Messi honra al Gamper

Al Bar?a le cuesta dignificar el Gamper, y m¨¢s si el trofeo se celebra el d¨ªa despu¨¦s de que el Madrid ha levantado la Supercopa de Europa. La competici¨®n devora a los amistosos cuando no son medi¨¢ticos, incluso cuando est¨¢n organizados por clubes tan populares como el Barcelona, siempre respetuoso con su fundador y con sus aniversarios, muy pocos tan celebrados como el de Wembley 92. Van ya 25 a?os de la conquista de la Copa de Europa, una etapa dorada para la instituci¨®n azulgrana, nada que ver con la de la Sampdoria, su adversario en la final de Londres.

La Samp ha menguado, el Bar?a ha crecido a partir de Johan Cruyff, de Pep Guardiola, de Messi y de Luis Enrique, que anunci¨® el martes que tiene a la mejor de las plantillas desde que hace tres temporadas lleg¨® al Camp Nou. As¨ª que la gent blaugrana aguarda impaciente a los partidos en serio, como los dos de la Supercopa con el Sevilla, para constatar si adem¨¢s de mejorar la n¨®mina de jugadores se mantiene la competitividad de un equipo que el a?o pasado gan¨® la Liga y la Copa y se venci¨® ante el Atl¨¦tico en una Champions conquistada por el Madrid de Zidane.

Nadie discute al tridente, se ha renovado la defensa y aument¨® tanto el n¨²mero de centrocampistas que Sergi Roberto se ha quedado como zaguero derecho mientras Arda Turan jug¨® ayer de extremo, una soluci¨®n provisional a la espera del cuarto punta pedido por Luis Enrique y del regreso del ol¨ªmpico Neymar. El punto d¨¦bil, sin embargo, est¨¢ donde siempre, en la contenci¨®n, los repliegues y las p¨¦rdidas, y sobre todo en los laterales, agravado por la salida de Alves. No es f¨¢cil encontrar el sitio en la banda del campo propio cuando se ataca con Messi y Su¨¢rez.

Al Sampdoria, un equipo en formaci¨®n, descolocado el a?o pasado en la Liga, tampoco le cost¨® ning¨²n esfuerzo batir a Bravo y a Ter Stegen. Un error de Iniesta habilit¨® a Muriel cuando el Bar?a ya hab¨ªa marcado dos goles, uno de Su¨¢rez y otro de Messi, y Aleix Vidal y Mascherano facilitaron el tiro a quemarropa de Budimir despu¨¦s de que el 10 hubiera metido de falta el 3-1. Los azulgrana se regalaron un buen rato de f¨²tbol que comenz¨® con el 10 en el puesto de 9. Las apariciones del rosarino resultaron tan delicadas como el mando de Iniesta, estupendo hasta el 2-1.

A falta de tensi¨®n, los aficionados vieron muchos adornos, buenos gestos t¨¦cnicos y unos cuantos goles. La imparable rueda de cambios ayud¨® a distraerse mucho y a centrar poco el juego, sobre todo hasta que entraron Andr¨¦ Gomes y Umtiti. Aunque no hab¨ªa mucha expectaci¨®n, pues se contaron 20.000 aficionados menos que el a?o pasado, ya sea por la fecha y por el rival, las caras nuevas ayudaron a pasar el rato, ya amenizado por la charanga de animaci¨®n del Gol Norte.

El 10, por todas partes

Messi, en cualquier caso, no par¨® de jugar, ahora en corto, despu¨¦s en largo, ni tampoco de chutar, aunque fue m¨¢s generoso que nunca, sobre todo con Denis Su¨¢rez y Arda, m¨¢s lucido e intervencionista como atacante que cuando ejerc¨ªa de 8.A ambos se les neg¨® el gol en dos tiros a los palos mientras la defensa conced¨ªa un nuevo tanto, muy bien recibido por la Sampdoria. Los barcelonistas no encuentran soluciones colectivas a los errores individuales y toman goles en Inglaterra y el Camp Nou.

Los fallos en el ¨¢rea propia emborronaron una victoria que en ning¨²n caso disimul¨® el 4-0 encajado ante el Liverpool. El partido solo sirvi¨® para que los turistas hicieran la dichosa ola y constatar que el Bar?a depende una temporada m¨¢s de que Messi meta y regale m¨¢s goles ¡ªayer fueron dos y una asistencia¡ª de los que concedan los zagueros que se junten con Piqu¨¦. Nadie honr¨® m¨¢s al p¨¢lido Trofeo Joan Gamper que el omnipresente 10 del Bar?a.