El desfile de los sue?os
Es un momento que anhela todo deportista y que est¨¢ al alcance del que persevera, del que se cae y se levanta e insiste y vuelve a insistir
Mi primer recuerdo de un desfile ol¨ªmpico se remonta al de Los ?ngeles 84 con sus cowboys, sus pieles rojas, las majorettes, el t¨ªo Sam... Con mi mirada de ni?a aquello que ve¨ªa por televisi¨®n parec¨ªa una pel¨ªcula y m¨¢s siendo en California. Pero cuando aparecieron los deportistas y sus sonrisas dando la vuelta al estadio, m¨¢s que ficci¨®n, aquello se convirti¨® en un sue?o para m¨ª.
Puede sonar a t¨®pico decir que el desfile es uno de los momentos m¨¢s incre¨ªbles de unos Juegos, pero es una gran realidad que, cada cuatro a?os, el mundo pone su mirada en un estadio donde la ilusi¨®n de los deportistas traspasa fronteras y pantallas.
Admiramos los despliegues de ingenio, las maravillas de los guionistas y productores para cautivar al planeta y convertir cada sede en el mejor escenario ol¨ªmpico, con sus virtudes y sus problemas, con lobbys y sin ellos, con las pol¨¦micas que inevitablemente siempre surgen.
Es un momento que anhela todo deportista y que est¨¢ al alcance del que persevera, del que se cae y se levanta e insiste y vuelve a insistir
Al margen del ruido y de los debates respecto a la capacidad de organizaci¨®n, ah¨ª est¨¢n los deportistas, cumpliendo su sue?o despu¨¦s de a?os, al menos cuatro, trabajando.
El Olimpo de los dioses, el de los ganadores, est¨¢ al alcance de muy pocos, pero el desfile ol¨ªmpico es una victoria de verdad para todo el que tiene la oportunidad de participar en ¨¦l. As¨ª fue como yo lo viv¨ª en Atenas 2004 y Pek¨ªn 2008. No todos los deportistas pueden llegar a ser ol¨ªmpicos, conseguirlo es un logro y un aut¨¦ntico privilegio. Desfilar para tu pa¨ªs junto a tus compa?eros, con el orgullo del trabajo que has hecho para llegar, es indescriptible. Recuerdas a tu familia, a tus amigos, a tu ciudad, a los que ya no est¨¢n, te emocionas, te r¨ªes, lloras, saltas, cantas... ?Se hace de todo!
Creo que es un momento que anhela todo deportista y que est¨¢ al alcance del que persevera, del que se cae y se levanta e insiste y vuelve a insistir.
En un desfile ol¨ªmpico no te dan una medalla o un diploma, se entrega un sue?o, te dan un momento inolvidable. Como deportista te dan vida, fuerza, pasi¨®n, ilusi¨®n y, sobre todo, una emoci¨®n que queda tatuada de por vida en tu coraz¨®n. Solo recordar c¨®mo viv¨ª aquella experiencia ol¨ªmpica para plasmarlo en unas l¨ªneas me provoca un nudo en la garganta porque soy consciente de lo afortunada que he sido. Por encima de cualquier t¨ªtulo fue, sin duda, el momento m¨¢s incre¨ªble de mi carrera deportiva porque al fin y al cabo no todos los d¨ªas se descubre que los sue?os se cumplen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.