Chispazos de historia inolvidables en seis citas ol¨ªmpicas
Del 'Dream Team' de Barcelona 92 a Usain Bolt, del atentado de Atlanta 96 a Moussambani
Unos Juegos Ol¨ªmpicos perviven siempre m¨¢s all¨¢ de la ceremonia de clausura: en la memoria, en el instante grabado en la retina. Son la patria donde hombres y mujeres reducen el imposible a polvo. Todas las barreras son superables. En la Antigua Grecia, solo el ganador de la Olimpiada ten¨ªa derecho a ser esculpido, ¨¦l encarnaba el canon art¨ªstico. Hoy, a la posteridad no se pasa convertido en piedra. Recordemos estos grandes hitos del olimpismo moderno:
Londres 2012: Bolt, un icono como Mohamed Al¨ª
De camino hacia la leyenda, hacia un mito cuyas dimensiones est¨¢n todav¨ªa por acotar, Usain Bolt par¨® en Londres, antigua metr¨®polis de su Jamaica natal, para gritar que iba a ser el atleta m¨¢s grande de la historia. No hubo r¨¦cord del mundo esta vez, pero en una final con cuatro hombres bajando de los 9.90 segundos en los 100 metros lisos, volvi¨® a ser un rel¨¢mpago. Hizo 9.63 y repiti¨® oro en los 200. Jam¨¢s hab¨ªa ocurrido. ?l se postula para hacerlo tres veces, tal vez m¨¢s; de momento est¨¢ en R¨ªo pero, ?alguien lo descarta para Tokio 2020? No lo pronuncien en alto, por si acaso.
En Londres el atletismo supo encarnar su papel de deporte ol¨ªmpico rey. La raz¨®n de ser de la cita. Mo Farah, el ni?o que con 10 a?os huy¨® de Somalia ¡ªEstado fallido, vertedero at¨®mico, piratas y hambrunas¡ª gan¨® las pruebas de 5.000 y 10.000 metros y se toc¨® moment¨¢neamente con la corona de Isabel II. Con el permiso, claro, de Andy Murray, el primer brit¨¢nico en alzarse con la victoria en la hierba de Wimbledon desde Fred Perry, all¨¢ por 1936.
En la piscina, una escena le escamote¨® a Phelps en su (falsa) retirada el protagonismo absoluto. La culpa fue de una ni?a de 16 a?os, pelo corto y ojos impert¨¦rritos, Ye Shiwen. La nadadora china agot¨® el ¨²ltimo largo de los 400 metros estilo m¨¢s r¨¢pido que el hombre m¨¢s r¨¢pido en esta prueba. Nada menos que Ryan Lochte. Inaudito. Hizo a?icos el muro del g¨¦nero.
2012 fue tambi¨¦n el a?o en que Pistorius y sus pr¨®tesis corrieron en fecha ol¨ªmpica, primera vez de un deportista paral¨ªmpico, antes de despe?arse en la ignominia. Y, por supuesto, la segunda ocasi¨®n perdida de Espa?a para empujar fuera del caj¨®n m¨¢s alto del podio a la NBA. La selecci¨®n estadounidense sud¨® para el 107 a 100 definitivo. Fue, probablemente, el mejor partido de baloncesto FIBA de la historia.
Pek¨ªn 2008: Un tibur¨®n devora a Spitz
M¨²nich, 1972: un nadador estadounidense bigotudo, brazada a brazada y con los ojos cerrados, se cuelga siete oros. Se llama Mark Spitz. En Pek¨ªn 2008, otro nadador estadounidense, Michael Phelps, lo destrona al ganar ocho medallas, en liza contra los fort¨ªsimos Ryan Lochte, Laszlo Cseh, Ian Crocker y Milorad Cavic. Phelps rompe, de paso, un r¨¦cord ol¨ªmpico y siete mundiales en una haza?a inveros¨ªmil.
Pero hubo quien reclam¨® el derecho a hacerle sombra a Phelps. Usain Bolt vol¨® sobre el Nido de ?guilas, el estadio ol¨ªmpico pequin¨¦s. Lleg¨® a la meta con los brazos abiertos, trotando, permiti¨¦ndose mirar atr¨¢s, y batiendo una marca que s¨®lo ¨¦l ha podido superar luego (9 segundos 58 cent¨¦simas en Berl¨ªn, un a?o m¨¢s tarde).
