo. En una selecci¨®n plagada de figuras como Figo, Rui Costa, Deco, Nuno Gomes o Carvalho, el extremo de Madeira ya se sent¨ªa el mejor.
¡ªSoy el ¨²nico jugador en el mundo que dribla con las dos piernas igual; salgo con la derecha y con la izquierda, para los dos lados¡ª, dec¨ªa, cuando no hab¨ªa micr¨®fonos alrededor.
Apenas hab¨ªa disputado dos partidos como titular de un total de cuatro, pero su convicci¨®n era total. Solo modulaba su certeza con sentido del tacto. Cada vez que hablaba se esforzaba por no herir el amor propio del capit¨¢n Luis Figo, que tambi¨¦n operaba como extremo, pero por la banda derecha. El suyo representaba un fen¨®meno novedoso. Cristiano era una celebridad. M¨¢s reconocido por su aspecto que por su juego. Quiz¨¢s por primera vez en la historia, el m¨¢rketing se anticipaba al f¨²tbol.
Extremo r¨¢pido y agitador, Cristiano no fue percibido como una amenaza seria por el seleccionador holand¨¦s, Dick Advocaat, cuando orden¨® que en las jugadas a bal¨®n parado el marcaje se lo hiciera Gio van Bronkhrost. Un taponcillo para el hombre que se?alar¨ªa la pr¨®xima d¨¦cada como el mejor cabeceador del mundo. A los 26 minutos de partido Deco le puso el c¨®rner en la cabeza y ¨¦l pic¨® el bal¨®n con violencia sin que Van der Saar pudiera hacer m¨¢s que un adem¨¢n. Corri¨® hacia el costado, se quit¨® la camiseta, y luci¨® la caja tor¨¢cica frente a las c¨¢maras. El ritual, que entonces result¨® asombroso, hoy resulta predecible.
¡°Tiene algo¡±
Cristiano era una fiera a punto de salir de la jaula en 2004. El que hab¨ªa sido su entrenador en el Sporting, Joaquim Rolao Preto, lo anunci¨® con discreci¨®n: ¡°?l tiene una finta de nacimiento, ¨²nica, y es la que sigue exhibiendo; pero tiene algo que todav¨ªa no ha expresado totalmente, y es su capacidad para definir¡±.
La fama que le precedi¨® en los carteles de Lisboa fue la de un atleta habilidoso y ornamental que cubr¨ªa la banda de ¨¢rea a ¨¢rea. En la Eurocopa de Portugal hizo 16 regates, uno cada 26 minutos; y rob¨® 22 balones, uno cada 19 minutos. En Francia ha hecho tres regates, uno cada 200 minutos; y ha robado 15 balones, uno cada 40 minutos. Cristiano ya no necesita gambetear tanto, primero, porque esta selecci¨®n de Portugal juega m¨¢s al contragolpe que aquella de 2004, m¨¢s dominante; y, segundo, porque ahora act¨²a como falso nueve.
Cristiano escond¨ªa bajo la piel de driblador una m¨¢quina de meter goles. La iron¨ªa es que su selecci¨®n, ahora dirigida por Fernando Santos, ha sufrido una involuci¨®n hacia la especulaci¨®n total. La predisposici¨®n defensiva del equipo altera la perspectiva. Como falso nueve, con un gol cada 200 minutos disputados (tres en total), su eficacia ha disminuido respecto a la Eurocopa de 2004, cuando meti¨® dos goles, uno cada 120 minutos. Su producci¨®n solo se eleva en el promedio de remates. De 20 en 2004 a 45 en 2016.
La metamorfosis describe un cambio futbol¨ªstico y un car¨¢cter inflexible. En 12 a?os Cristiano ha dejado de ser extremo y ha pasado de meter cuatro goles en Liga a superar los 30 en las ¨²ltimas seis temporadas. Portugal ya no es la selecci¨®n atractiva que encandilaba a Europa por la elegancia de su juego; y el equipo ha pasado de ser una constelaci¨®n de hombres consagrados a convertirse en un bloque al servicio de Cristiano. El mundo se ha transformado y en el proceso Cristiano ha ganado tres Balones de Oro. Pero quiz¨¢s lo m¨¢s ins¨®lito sea su tenacidad. A los 31 a?os conserva intactos el esp¨ªritu y la ambici¨®n. ¡°Me siento joven¡±, sentenci¨®, en la entrevista que concedi¨® esta semana a la UEFA; ¡°quiero entrar en la historia¡±.
Fernando Santos y Pepe se inclinaron ante el verdadero jefe de la expedici¨®n. ¡°Cristiano¡±, dijo ayer el defensa, ¡°ya ha demostrado todo lo que es capaz de hacer¡±. El t¨¦cnico lo secund¨®: ¡°Siempre quiere ser el mejor, trabaja, progresa y busca la perfecci¨®n. ?l es el mismo que conoc¨ª en 2003 en el Sporting. Es nuestro l¨ªder¡±.
Portugal perdi¨® la final de la Eurocopa de 2004 y el Banco Esp¨ªrito Santo quebr¨® una d¨¦cada despu¨¦s. Pero Cristiano Ronaldo multiplic¨® su capital. Este verano se convirti¨® en el mayor goleador de la historia de la Eurocopa. Esta noche puede cerrar el c¨ªrculo.
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