Juri Chechi: ¡°No era un talento, lo consegu¨ª todo con trabajo y determinaci¨®n¡±
El gimnasta italiano, se?or de las anillas, relata sus sacrificios y sufrimientos para recuperarse de las lesiones y recuerda la promesa que le hizo a su padre antes de los Juegos de Atenas
En casa de Juri Chechi en Prato, a media hora de Florencia, no hay rastro de su pasado de gimnasta. No hay fotos y sus medallas ol¨ªmpicas est¨¢n guardadas bajo llave en una caja fuerte. El que fue el se?or de las anillas durante 15 a?os (dos medallas ol¨ªmpicas, siete mundiales ¨Ccinco oros consecutivos- y seis europeas) ahora tiene 46. Sus manos llevan todav¨ªa las marcas de los callos, cojea ligeramente al andar y dice que hay ma?anas que le cuesta un mundo levantarse por los dolores de espalda. Tiene una empresa de comunicaci¨®n y viaja sin parar; gestiona tambi¨¦n una casa rural y se entretiene produciendo vino y rodando en bicicleta. En casa est¨¢ su mujer Rosella ¨C¡°sin ella no habr¨ªa conseguido nada, me dio todo lo que necesita un deportista: tranquilidad y serenidad. Yo he sido muy ego¨ªsta porque ten¨ªa que concentrarme ¨²nicamente en m¨ª y ella lo acept¨®¡±, dice- y sus dos hijos. Dimitri, el mayor, hace judo; Anastasia, la peque?a, monta a caballo. Da gusto charlar con ¨¦l, tiene una risa contagiosa.
Pregunta. Con 9 a?os tuvo que hacer un trabajo en el cole y escribir qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor y escribi¨®: campe¨®n ol¨ªmpico. ?C¨®mo se consigue? ?C¨®mo ten¨ªa eso en la cabeza desde tan peque?o?
Respuesta. Evidentemente, era un ni?o con problemas [suelta una carcajada]¡ No s¨¦ como se convierte uno en campe¨®n ol¨ªmpico, yo lo consegu¨ª con una gran determinaci¨®n, con la convicci¨®n de que el trabajo te da resultados aunque no tengas grandes dotes. Yo no ten¨ªa talento, pero he trabajado much¨ªsimo, he hecho grandes sacrificios, me fui de casa con 14 a?os. Dentro de m¨ª sent¨ªa que ten¨ªa posibilidades y deseaba ardientemente conseguir ese objetivo, era algo vital. Esta motivaci¨®n me ha ayudado. Sabes que si quieres llegar ah¨ª arriba te encontrar¨¢s con obst¨¢culos enormes, como los que yo tuve, con las dos lesiones graves. Te enfrentas a ellos y los superas, sin darle vueltas a si es suerte o mala suerte.
"Cuando pis¨¦ el gimnasio por primera vez me sent¨ª cautivado, por los colores, los aromas¡ Todav¨ªa hoy los huelo".
P. ?A qu¨¦ tuvo que renunciar?
R. A nada. Nadie me oblig¨® a estar ocho horas diarias en el gimnasio. He tenido momentos dif¨ªciles y he hecho muchos sacrificios, pero en el fondo no he renunciado a nada porque he hecho lo que me gustaba.
P. ?C¨®mo empez¨® su vida de gimnasta?
R. Por casualidad. Mis padres quer¨ªan que hiciera deporte para tener algo que me apasionara y para que aprendiera a organizarme. Empec¨¦ con el ciclismo, hice boxeo, nataci¨®n, atletismo. Prob¨¦ muchos hasta que un d¨ªa fui a buscar a mi hermana al gimnasio [Societ¨¢ Ginnastica Etruria, a 300 metros de su casa] y me enamor¨¦.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque cuando pis¨¦ el gimnasio me sent¨ª cautivado, por los colores, los aromas¡ Todav¨ªa hoy los huelo. Vi ni?os felices haciendo acrobacias, vi aparatos peculiares como las anillas, el potro, las paralelas. Hab¨ªa una armon¨ªa muy bonita¡ en la bici te pasabas el d¨ªa pedaleando solo. Ah¨ª sent¨ª algo.