Los de Pek¨ªn fueron los Juegos Ol¨ªmpicos m¨¢s seguidos hasta la fecha: 4.400 millones de espectadores, un tercio de la poblaci¨®n mundial, dirigi¨® su mirada en alg¨²n momento a lo que ocurr¨ªa en China. El pa¨ªs anfitri¨®n luci¨® un despliegue tecnol¨®gico y humano en las ceremonias sin parang¨®n hasta entonces: actuaron m¨¢s de 600.000 figurantes. China, adem¨¢s, fue el triunfador del medallero por delante de EEUU con 51 oros y 100 medallas totales.
Para Espa?a, para el recuerdo colectivo, quedaron ese p¨®ster de Rudy machacando sobre Dwight Howard, Nadal desplom¨¢ndose de alegr¨ªa en la tierra batida, las paladas furibundas de David Cal, los ¨¦xitos de las chicas de la sincronizada, con Gemma Mengual a la cabeza, y los de Llaneras (ciclismo en pista) y Gervasio Deferr (gimnasia).
Atenas 2004: La temerosa vuelta al origen
Los segundos Juegos de Atenas fueron los primeros tras el 11-S. El mundo entero respiraba mal, con un miedo quedo, y la capital griega se blind¨®. Grecia hab¨ªa invertido 10.000 millones de euros, el evento m¨¢s caro que hayan organizado desde que en 1896 recuperasen las Olimpiadas en la versi¨®n que ahora conocemos. Finalmente, como debe ser, lo ¨²nico que ocurri¨® fue en el ¨¢mbito del deporte. ?
Kostas Kenteris y Ekaterini Thanou, corredores, h¨¦roes locales, simularon un accidente de tr¨¢fico para no acudir a un control de dopaje. En Atenas 2004 hubo el triple de deportistas descalificados por dar positivo en potenciadores ilegales del rendimiento que en S¨ªdney 2000.
Tambi¨¦n fue el a?o, sin embargo, en que un demente atac¨® a Vanderlei de Lima cuando marchaba primero en la marat¨®n, a falta solo de seis kil¨®metros. El brasile?o se repuso y alcanz¨® tercero la meta, con l¨¢grimas en los ojos, emocionado. O el a?o en que el p¨²blico propici¨® que se cambiase el arbitrario sistema de puntuaci¨®n que reg¨ªa en la gimnasia. En las barras estaba Alex¨¦i Nemov, un hist¨®rico en las postrimer¨ªas de su carrera. Seg¨²n los jueces, su ejercicio no mereci¨® la nota suficiente para que pudiera pelear una ¨²ltima vez por las medallas, y el p¨²blico levant¨® una protesta ruidosa que dur¨® m¨¢s de seis minutos e impidi¨® continuar al joven Paul Hamm, estadounidense. Nemov aplac¨® a la multitud con gestos de agradecimiento.
Los nombres propios m¨¢s destacados fueron Phelps, que en su primer enfrentamiento contra el mito de Spitz, insuperable durante tres d¨¦cadas, se qued¨® a las puertas (seis oros y dos bronces) y Hicham el Guerruj, el mediofondista marroqu¨ª que, tras las desilusiones de Atlanta y S¨ªdney, se impuso en los 1.500 y los 5.000. Solo Paavo Nurmi, fin¨¦s, lo hab¨ªa logrado antes, en 1924.
Fue un verano blanco y azul, pero m¨¢s que por la bandera helena, por la argentina. En f¨²tbol, los chicos entrenados por Marcelo Bielsa consiguieron el ¨²nico t¨ªtulo de prestigio que le faltaba a la AFA. En baloncesto, de la mano del escolta de los San Antonio Spurs, Manu Ginobilli, los Scola, Hermann o Nocioni, la mejor generaci¨®n de la canasta sudamericana, derrotaron a unos Estados Unidos que solo pudieron ser bronce, tras Italia.
S¨ªdney 2000: el verdadero esp¨ªritu ol¨ªmpico
Los primeros Juegos celebrados en Ocean¨ªa comenzaron con Cathy Freeman, la aborigen australiana que poco despu¨¦s gan¨® el oro en los 400 metros, prendiendo un pebetero que emerg¨ªa de las aguas. Freeman fue la segunda mujer en encender la llama ol¨ªmpica, tras la mexicana Enriqueta Basilio.
