Entradas entre la beneficencia y la reventa
Ni?os de las favelas llenan los asientos vac¨ªos de los estadios mientras la polic¨ªa persigue a los que trafican con billetes
No hay mayor temor para las cadenas de televisi¨®n con derechos de transmisi¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos que un estadio vac¨ªo. Ocurri¨® en Londres en 2012, en Pek¨ªn en 2008, en Atenas en 2004 y estos d¨ªas en R¨ªo de Janeiro: en el pa¨ªs del f¨²tbol, las c¨¢maras no consiguen disimular las decenas de sillas de colores sin due?o en la mayor¨ªa de los deportes. Ni siquiera un deporte rey en Brasil como el voley-playa, con su cuna en las playas de Copacabana e Ipanema, consigue estos d¨ªas llenar sus gradas.
Durante los primeros d¨ªas de competici¨®n, la tiran¨ªa de los asientos vac¨ªos fue el principal dolor de cabeza de los organizadores de los Juegos de Londres en 2012, que acabaron poniendo un ch¨¢ndal a los militares encargados de la seguridad en los estadios y los mandaron a animar a equipos extranjeros.
En R¨ªo, el comit¨¦ organizador ha entregado 285.000 entradas a escuelas y programas sociales. Entre las caras que ocupan los asientos vac¨ªos est¨¢ Christian Soares, un ni?o de 10 a?os que vive en el Complejo de Favelas da Mar¨¦, un barrio donde es com¨²n que los ni?os pierdan clase por culpa de tiroteos y donde los recientes eventos deportivos han dejado un legado de intervenciones militares. ¡°Me encant¨® aprender algo nuevo¡±, cuenta el ni?o reproduciendo los pasos de esgrima al acabar el espect¨¢culo.
El padre de Christian es angole?o y limpiador y su madre empleada dom¨¦stica: comprar una entrada para el espect¨¢culo ol¨ªmpico ¡ªla m¨¢s barata ronda los 15 euros¡ª para ¨¦l y sus tres hermanos est¨¢ completamente fuera del presupuesto familiar y de su idea de en qu¨¦ debe gastarse el dinero. Mientras Christian y sus compa?eros de clase llenan las gradas para evitar el vac¨ªo, cientos de entradas serv¨ªan de contrabando en hoteles de lujo de R¨ªo de Janeiro. La polic¨ªa de R¨ªo detuvo la semana pasada a un irland¨¦s y una brasile?a con nueve millones de euros en tickets. Las entradas se vend¨ªan ilegalmente por precios exorbitantes: asientos que ten¨ªan un precio oficial de 400 euros llegaban a venderse por 7.000 euros.
Del Mundial a los Juegos
Los dos detenidos son empleados de THG Sports, una de las mayores empresas de venta de entradas y paquetes de viajes para eventos deportivos, con sede en Londres. Su director, James Sinton, lleg¨® a ser detenido durante el Mundial de f¨²tbol 2014, tambi¨¦n en Brasil, por integrar una mafia de venta ilegal de entradas. Seg¨²n la polic¨ªa, que contin¨²a investigando los tent¨¢culos del grupo, los contrabandistas hab¨ªan conseguido para los Juegos una estructura a¨²n mayor que durante el Mundial.
Ajena a los estadios vac¨ªos, a los ni?os pobres que los ocupan, a los contrabandistas y el sentido com¨²n, emerge la afici¨®n brasile?a. Protagonista de titulares desde que comenz¨® la competici¨®n ol¨ªmpica en R¨ªo de Janeiro, los brasile?os han llevado su cultura futbol¨ªstica, de insultos, abucheos y c¨¢nticos, hasta las disciplinas de mayor concentraci¨®n.
Mientras que los equipos brasile?os como el del balonmano femenino ¡ªque debut¨® con una victoria ante Noruega y ayer cay¨® ante Espa?a¡ª agradec¨ªa el calor del p¨²blico, algunos deportistas brasile?os y extranjeros se han quejado estos d¨ªas de una hinchada que no respeta los tradicionales segundos de silencio en la cancha para apuntar un disparo, o¨ªr una pelota de tenis de mesa o sacar en un partido de tenis.
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