P. ?A qu¨¦ ol¨ªa?
R. No lo s¨¦, no sabr¨ªa explicarlo, s¨¦ que todav¨ªa hoy, 40 a?os despu¨¦s, cuando entro en ese gimnasio me invade el mismo aroma, no s¨¦ si de los aparatos, no s¨¦ de qu¨¦, pero se me ha quedado.
P. ?C¨®mo eran los gimnasios de sus comienzos?
R. Peque?os y feos. Pero no me fui de casa con 14 a?os por el gimnasio [se fue a Varese, norte de Italia], me fui porque quer¨ªa entrenarme con Bruno Franceschetti, una persona exigente y dura. Necesitaba a alguien que me tocara mucho las narices.
P. ?C¨®mo ha sido su vida de deportista?
R. Maravillosa, cumpl¨ª un sue?o de ni?o. Dicho esto, he vivido momentos dram¨¢ticos. Me romp¨ª el tend¨®n de Aquiles seis d¨ªas antes de los Juegos [de Barcelona 92].
"En 2001 mi padre entr¨® en coma.? Yo le hablaba: dale pap¨¢, si te pones bueno, vuelvo a los Juegos. Me apret¨® la mano, se despert¨® a los diez d¨ªas. Por eso fui a Atenas"?
P. Iban a ser sus Juegos. ?C¨®mo consigui¨® no tirar la toalla?
R. Se me cay¨® el mundo encima. Hab¨ªa competido en los Juegos de Se¨²l, pero el camino estaba enfocado a Barcelona 92. Habr¨ªa ganado dos medallas, en esa ¨¦poca era mejor en suelo que en las anillas, por ejemplo. Fueron momentos muy duros. Recuerdo que lo primero que hice al ver que hab¨ªa roto el tapiz fue mirar el pie, lo ten¨ªa colgando. Cerr¨¦ los ojos y me dije: ¡®no puede ser, ver¨¢s como es una pesadilla¡¯. Abr¨ª los ojos y el pie segu¨ªa colgando. Lo asumes, te operas, y poco a poco. Segu¨ª porque ten¨ªa que ganar una medalla ol¨ªmpica, no iba a pararme por un tend¨®n. Me puse a trabajar con a¨²n con m¨¢s determinaci¨®n y a los nueve meses gan¨¦ el primer Mundial.
P. Y de ah¨ª cinco seguidos. ?C¨®mo se le ocurri¨® ir escayolado a Barcelona a comentar los Juegos para la tele?
R. Fue idea del entonces presidente del CONI Mario Pescante. Me dijo que fuera, para vivir los Juegos. Fue importante para m¨ª, sentirme parte del grupo me dio un est¨ªmulo.
P. ?No se sub¨ªa por las paredes?
R. ?No sabes cu¨¢nto! Me habr¨ªa quitado la escayola all¨ª mismo. Los de Barcelona fueron los Juegos m¨¢s bonitos¡
P. ?Su mayor problema como deportista?
R. Las lesiones. El tend¨®n de Aquiles antes de Barcelona y el tend¨®n braquial antes de Sidney. Quiz¨¢s el momento m¨¢s dif¨ªcil, el que m¨¢s me cost¨® superar, fue ver a un compa?ero, un amigo, la persona con la que empec¨¦ con la gimnasia, quedarse paralizado con 16 a?os despu¨¦s de un ejercicio.
P. ?Compet¨ªa con miedo?
R. Durante 20 a?os hice el mismo ejercicio de suelo en el que ¨¦l se rompi¨® el cuello y durante 20 a?os, cada vez que empezaba el ejercicio, pensaba en ¨¦l. Era un salto mortal con medio giro en el que ten¨ªas que aterrizar con una cabriola. Aprend¨ª a convivir con eso. En los entrenamientos pon¨ªa una alfombra blanda, que no serv¨ªa absolutamente de nada, pero era algo instintivo, para protegerme. En las competiciones consegu¨ªa no pensar en eso.
