Bolt ser¨¢ el m¨¢s grande

La l¨ªnea que separa la autoestima de la arrogancia es tan delgada que para algunos parece no existir. Para Usain Bolt, por ejemplo, que se siente a la vez legendario, imbatible, insuperable y ¨²nico. Posiblemente tenga raz¨®n. Nunca ha habido en la historia un atleta como ¨¦l y si, como parece en probable, regresa de R¨ªo a su Jamaica dentro de tres semanas con tres oros m¨¢s colgando de su cuello de toro, nunca lo habr¨¢. Nadie, hasta que lo hizo ¨¦l entre Pek¨ªn y Londres, hab¨ªa ganado el 100m y el 200m en dos Juegos Ol¨ªmpicos consecutivos, y nadie hab¨ªa sido al mismo tiempo recordman mundial de las dos distancias. Nadie en los 120 a?os de historia ol¨ªmpica moderna, hasta que lo haga ¨¦l a las 3.25 y unos segundos de la madrugada del lunes 15 de agosto, ha ganado a¨²n en tres Juegos consecutivos los 100m, la distancia reina, la que elige al hombre m¨¢s r¨¢pido sobre la tierra.

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"Hablando de f¨²tbol, por ejemplo, se puede discutir sobre qui¨¦n es el mejor jugador de la historia¡±, dice Bolt en una entrevista por email. ¡°Pero nadie discute qui¨¦n es el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo. Pasar¨¢ mucho tiempo antes de que nazca alguien con tanto talento como yo para batir mis records", concluye el jamaicano.

Se muri¨® hace nada Muhammad Ali, 'The Greatest', y Usain Bolt se muestra dispuesto a ocupar su lugar como leyenda viva del deporte mundial, y ol¨ªmpico. Y tambi¨¦n el lugar de, que s¨¦ yo, Jesse Owens. Ambos deportistas, el boxeador campe¨®n ol¨ªmpico en Roma 60 y el sprinter al que Estados Unidos oblig¨® en Berl¨ªn 36 a asumir una carga que no le apetec¨ªa, han alcanzado su car¨¢cter ic¨®nico, simb¨®lico, gracias a su personalidad, su capacidad para transcender el deporte e influir en las modas, pensamiento y costumbres de la sociedad.

"Quiero ser recordado como uno de los m¨¢s grandes deportistas de la historia", dice Bolt, que cumplir¨¢ 30 a?os el d¨ªa siguiente al que se apague la llama en el pebetero de R¨ªo, y que considera que el salto entre gran deportista y gran personaje lo ha dado ya con sus marcas, su historial de invicto, su pose fant¨¢stica que hace sonar a los ni?os, sus muecas y su actitud voluntariamente infantil y festiva antes de una competici¨®n. Bolt ya es un personaje, se lo cree, lo desea. "Cuando la gente habla de leyendas en deporte habla de gente como Ali, Owens, Michael Jordan o Pel¨¦. Que mi nombre figure en esa lista es un honor. Trabajo para ser un icono".

"Nadie discute qui¨¦n es el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo. Pasar¨¢ mucho tiempo antes de que nazca alguien con tanto talento como yo para batir mis records".

En 2008, cuando Bolt alcanz¨® su primera gloria ol¨ªmpica, Lula da Silva presid¨ªa Brasil, un pa¨ªs optimista en pleno boom econ¨®mico que un a?o despu¨¦s recib¨ªa el encargo de organizar los Juegos del 16, y George W Bush era a¨²n presidente de Estados Unidos. Con su segunda consagraci¨®n, en 2012, Barack Obama ya ocupaba la Casa Blanca y es probable que poco despu¨¦s de su tercer ¨¦xito, el que se espera de R¨ªo, una mujer, Hillary Clinton, sea inquilina de la residencia del poder en Washington. As¨ª ha atravesado Bolt la historia, como un inalterable punto de referencia. Y a los atletas a los que ha derrotado, sus compatriotas jamaicanos Powell y Blake, los norteamericanos Gay y Gatlin, deportistas tan ambiciosos y altivos como ¨¦l mismo, les ha dejado tras cada competici¨®n sumidos en una crisis depresiva colgada de preguntas sin respuesta, an¨¢lisis y rean¨¢lisis est¨¦riles, y recuerdos de posibles equivocaciones : ?Qu¨¦ error he cometido? ?Qu¨¦ tengo que hacer para derrotarle? "En eso consiste el deporte", responde sin compasi¨®n Bolt cuando se le pregunta por su efecto devastador en la psique de los rivales. "Por eso el deporte es tan interesante".

Malas marcas de velocidad en 2016

Como todos los a?os desde Londres, Bolt se ha pasado lesionado o tocado tres cuartas partes de la temporada, en la que apenas ha competido. A R¨ªo llega con un solo 200m en sus piernas. Para ¨¦l, el problema, que dice controlar, forma parte de su envejecimiento; para el resto del mundo, para los aficionados, para los dirigentes del olimpismo y de un atletismo mundial en busca de credibilidad y atracci¨®n en medio de sus peri¨®dicas crisis de dopaje, y para sus sponsors millonarios, sus lesiones han supuesto d¨ªas de angustia e incertidumbre mal disimuladas. "Ya lo empec¨¦ a notar el a?o pasado, que tardo m¨¢s en recuperarme de las lesiones y en volver a donde quiero estar. Glen Mills, mi entrenador, siempre me lo recuerda: cuanto m¨¢s viejo, m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s trabajo. Tengo casi 30 a?os y la espalda me duele cada vez m¨¢s", dice Bolt. "Pero tambi¨¦n Mills me dice que no me preocupe, que soy un campe¨®n. Aunque no lo parezca, siempre en mi cabeza flotan algunas dudas, pero estoy concentrado y preparado para el viaje. Si estoy bien, en forma, s¨¦ que es muy dif¨ªcil que me ganen".

Poco despu¨¦s, Bolt no solo asegura que est¨¢ en forma, como siempre, sino que recuerda que 2016 ha sido uno de los a?os con peores marcas en velocidad. Solo cinco atletas, incluido Bolt (9,88s) han bajado de 9,90s en los 100m y de los 19,90s en los 200m (Bolt, 19,89s). "S¨¦ que el deporte necesita que que yo gane, que siga siendo el mejor", dice, sin asomo de falsa modestia ni de soberbia. ¡°Pero que est¨¦ todo el mundo seguro, no voy a perder ninguno de los tres oros. Ganar esos oros por tercera vez continuar¨¢ reforzando mi legado".