Los de S¨ªdney se consagraron como los Juegos de Eric Moussambani. El deportista aprendi¨® a nadar en una playa de Guinea Ecuatorial pocos meses antes de la cita y se entren¨® en la piscina de un hotel. Pensaba competir con unas bermudas de flores. El ba?ador que us¨® finalmente era regalo del entrenador de la delegaci¨®n norteamericana, el mismo que le ense?¨® a girar en el agua? tras cada largo. 17.000 personas se pusieron en pie y corearon su esfuerzo por concluir la prueba, su pundonor cuando boqueaba y parec¨ªa ahogarse en el ¨²ltimo largo. Su pa¨ªs hab¨ªa sido invitado y Moussambani no quiso dejar pasar la oportunidad, no se rindi¨®.
Fueron malos juegos para la velocidad, con marcas semejantes a las de los a?os 60. Decepcionante, aunque no tanto como la gesta fraudulenta de Marion Jones. Los tres oros y dos bronces que gan¨® en la pista le fueron retirados, por haber consumido tetrahidrosgrestinona.
Por parte espa?ola, I?aki Urdangar¨ªn fue el abanderado espa?ol en la ceremonia de clausura.
Atlanta 1996: la privatizaci¨®n del Olimpo
Por primera y ¨²ltima vez, la organizaci¨®n y gesti¨®n de las Olimpiadas se cedi¨® por entero a una empresa privada. El resultado fue nefasto. Las quejas por los desperfectos, por todo aquello que no funcion¨® o supuso un agravio para alguno de los 10.000 deportistas participantes, provenientes de 197 pa¨ªses, llenaron p¨¢ginas y p¨¢ginas de informes. Y eso no fue lo peor. Eric Rudolph, fundamentalista cristiano, racista antisemita, coloc¨® una bomba en el Parque Ol¨ªmpico que caus¨® la muerte de una mujer y dej¨® un centenar de heridos. Richard Jewell, oficial de polic¨ªa, se top¨® con la mochila con los tres artefactos explosivos y tuvo tiempo de evacuar parcialmente la zona. Evit¨® que el ba?o de sangre fuera mayor.
Lo extradeportivo manch¨® irremediablemente unos Juegos en los que Michael Johnson consigui¨® ser el primer atleta en lograr la victoria en los 400 y los 200 metros, estos segundos con una marca de 19.32 segundos. Marciana, imbatible, hasta que lleg¨® Bolt.
Atlanta 1996 tambi¨¦n fue el escenario de la retirada de Carl Lewis, solo despu¨¦s de haber obtenido su novena medalla de oro en sus cuartos Juegos. Salt¨® solo 8,50 metros en la prueba de longitud; una final mediocre, pero fue su final. La m¨¢s laureada de hecho fue Michelle Smith, nadadora irlandesa: tres oros y un bronce.
El momento m¨¢s memorable para los espa?oles se produjo sin duda en el ciclismo: Miguel Indur¨¢in y Abraham Olano entraron primero y segundo, doblete que vali¨® un oro y una plata.
Barcelona 1992: ¡°Los mejores Juegos de la historia¡±
Freddie Mercury ya hab¨ªa muerto pero, desde una pantalla, su voz se uni¨® a la de Montserrat Caball¨¦ para interpretar Barcelona, el himno oficial de los Juegos que marcaron la pauta para todos los dem¨¢s. La Fura dels Baus, la compa?¨ªa de teatro experimental, interpret¨® el mito de H¨¦rcules separando los continentes, los cinco anillos ol¨ªmpicos se convirtieron en un coraz¨®n.
Gail Devers, la atleta estadounidense, hab¨ªa estado aquejada de una enfermedad que la postr¨® en una silla de ruedas. Se recuper¨® y gan¨® los 100 metros. Por vez primera se permiti¨® la participaci¨®n de jugadores NBA. ?El resultado? Un equipo integrado por: Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Clyde Drexler, Karl Malone, John Stockton, Chris Mullin, Charles Barkley, Pat Ewing y David Robinson. Gan¨® todos los partidos por una diferencia media de 43,7 puntos.
Cuba, ausente en las dos ediciones anteriores por el bloqueo, particip¨® y gan¨® 14 medallas de oro, siete de ellas en boxeo.?
Las ¨²nicas olimpiadas espa?olas siguen siendo hoy la participaci¨®n de m¨¢s lustre: 22 medallas, 13 de ellas de oro. Barcelona 92 significa todav¨ªa la cumbre del olimpismo espa?ol y la inspiraci¨®n donde buscarse en el futuro.
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