P. Gan¨® el oro en Atlanta y se perdi¨® los Juegos de Sidney por la rotura del tend¨®n braquial. ?Fue la misma pesadilla que antes de Barcelona o lo vivi¨® de forma diferente?
R. Fue distinto porque ya hab¨ªa ganado un oro y me tom¨¦ los Juegos de Sidney como una confirmaci¨®n. As¨ª que fue m¨¢s f¨¢cil aceptar que no ir¨ªa.
P. A¨²n as¨ª lleg¨® a Atenas con 34 a?os [gan¨® el bronce] por una promesa que le hizo a su padre. ?Cu¨¢l?
R. No quer¨ªa terminar mi carrera con una lesi¨®n, quer¨ªa despedirme compitiendo. Sent¨ªa que todav¨ªa pod¨ªa dar algo. M¨¢s all¨¢ de mis motivaciones, en 2001 mi padre entr¨® en coma, ten¨ªa pocas esperanzas de sobrevivir. Est¨¢bamos en Verona, en la UCI, le cog¨ªa la mano mientras los m¨¦dicos me dec¨ªan que le hablara, que en estos casos era ¨²til. As¨ª que en un momento dado le dije: ¡®dale pap¨¢, si te pones bueno, vuelvo a los Juegos¡¯. Y ups, me apret¨® la mano. Lo juro. ?l no se acuerda de esto, yo s¨ª. Si lo pienso ahora¡ Se despert¨® del coma a los diez d¨ªas y empez¨® a mejorar, le operaron y todo sali¨® bien.
P. ?Fue a Atenas?
R. No, porque no estaba en condiciones¡ A Atlanta, estando bien, tampoco fue. Mi madre s¨ª, mi padre era de los que sufr¨ªa en silencio en casa delante de la tele.
P. ?C¨®mo se vive sin deporte?
R. Bien, pero lo echo de menos. Los Juegos de Atenas me sirvieron para despedirme con serenidad porque termin¨¦ como yo quer¨ªa. Echas de menos las sensaciones, las emociones, es incre¨ªble estar en un podio ol¨ªmpico y escuchar el himno. Lo echar¨¦ de menos toda la vida.
P. En Atenas, delante de los jueces, dijo se?al¨¢ndole que el b¨²lgaro Jordan Jovtchev se merec¨ªa el oro y no el griego Dimosthenis Tampakos, que finalmente lo gan¨®. ?Nadie le dijo nada?
R. No, porque ten¨ªa raz¨®n. Era evidente. Juro que desde entonces soy un h¨¦roe en Bulgaria, cada vez que voy a ver a Jovtchev para su cumple, me piden aut¨®grafos por la calle en Sof¨ªa. Tampakos no volvi¨® a hacer nada. ?l tambi¨¦n sabe que ese oro no era suyo porque hizo un ejercicio p¨¦simo. Yo siempre digo que es mejor una derrota limpia que una victoria sucia. Era demasiado para m¨ª, no pude quedarme callado.
"El dolor muscular y articular han sido m¨¢s duros que el cansancio. ?Y qu¨¦ hambre pasaba!"
P. ?En Atenas lleg¨® a preguntarse c¨®mo pudo ganar una medalla quince a?os despu¨¦s de la primera?
R. Fue un descubrimiento para m¨ª, me di cuenta, perdonen la falsa modestia, de que los ten¨ªa cuadrados. Por lo dem¨¢s, tengo un mont¨®n de flaquezas. S¨ª, s¨ª que me pregunt¨¦ c¨®mo lo consegu¨ª. Despu¨¦s de que me operaron del tend¨®n braquial el m¨¦dico me dijo que no conseguir¨ªa hacer nada porque el tend¨®n no iba a aguantar. Aguant¨¦ el dolor y aguant¨¦ todo. El m¨¦dico fue el primero que me llam¨® despu¨¦s de la medalla para darme las gracias, me dijo que le hab¨ªa ense?ado muchas cosas. Me di cuenta en Atenas de que puedes llevar tu cuerpo al l¨ªmite y que puedes conseguir tus objetivos. El dolor era insoportable en el trabajo diario, recuerdo que no com¨ªa durante d¨ªas para adelgazar y hacer que el tend¨®n tuviera menos cargas. En Atlanta cuando baj¨¦ de las anillas dije: es oro. En Atenas pens¨¦: uf, no s¨¦. Fue un buen ejercicio sin m¨¢s. Cuando vi que era bronce sent¨ª una emoci¨®n tan grande. Me dije: ¡®mamma m¨ªa lo que he hecho¡¯.
