Bolt sale mal, corre regular y gana su serie como siempre
El jamaicano hace los 100m con una marca normalita de 10,07s y Justin Gatlin hace el mejor tiempo
La b¨²squeda de tres nuevos oros que sumar a los tres de Pek¨ªn 2008 y a los tres de Londres 2012 comenz¨® para Usain Bolt poco despu¨¦s de las 12.30 del s¨¢bado. Corri¨® la s¨¦ptima serie de los 100m con una salida pesada, un desarrollo lento y una victoria sencilla, con una marca normalita de 10,07s en un tart¨¢n que no pareci¨® excepcionalmente r¨¢pido para los sprints. El norteamericano Justin Gatlin, el rival que quiere convertir en duelo el mon¨®logo, corri¨® m¨¢s r¨¢pido que ninguno. Lo hizo en la segunda serie, que gan¨® con 10,01s. El viento de cara igual¨® las marcas, impidi¨® registros excepcionales. Pocas conclusiones atl¨¦ticas m¨¢s se pudieron sacar. Pocas indicaciones de por d¨®nde puede ir los tiros que contradigan la idea dominante de los ¨²ltimos ocho a?os, la de que Bolt, como siempre, ganar¨¢.
Como en 2012, Gatlin llega a los Juegos con una mejor marca durante el a?o que Bolt, 9,80s frente a 9,88s del jamaicano. Como en Londres, hace cuatro a?os, el norteamericano hizo mejor tiempo en la serie. En los Juegos del 12, Gatlin se esforz¨® y corri¨® la primera prueba en 9,97s, 12 cent¨¦simas mejor que Bolt. Y luego en la semifinal sigui¨® acelerando, 9,82s frente a 9,87s, con el objetivo imposible de asustar a quien no teme ni siquiera que el cielo se derrumbe sobre su cabeza. Perdi¨® la final. Sus 9,79s queda¨®n empeque?ecidos por los 9,63s de Bolt. En Pek¨ªn, en el Mundial pasado, se repiti¨® el proceso. En series, Gatlin estuvo a¨²n m¨¢s tremendo: 9,83s y 9,77s. Bolt, 9,96s en ambas previas. En la final, Gatlin crey¨® hasta la marca de los 90 metros que podr¨ªa ganar. Bolt no necesit¨® entonces m¨¢s que 10 metros y su absoluta superioridad mental para derrotarlo por una sola cent¨¦sima. La diferencia m¨¢s m¨ªnima de sus enfrentamientos. La cent¨¦sima de la esperanza para el norteamericano.
El psicodrama Gatlin
Gatlin abandon¨® Londres con un gran caco en su cabeza. As¨ª lo confes¨®: ¡°Lo peor de perder con Bolt es que te hace estar luego meses y meses pensando en qu¨¦ hiciste mal para a pesar de sentirte mejor no pudiste ganarle¡±. Es el poder intangible del hombre m¨¢s r¨¢pido de la historia.
Brasil, un pa¨ªs gigantesco, todo un mundo, est¨¢ ansioso por ver al hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo, que adem¨¢s es una estrella feliz de serlo. La expectaci¨®n se entiende perfectamente. Un ser excepcional en b¨²squeda de un objetivo ¨²nico no corre todos los d¨ªas debajo de las narices de uno. Es solo la primera serie de los 100m (el domingo por la noche en Brasil, madrugada del lunes en Espa?a, se correr¨¢n las semifinales y la final), pero el estadio vibra como si fuera la final. Al atleta, un deportista sin botas de f¨²tbol, tatuajes o pelos te?idos, que no mete goles ni regatea, que solo corre, se le recibe como a un futbolista gal¨¢ctico. Incluso con m¨¢s cari?o. Cuando Bolt aparece por el t¨²nel a la luz del estadio, este se viene abajo; cuando prueba una salida de los tacos, es un clamor; cuando la c¨¢mara le enfoca, la locura. Cualquier otra persona se volver¨ªa loca, hasta Michael Phelps, seguramente, el t¨ªmido. Pero a Bolt la situaci¨®n no le pesa. La admiraci¨®n le estimula. La presi¨®n le da velocidad. Es el atleta ¨²nico. El estadio casi se ha llenado cinco minutos antes de que saliera a competir; un minuto despu¨¦s, aunque m¨¢s atletas, simples mortales, siguen persiguiendo sus sue?os ol¨ªmpicos, las gradas comienzan a vaciarse. Es la estrella, y le gusta. Los 100m son el atletismo en estado puro, casi en bruto; Bolt es su int¨¦rprete m¨¢s fascinante.
Por Bolt todo resbala. No hay pol¨¦mica negativa que le pueda minar. No hay lesi¨®n que le destruya. Tiene la capacidad que todos envidian, la de la inmunidad ante los conflictos, los problemas.
Bolt se lesion¨® unas semanas antes de los Juegos. Otro habr¨ªa sucumbido. ?l llega plet¨®rico. El atletismo vive la peor crisis de credibilidad de su historia. Las revelaciones sobre el dopaje han hecho que cualquier marca excepcional sea sospechosa. En el ambiente envenenado que parece haberse trasladado desde la piscina a Gatlin le pitan en el estadio y le recuerdan su pasado dopado; a Bolt solo le preguntan por qu¨¦ marca conseguir¨¢. Y gritan extasiados al verle.
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