El chico de los tres pulmones
La vida de Isaqu¨ªas Queiroz, el primer pirag¨¹ista brasile?o capaz de saborear las mieles del triunfo
Fue a finales de Agosto de 2013 cuando, una madre acostumbrada a las malas noticias, recibi¨® una llamada telef¨®nica de uno de sus hijos desde una ciudad alemana de la que apenas hab¨ªa o¨ªdo hablar. Las l¨¢grimas de su hijo al otro lado de la l¨ªnea no lograron m¨¢s que acrecentar sus temores y en d¨¦cimas de segundo se dispararon en su cabeza los recuerdos de cuantas desgracias hab¨ªa sufrido su peque?o desde muy tierna edad. Con el coraz¨®n acelerado por un mal presagio, acert¨® a preguntar qu¨¦ hab¨ªa pasado esta vez hasta que Isaqu¨ªas, por fin, la tranquiliz¨® con una buena noticia: ¡°Tu hijo es campe¨®n del mundo¡±.
La vida de Isaqu¨ªas Queiroz, el primer pirag¨¹ista brasile?o capaz de saborear las mieles del triunfo, parece escrita por un pu?ado de excelentes guionistas empe?ados en emparentar al deporte con la ¨¦pica, en construir una nueva leyenda capaz de alumbrar los sue?os de los futuros campeones. A los cuatros a?os sufri¨® una grave abrasi¨®n al derramarse sobre el abdomen un recipiente con agua hirviendo. A los seis sali¨® ileso de uno de los muchos secuestros que cada a?o asolan la tranquilidad de cientos de familias en Brasil. A los diez, tras descubrir una serpiente muerta y subirse a una rama de un ¨¢rbol para verla m¨¢s de cerca, se cay¨® sobre una piedra de costado y se lastim¨® un ri?¨®n que tuvieron que extirparle.
Entre risas suele contar que el mismo d¨ªa que le sustrajeron ese ri?¨®n maltrecho, el cirujano decidi¨® incorporarle un tercer pulm¨®n y por eso, asegura, nunca se sinti¨® un inv¨¢lido frente a los dem¨¢s competidores, m¨¢s bien al contrario. El a?o pasado, ya coronado como campe¨®n del mundo en Duisburgo, Mosc¨² y Mil¨¢n, su coche se sali¨® de la carretera cuando se dirig¨ªa al aeropuerto a buscar a su hermano. El veh¨ªculo qued¨® completamente destrozado tras dar varias vueltas de campana pero Isaqu¨ªas sali¨® milagrosamente ileso, sin ninguna lesi¨®n importante que pusiese en peligro su siguiente objetivo: la gloria ol¨ªmpica en R¨ªo de Janeiro, en casa, ante su gente.
Durante meses comparti¨® piso y entrenamientos con David Cal, el mejor pirag¨¹ista espa?ol de la historia, y del gallego recuerda que era buena gente, un tipo tranquilo y callado al que, por encima todo, le gustaba dormir. Su admiraci¨®n por el palista de Cangas de Morrazo era absoluta, hasta el punto de declarar que guardaba m¨¢s v¨ªdeos de David en su ordenador que de ¨¦l mismo. Una de sus ilusiones era medirse y vencer a su ¨ªdolo sobre las aguas de la laguna de Rodrigo Freitas pero el gallego decidi¨® poner punto final a su carrera y volverse a Espa?a antes de tiempo.
Hace apenas un par de d¨ªas, Isaqu¨ªas Queiroz lograba la primera medalla ol¨ªmpica en la historia del pirag¨¹ismo brasile?o: una plata que sabe a oro para este muchacho curtido en desgracias y que parece destinado a convertirse en una leyenda de las aguas tranquilas desde que su madre lo trajo al mundo en la ciudad de Ubaitala, en el estado de Bah¨ªa, un nombre tupi-guaran¨ª que significa ¡°Ciudad de canoas¡±. Qui¨¦n sabe si, mientras usted lee estas l¨ªneas, no la estar¨¢ llamando por tel¨¦fono para decirle, esta vez, que ya es todo un campe¨®n ol¨ªmpico.
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