P. ?C¨®mo se aguanta el dolor diario?
R. Eso y el hecho de tener que comer poco han sido las cosas m¨¢s dif¨ªciles. ?He pasado un hambre! El dolor muscular y articular han sido m¨¢s duros que el cansancio. Te acostumbras a ambas cosas.
P. ?Qu¨¦ le dol¨ªa m¨¢s?
R. Depend¨ªa de las cargas de trabajo, pero b¨¢sicamente hombros y mu?ecas. No me dol¨ªa demasiado la espalda, pero ahora s¨ª que sufro, hay d¨ªas que me cuesta un mont¨®n levantarme de la cama.
P. Ha hablado antes de flaquezas, ?cu¨¢les?
R. No aceptar que no puedo gustarle a todo el mundo. No saber decir que no. No me gusta decepcionar a los dem¨¢s. Y luego¡ no s¨¦ resistir a la pizza y a la Nutella.
P. ?C¨®mo hac¨ªa sin Nutella y sin pizza?
R. Ten¨ªa a un aficionado que, despu¨¦s de cada competici¨®n, me tra¨ªa un bote de Nutella. Ese d¨ªa me conced¨ªa el capricho. Me mataba a pan y Nutella en la habitaci¨®n. La pizza fue m¨¢s complicado, recuerdo que cuando no pod¨ªa m¨¢s, iba con Rosella [su mujer] a la pizzer¨ªa y ped¨ªa media porque una era demasiado. Me la com¨ªa despacio para que durara m¨¢s. B¨¢sicamente la regla es: menos comes, mejor te va. Pero ahora las cosas han cambiado, hay m¨¢s cultura de la alimentaci¨®n, no tienes porque sufrir tanto y pasar hambre.
P. ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que se colg¨® de las anillas?
R. Atenas 2004.
P. ?En serio?
R. Desde Atenas no he vuelto a hacer nada, cero. Ah¨ª se termin¨® todo, no ten¨ªa m¨¢s motivaciones.
P. ?Por qu¨¦ no se ha hecho entrenador?
"Ten¨ªa a un aficionado que, despu¨¦s de cada competici¨®n, me tra¨ªa un bote de Nutella. Ese d¨ªa me conced¨ªa el capricho. Me mataba a pan y Nutella"
R. Porque no tengo las caracter¨ªsticas que se necesitan para serlo. Hay que tener paciencia y yo no la tengo. Hay que ser muy exigente y no lo soy, seguro que a mis gimnastas les dir¨ªa: bueno no pasa nada si te duele lo dejamos para ma?ana. Y eso no puede ser. Trabajo con ni?os, organizamos concentraciones, nos divertimos un mont¨®n, pero nunca ser¨¢n campeones ol¨ªmpicos.
P. Uchimura parece no tener rivales.
R. Es un fen¨®meno. Es incre¨ªble lo que hace: por continuidad y polivalencia. Mi ideal de gimnasta es Uchimura porque es bueno en todos los aparatos. Es lo que me habr¨ªa gustado hacer de no haberme roto el tend¨®n de Aquiles.
P. ?C¨®mo se derrota el dopaje?
R. Con la prevenci¨®n f¨ªsica y ¨¦tica y con la tolerancia cero. Har¨ªa un listado de sustancias prohibidas para todos los deportes y al que pille la primera vez, se acab¨®, no hay segunda oportunidad. Excluido y obligado a pagar una multa muy cara. Se ha llegado a una situaci¨®n insostenible. Lo de Rusia es tremebundo. Me da la risa escuchar eso de no sab¨ªa, no me hab¨ªa percatado¡ Si eres un profesional sabes perfectamente lo que no tienes que hacer. No soy un justiciero, pero no soporto el dopaje.
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