Chris Froome gana el Tour de Francia 2016
Ion Izagirre consigue en Morzine la primera victoria espa?ola en la ¨²ltima etapa de monta?a de la ¡®grande boucle¡¯ menos competida de los ¨²ltimos 11 a?os
Cuando ascienden la Joux Plane los ciclistas que persiguen en su vig¨¦simo d¨ªa de Tour esperan como los israelitas que se fugan de Egipto ante el mar Rojo que se abran las nubes negras que tocan casi con las manos, y agachan la cabeza como si tuvieran miedo de darse con ellas en el techo h¨²medo, y que el sol oculto les seque y les conforte en el descenso peligroso que llega despu¨¦s. Pero el ciclista perseguido, si rezara, rezar¨ªa para que la lluvia no parara, que llueva, que llueva. Es vasco y el aguacero es su hogar. Se alimenta de olor a asfalto h¨²medo de carreteras sin un metro recto entre prados siempre verdes, el paisaje que la Joux Plane multiplica. Se llama Ion Izagirre y baja como una bala hacia Morzine, donde le esperan una meta y una victoria que celebra con una sonrisa que embellece en su rostro duro las cicatrices de sus ca¨ªdas y los brazos en V.
Llega solo porque bajando ha dejado atr¨¢s a sus ¨²ltimos compa?eros de una fuga que triunfa por el empe?o de Sagan incre¨ªble. Al final le acompa?aban Pantano infatigable, que se apunta a todas las fugas, y Nibali, dos famosos descendedores. Lo hace en una curva cerrada a izquierdas, donde hab¨ªa elegido hacerlo ya por la ma?ana en el autob¨²s, estudiando el libro de ruta. Y detr¨¢s, Txente Garc¨ªa Acosta, su director, le grita desde el coche, ¡°?vete, vete!¡±.
JON IZAGUIRRE PLANE / first stage victory ! #TDF2016 pic.twitter.com/loCoigSugh
— Tour de France? (@LeTour) July 23, 2016
A 1.700 metros en los Alpes, no se abre el cielo, no deja de llover y detr¨¢s de Chris Froome de amarillo en procesi¨®n descienden prudentes todos los que se clasifican del dos al 10 en la general y no quieren perder su puesto ni arriesgarse en un adelantamiento. Todos menos uno, Purito Rodr¨ªguez, que ha comenzado la etapa 11? y se niega a terminar fuera del top ten. Atac¨® el catal¨¢n subiendo el ¨²ltimo col de su ¨²ltimo Tour, la Joux Plane, nada menos. El col de la clav¨ªcula rota de Perico y de la victoria de Arroyo, primero, y de Chozas despu¨¦s. El col de la ¨²nica crisis de Armstrong en todas las monta?as de sus siete Tours y de la fant¨¢stica cabalgada de Landis hasta las cejas de bourbon y reg¨¢ndose el cr¨¢neo de agua. El col en el que detr¨¢s de Froome nadie se mueve, nadie arriesga. Los aritm¨¦ticos podr¨ªan decir que Purito se pod¨ªa haber ahorrado el esfuerzo pues en la traves¨ªa de los macizos de Aravis y Chablais las fuerzas hab¨ªan abandonado definitivamente a Aru, sexto el viernes, que pedaleaba retrasado, y a Mollema, d¨¦cimo, que hab¨ªa saltado antes, con la rodilla herida y la cadera haciendo crac despu¨¦s de la ca¨ªda de la v¨ªspera para decir adi¨®s a todo esto con un sentido de la dignidad muy holand¨¦s. Pese a ello, Purito, que conoce el valor de lo simb¨®lico, se desgaj¨® y se dio el gusto de llegar solo, con toda la pantalla para ¨¦l, un homenaje.
Detr¨¢s, todos llegan sanos y salvos. Contentos. Froome feliz cruza la meta acompa?ado de los suyos, que le envuelven y dan palmadas, como ha estado todo el Tour salvo en las contrarrelojes, el espacio en el que se hizo real el poder intangible con el que ha manejado el Tour, su superioridad que no necesitaba minutos para imponerse, sino gestos de adolescente aventurero: unos segundos bajando el Peyresourde, otros tantos en un abanico con Sagan, una carrera a pie Ventoux arriba¡
Froome y sus amigos
Imagen ideal del Tour menos competido de los ¨²ltimos a?os, de la d¨¦cada que sigue a Armstrong todopoderoso, la etapa de la Joux Plane, que deber¨ªa haber sido la de su ¨²ltimo duelo, fue la del l¨ªder d¨¢ndose un paseo de excursi¨®n con los colegas, cinco nada menos con ¨¦l, Henao, Poels, Nieve y Thomas, de su Sky, y siempre el amigo Porte, que se frenan como para fotografiarse juntos y dejan pasar a todos. Bardet y Nairo, sus compa?eros de podio, esprintan.
¡°Uff¡±,dice Froome sabiendo que est¨¢ en v¨ªsperas de su tercer Tour, con lo que iguala al belga Philippe Thys (1913, 14 y 20), al franc¨¦s Louison Bobet (1953 a 1955) y al norteamericano Greg LeMond (1986, 89 y 90), ya a dos de los cuatro del olimpo, Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain. ¡°Esta victoria ha sido una monta?a rusa emocional. Ning¨²n Tour es f¨¢cil, aunque los aficionados habr¨¢n echado de menos una rivalidad verdadera, un buen duelo. Pero Contador se cay¨® y Nairo no ha sido el mismo que me hizo sufrir los dos a?os anteriores¡±.?
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